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Jean-Luc Mélenchon y su visita a México

(Segunda parte)

 

“Ustedes, todos, vivís la confrontación contra el choque, que el primero y más grande de todos es el choque del cambio climático.” -prosigue su charla Jean-Luc Mélenchon en el auditorio Flores Magón de la FCPyS. “No estoy seguro, para tu generación –señala a un joven-, que haya futuro, y tú, y tú. Y si es para ti, quizá no para tus hijos. No estamos seguros. Puede ser que todo esto se acaba en un fracaso general de la civilización humana, y lo que cambia políticamente es que antes teníamos tiempo. Hoy día no.”

El líder de izquierda comienza a abordar lo que define como un primer choque que afrontamos como humanidad en esta era: el choque climático no reversible, y llama con urgencia a preparar una sociedad de ayuda para confrontar las consecuencias terribles de esto, subrayando que el capitalismo actúa en sentido contrario; que actúa como un suicidio, priorizando siempre sus ganancias, acelerando el ciclo mercancía-dinero-mercancía, incapaz de detenerse y corregirse. A continuación, señala que dicho choque es el más importante, y que el otro es social, señalando que en Europa, por ejemplo, después de cincuenta o sesenta años de progreso social, ahora sólo tienen retraso, y una creciente desigualdad.

Nosotros tenemos cinco personas en Francia que tienen más que 27 millones de otros. Que haya en el mundo un 1% de la población que tenga el 43% de toda la riqueza del mundo, que haya el 73% de toda la población mundial con, lamentablemente, un poquitín del 30% de la riqueza del mundo, esta desigualdad conduce directamente a la violencia porque hay que mantener millones de personas en una situación que no pueden aceptar, porque no va a ser solamente desigualdad, porque ese es un término que no define nada al final, es decir agua, comida, transporte ¿Dónde está? El capitalismo organiza los desiertos.”

Como tercer punto -o choque-, Mélenchon señala la mutación geopolítica y la forma en que EE.UU. y China están intercambiando el papel de dominación económica, con el país norteamericano reorganizándose de manera violenta para reconquistarla o rebajar al gigante asiático por medio de la agresiva guerra comercial, simultánea a las guerras armadas, y en tal coyuntura radica aquello que el líder social señala –marcadamente indignado- como más inaceptable: que las naciones europeas opten por continuar alimentando una economía de guerra en lugar de virar toda la atención hacia las consecuencias de la catástrofe climática.

“[…] Hay dirigentes políticos tan estúpidos como los de Europa, la primer ministra de Dinamarca dice ‘La paz actual en Ucrania va a ser peor que la guerra’” -parafrasea Mélenchon, y a continuación simula responderle: “¡Mándales a tus hijos si te gusta tanto la guerra con Rusia! Son locos, porque Rusia tiene armamento nuclear. Nosotros también. ¿Qué vamos a hacer? […] No hay victoria posible con el armamento nuclear. Este es el peligro que sube. Así, el objetivo de la lucha política hoy día es la civilización humana.”

“Hay que ver a los fundamentales”. –prosigue Mélenchon más sereno. “Tenemos que interpretar lo que vemos y el mundo en el que vivimos con un marco teórico. Sin marco teórico la práctica es ciega. Hay que aprender, estudiar, comprender, y para un intelectual como ustedes y como yo, como lo decía León Trotsky: Lo más importante es comprender lo que está pasando y elegir la intervención propia en lo que pasa. Esa es la más grande felicidad intelectual para nosotros. Entonces tenemos que trabajar hacia comprender bien, describir bien, interpretar bien. Si nos equivocamos ellos van a vencer, y no quedará nada de todos nosotros.” Apunta entonces al hecho de que en Europa por primera vez se perdió la narrativa de un futuro progresista, de un futuro mejor. “La única cosa que nos explican es la guerra que tenemos que hacer entre nosotros, es decir, con racismo, con xenofobia, con odio a los musulmanes –que es hoy día la ideología de la derecha y la ultraderecha- y que vende como lazo para la sociedad al temor, el susto. […] Eso es la simplificación, bestialización del pensamiento político.”

Mélenchon a continuación reivindica el papel histórico de las mujeres en la revolución rusa de 1917, la revolución francesa, la revolución mexicana. Recuerda que en la humanidad actual ocurre un hecho relativamente nuevo: la mitad de la población fue liberada a lo largo de las décadas de un destino social, ya que fue liberada de un papel meramente biológico, siendo que con la contracepción y el aborto legalizado cambió fundamentalmente la condición de las mujeres. Aplaudió también las políticas implementadas en México en relación al ajuste de la edad jubilatoria de las mujeres, política que reconoce así por fin la realidad del trabajo doméstico y crianza de los hijos como trabajo de reproducción de la sociedad, y reconoce que el componente feminista en las revoluciones es un componente radical e indispensable.

“La revolución ciudadana es la era del pueblo. […] Cuando la gente diga que no quieren más política, por supuesto que la hacen, lo que ocurre es que no quieren más de los políticos tradicionales y de los partidos tradicionales. […] Hemos estudiado más de 25 revoluciones ciudadanas en el mundo. […] Hemos tenido un ejemplo en este último año: con la guerra y el genocidio. Desde el primer día hemos inmediatamente decidido que nuestra línea será el derecho internacional, y con eso no soportamos la invasión ni las muertes, y hemos estado diciendo desde el primer día que todos los crímenes de guerra deben ser castigados. […] Ustedes no saben lo que hemos soportado que nos digan en Europa: ‘antisemita’, ‘pro-Hamas’. Se ha injertado un veneno en el pueblo: La idea de que ‘lo peor de todo sería ser musulmán’, pero los musulmanes son musulmanes como varios aquí son cristianos, católicos, es una cosa privada, personal, no tiene nada que ver con la lucha política.” […]

“¿Por qué la llamamos Revolución Ciudadana? Porque lo que queremos enseñar es que el objetivo final es que el pueblo interviene en la vida política, hacer crecer el nivel de conciencia política. Yo creo que aquí uno de los resultados del gobierno de la 4T es el aumento de la conciencia política. Bolivia nos enseñó que ya ha pasado más allá de los partidos políticos. Creemos nosotros en movimientos, que es distinto. El movimiento Francia Insumisa no tiene doctrina común, no tiene dogma común. ¿Insumisos a qué? Al orden del mundo, a sus jerarquías, a sus discriminaciones. Al capitalismo.”

Como estrategia diplomática, Mélenchon incluye las causas comunes: el ciclo del agua, la protección del medio ambiente, no las alianzas militares. “Hay derechos de la especie humana, y soy materialista [histórico], pienso que no hay naturaleza humana pero ¡somos animales! Tenemos derechos políticos, pero también tenemos derechos de especie. Derecho al silencio, a la noche, y si me permiten, derecho a la belleza.”

Respecto a la inteligencia artificial, el líder social conmina a no asustarse y hacer la pregunta: “¿Quién sabe lo que es la inteligencia? Hablan de inteligencia artificial sin ser capaces de escribir lo que es la inteligencia. La IA es la automatización de algunos procesos intelectuales humanos. La única pregunta es ¿cómo se usa esto y a quién pertenece? Para nosotros la gnósfera [el conocimiento humano almacenado digitalmente] debe ser pública, un bien común. No debemos permitir que sea una propiedad privada, porque se encierra el saber humano. […] Todo esto es el contenido de la Revolución Ciudadana, porque queremos controlar lo que va a pasar con la gnósfera, queremos controlar lo que va a pasar con el mar, con el espacio, controlar, es decir, ejercer el poder de la ciudadanía. ¿A quién pertenece el mundo? ¿A todos nosotros o a los que lo pueden comprar? Hoy pertenece a quienes lo pueden comprar, pero ahí es donde va a surgir el cambio, porque no podemos soportarlo.”

El líder de La France insoumise apunta hacia el humanismo como componente fundamental de su movimiento, y hace cita las obras del renacimiento temprano de Giovanni Picco della Mirandola y Christine de Pizan. “El ser humano puede ser lo que él mismo se construye. Esa es la forma suprema de la libertad. […] Si tengo que describir, entonces, la filosofía política del movimiento insumiso, es el humanismo. No nos sometemos a nada, sino que elegimos. Si nos sometemos a la ley es porque la ley la decidimos todos, pero no cambiamos de punto de vista. Eso es la libertad. Eso es vivir en sociedad.”

Mélenchon anuncia entonces que termina su presentación, y nuevamente con inagotable buen humor señala: “[no] es nada porque Chavez hablaba nueve horas, y Fidel cuatro o cinco. Yo soy un pequeño europeo francés. Una hora, diez minutos, y cincuenta y seis segundos. ¡Gracias!”, y a continuación recuerda las palabras de Víctor Hugo en solidaridad con los mexicanos durante la intervención francesa, y cierra, sobre el actual amedrentamiento de Donald Trump: “El atentado contra la República Mexicana es un atentado contra la República Francesa. Una emboscada. El imperio fracasará en esa tentativa infame, así lo creo, y ustedes vencerán. ¡Lo repito, nosotros, Francia insumisa, estamos con ustedes, y si son vencedores, les ofrecemos nuestra fraternidad de ciudadanos en la revolución!”

Fotografía: Flore Cathala. Cortesía del autor

Horacio Socolovsky Aguilera