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“Como mujeres que somos”

(Segunda de dos partes)

 

“Sería imposible bajo los ojos de una comunidad apalear a una mujer hasta la muerte como sucede en los últimos tiempos con la disolución del mundo comunal, (…) El proceso de criollización[1] es lo bárbaro … el proceso que destruye la vida comunal y expone a la mujer al riesgo de las peores torturas y los peores ataques. “

Rita Segato (2018)[2]

En México mas del 80 % de los actos de violencia en contra de las mujeres son realizados por hombres del entorno familiar y en el 35 % de los feminicidios el asesino es un familiar, ¿por qué los hombres violan o arremeten contra las mujeres? Para mi y seguramente para muchas mujeres resulta incomprensible esta realidad que nos lacera permanentemente, pero que tenemos que comprender y transformar.

Rita Segato, antropóloga argentina, ha dedicado más de 30 años de su vida a investigar la violencia contra las mujeres, en el territorio, como ella dice, con los pies en la tierra. Leer sus libros y escuchar sus conferencias abrió ante mi multiples vías para empezar a comprender las causas profundas de la violencia de género y cómo las mujeres, juntas, como mujeres que somos, podríamos intentar detener y erradicar para siempre. También amplió mi mirada para valorar, desde una perspectiva distinta, la importancia que el mundo comunal tiene para las mujeres.

Para cumplir lo prometido en la primera parte de este artículo, comparto algunas ideas y propuesta obtenidas de mi lectura de Rita y desde éstas me pregunto sobre las experiencias de las mujeres zapatistas:

Qué entiendo de lo que nos dice Rita Segato

El pensamiento de Rita es complejo y profundo, aquí sólo voy a referirme de forma esquemática a las diferencias que establece entre el mundo comunal existente antes de la colonización y que subsiste en diversas formas hasta nuestros días y el mundo colonial moderno producto de los procesos de conquista y criollización.

Para Rita el patriarcado es la primera forma de subordinación, no es una cultura, es un orden político primordial, jerárquico, con gran profundidad histórica, que nos acompaña hasta ahora[3]. Distingue entre el patriarcado existente en el mundo comunal que caracteriza de bajo impacto y el patriarcado colonial o moderno que es de alto impacto.

En el mundo comunal existe una jerarquía entre las dos posiciones, masculina y femenina, sin embargo, no es tanto una diferencia de poder sino de prestigio entre las tareas de los hombres y de las mujeres. Por ejemplo la caza tiene más prestigio que la recolección. Es un mundo dual, existe el espacio de los hombres y el espacio de las mujeres, un mundo no puede vivir sin el otro, hay una consulta permanente.

El espacio doméstico en el mundo comunal es un espacio femenino atravesado por una multiplicidad de presencias y dotado de politicidad, de espacios de parlamentación propios, no es un espacio deficitario, tenía poder para impactar en las decisiones de toda la aldea. El mundo de las mujeres estaba blindado.

Rita nos dice que el proceso de colonización fragiliza al hombre indígena derrotado por el conquistador, se le considera inferior y se atribuye esta inferioridad a su cuerpo, a su biología, se le discrimina así por su raza. El hombre indígena es intermediario entre su mundo comunal y el mundo blanco. Como la masculinidad es jerarquica, el vencedor tiene el dominio, es respetado, de él se aprende la sexualidad blanca, se aprende el “ojo pornográfico” que mira el cuerpo de la mujer y la Naturaleza como cosa. El indigena derrotado ve afectada su masculinidad frente a la del conquistador blanco, “es un sujeto inseguro y su violencia emerge”.

En el proceso de colonización el espacio doméstico se transforma en íntimo, en no político. El hombre que tenía mayor autoridad y prestigio pero era uno entre dos en el mundo dual comunal, concentra en su espacio todo lo público, margina y domina a la mujer dejándola entre 4 paredes sóla, sin política.

Rita sostiene que el proceso de conquista, de colonización, nunca terminó, es un proceso en curso.

Algunas reflexiones sobre las experiencias zapatistas

Mirar a través de los ojos del colonizador obnuvila nuestra visión, las experiencias y avances en materia de los derechos de las mujeres zapatistas y de otras comunidades indígenas son desconocidas para la mayoría de las mujeres mexicanas, comprender sus avances no solo nos permite valorarlas sino principalmente replantear nuestra mirada sobre los problemas que sufrimos las mujeres en el mundo moderno fuertemente patriarcal que nos ha tocado vivir.

En 2013, veinte años después de la aprobación de la Ley Revolucionaria de Mujeres Zapatistas[4], durante los cursos de la Escuelita, se analizaron los avances y las dificultades de la puesta en práctica de esta ley. Sylvia Marcos en su texto: “Actualidad y Cotidianidad: La Ley Revolucionaria de las Mujeres del EZLN”[5] hace un análisis de lo manifestado por las mujeres en las sesiones de la Escuelita. De su lectura resalto lo siguiente con el compromiso de ampliar esta reflexión en posteriores artículos:

  • Las zapatistan están presentes no sólo en el espacio doméstico sino en la vida pública, participan en los asuntos de la comunidad, en cargos de dirección, de coordinación y de representación de su movimiento afuera del territorio zapatista.
  • Las zapatistas ejercen su derecho a la educaión, a la salud y a una alimentación sana construyendo junto con los hombres las condiciones que permiten satisfacer estos derechos en sus comunidades.
  • La violencia hacia las mujeres al interior de las comunidades zapatistas ha disminuído significativamente, “Hay casos que pasan todavía en nuestras comunidades porque esa es la costumbre mala que está en la cabeza, que está contaminada, existe el machismo todavía.” “Yo soy más fuerte y me tienes que respetar”. Las zapatistas parecen tener clara la internalización de los valores provenientes de la colonización, en los varones y en ellas mismas y trabajan para erradicarla.

Finalizo con lo expresado por una joven profesora de la Escuelita “No sólo somos de la casa, de la comida…trabajamos junto con los compañeros hombres”. “Vamos poco a poco en este trabajo de la autonomía, y vamos a animar a otras que aún no quieren salir de casa…”[6]

*Académica y expresidenta del IMPEPAC (2014-2020)

  1. Proceso posterior a la independencia de las colonias que sustituye a las élites europeas por los criollos sin que haya una ruptura real con las estructuras de poder establecidas en la colonia.

  2. Conferencia de Rita Segato en 2018: Colonialidad del poder y feminismo. https://www.youtube.com/watch?v=m_ZJKPC-6as

  3. Para profundizar sobre el concepto de patriarcado consulte: https://redmovimientos.mx/wp-content/uploads/2020/04/Segato-Rita.-Las-Estructuras-elementales-de-la-violencia-comprimido.pdf

  4. Ley que presenté en la primera parte de este artículo.

  5. Consultar en: https://sylviamarcos.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/02/planetaria-actualidad-y-cotidianidad-ley-revolucionaria-de-las-mujeres-del-ezln-web.pdf

  6. Ibid. Pág. 7

Ana Isabel León Trueba