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El sistema de asilo/refugio es una grieta que se desdobla alrededor de un mecanismo fronterizo poroso. Este sistema de protección compone y diseña una forma de movilidad internacional que se configuró hace más de 70 años con la intención de recibir ciertos perfiles que escapaban de los estragos de la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, la grieta del refugio es una forma de selección compleja que sólo permite entrar a las fronteras a quienes logran justificar el “temor fundado”. En ese sentido, el asilo se configura como una rotura, que permite el cruce, pero pareciera tener forma de puente. El cuestionamiento sobre si es una grieta, un puente o un dique es de alta relevancia para los estudios migratorios. Aquí algunas reflexiones.

La idea de una frontera como un espacio de separación entre un adentro y un afuera es la posibilidad de comprender otras figuras. La grieta es o pareciera ser disruptiva, traza el margen de una nueva línea y de un nuevo límite en la frontera, el límite y el borde. La grieta abre, quiebra y desdibuja un nuevo paso. Sin embargo, tal como lo hace un artista, artesano y diseñador la grieta puede estar compuesta por movimientos calculados. Vamos por partes.

Los límites internacionales fronterizos no empiezan, ni culminan con un muro. Las fronteras no están sólo compuestas por una línea. Los bordes, son espacios que giran en torno a los espacios fronterizos. La grieta es un nuevo trazado que puede permitir una conexión entre un adentro y un afuera. El sistema de asilo y refugio en los últimos años se ha convertido en una especie de grieta, en tanto que permitió y permite la entrada de muchas personas migrantes a los mercados de trabajo estadounidenses y europeos. La grieta no sólo como metáfora sino también expresión de un adentro y un afuera. Las personas en proceso de movilidad solicitaban asilo en Estados Unidos y Europa con la intención de ganar un estatus de protección internacional, con la justificación del “temor fundado” establecido en la Convención de Ginebra de 1951 se puede argumentar por: raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social y opiniones políticas. Cuando las personas lograban convencer al Estado de que su situación estaba justificada abrían una grieta en el derecho internacional. Pero se vale preguntar ¿Esta fisura o grieta es un mecanismo intencionado, previamente planeado por el Estado o es efectivamente una grieta descubierta por las personas que deciden moverse de su país de origen?

En el primer caso se pone al centro al sistema de asilo y refugio como un mecanismo de movilidad producido por los Estados que buscan seleccionar ciertos perfiles, también producen mercados de la migración alrededor de esta grieta y, es un puente prediseñado para permitir el flujo de mano de trabajo seleccionada y racializada. Los perfiles son seleccionados en función de que puedan justificar el “temor fundado” (no todas las personas pueden hacerlo), se crean mercados de la migración pues generan dinámicas alrededor de estas grietas. Finalmente, la idea de que es un puente prediseñado para permitir el flujo de mano de obra, por una parte, es cierto desde que es un mecanismo creado a partir de la Segunda Guerra Mundial para recibir a población blanca, especializada, europea de manera segregada. Sin embargo, es de relevancia cuestionarse, el funcionamiento del mecanismo de asilo/refugio previo a que se utilizara de manera significativa. Ergo, podría ser un punto de inflexión para el segundo caso que es el de una grieta descubierta por las personas que migran.

Este sistema legal de asilo y refugio comenzó a utilizarse de manera significativa en los últimos años, a pesar de ser una figura jurídica posterior a la Segunda Guerra Mundial, lo que ha llevado a su “regularización” o cooptación en años recientes. Bajo la premisa de que es una grieta descubierta por aquellos que migran para cruzar las fronteras físicas: entonces es una propuesta interesante digna de ser llamada como un acto autonomista de las migraciones o una agencialidad.

La idea de la grieta permite observar que a veces no se cruza del todo el adentro y el afuera, tal como postula Hannah Arendt y Portes y Guarnizo posteriormente, el derecho al pleno goce de una ciudadanía es un proceso “privativo” o “segmentado” cuando se habla de las personas que alcanzan el estatus de asilo. En años recientes se han impuesto más limitantes a la grieta del asilo/refugio, como si de cerrar un dique se tratara o como si de resanar una pared fuera. Años venideros y la reflexión profunda dirán si se trató de una grieta descubierta o de una grieta producida por los mercados abaratadores de la mano de obra internacional, especializada, racializada no blanca y precarizada.

*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo.