

En 1920 se desató la sucesión presidencial en México, fue un proceso cruento que culminó con el último golpe de Estado exitoso en nuestra historia y con el cobarde asesinato del presidente Carranza. Don Venustiano, en el afán de trasladar el poder a los civiles, lo cual no ocurrió definitivamente hasta 1946, se empecinó en sostener la candidatura del Ingeniero Ignacio Bonillas, frente al poderoso Pablo González y el aún más fuerte y popular Álvaro Obregón. Bonillas fue un perfecto desconocido, entonces el ingenio de los mexicanos, lo apodó “Flor de té”. El mote aludió a una popular canción que se presentó en los teatros de revista de la época. La canción versó sobre una inocente niña china perdida en el bosque, que nadie supo quién era, ni de dónde vino.
Poco más de cien años después, en la escena política morelense surge una nueva “Flor de té” en la persona del diputado federal Enrique Vázquez Navarro, rocambolesco personaje que nadie sabe ni de dónde viene ni quien es. Ignacio Bonillas, tuvo la mala fortuna de tener un nulo carisma y estar en el lugar y en el momento equivocado en 1920, pero sin duda alguna, nadie puede negar que fue un hombre y un político decente. Vázquez Navarro en cambio, es cuestionado por la defensa a ultranza que lleva a cabo de Cuauhtémoc Blanco, ante la denuncia interpuesta en contra del exgobernador de Morelos más no morelense, quien ha sido denunciado por intentar violar a su media hermana.

Lo poco que arroja el Sistema de Información Legislativa (Sil) sobre Vázquez Navarro, es que llegó a San Lázaro por la vía de la representación proporcional y siendo suplente de Juan Carlos Natale, quien solicitó licencia. El flamante diputado federal, aunque ahora es un furibundo miliciano de MORENA, tuvo su puerta de entrada a la Cámara de Diputados por la vía del Partido Verde. Se presume que tiene como padrinos a Ricardo Monreal y a Marcelo Ebrard. Se dice también, que es veracruzano, pero representa a Quintana Roo y ahora pretende encubrir un delito que fue denunciado en Cuernavaca. Aunque no solo ha sido injerencista en Morelos, el propio Sil consigna sus dos únicos pronunciamientos en tribuna: uno alabando al programa de “Jóvenes uniendo barrios” en la Ciudad de México y el otro defendiendo al ex gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, cuando se cuestionó su nombramiento como Cónsul de México en Miami.
Vázquez Navarro se ufana de ser el legislador más joven de nuestra historia, cuando bien es sabido, que la juventud no es garantía de talento y mucho menos de virtudes. La defensa que sostiene el joven diputado del otrora ídolo del fútbol ha trascendido al límite de llegar a incurrir en violencia de género e imputaciones personales en contra de las compañeras de su propia bancada que se han negado a solapar a Cuauhtémoc Blanco, tal como es el caso de la diputada María Teresa Ealy Díaz. Pero la actitud de Vázquez Navarro no solo divide a la bancada de MORENA en el Congreso de la Unión, sino que se traduce en un ejemplo más del aventurismo político que tanto daño le ha hecho a Morelos.
Si bien la Constitución ya otorga a los residentes el mismo derecho que a los oriundos para aspirar a un cargo de elección popular, en Morelos se ha abusado de esta figura. La “Docena Trágica” que representaron en la entidad los sexenios de Graco Ramírez, tabasqueño y Cuauhtémoc Blanco, capitalino, son la mejor muestra de ello. Parece ser que los morelenses no hemos aprendido aún la lección permitiendo que las aventuras políticas y el oportunismo de fuereños sin compromiso se perpetúen en nuestro territorio. Ahora, Enrique Vázquez Navarro, sin ningún vínculo con la entidad, defiende a Cuauhtémoc Blanco desde su curul. Hace unos días, el más joven de los legisladores de nuestra historia, lanzó su última puntada: manifestó que Cuauhtémoc Blanco es una víctima del controvertido exfiscal Uriel Carmona. Oportuno será que los morelenses antepongamos nuestras legítimas preferencias ideológicas, para unirnos por un bien común y que desterremos de una buena vez a todos aquellos, quienes pretenden servirse de Morelos, en vez de servirlo.
*Escritor y cronista morelense.

Enrique Vázquez y Cuauhtémoc Blanco Imagen: enriquevazquez22 / Instagram
