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Jean-Luc Mélenchon y su visita a México

(Primera parte)

 

Horacio Socolovsky Aguilera*

El fundador y líder del movimiento La France insoumise –quien se ha presentado ya tres veces en las elecciones presidenciales de Francia, mejorando cada ocasión sus resultados, trae consigo una contagiosa energía y buen humor desde que toma su asiento en la mesa de presentación en el auditorio Flores Magón de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en la última semana del pasado febrero. Jean-Luc Mélenchon, quien en 1986 llegó a ser el senador más joven de Francia con el Partido Socialista y es co-presidente del Instituto La Boétie de pensamiento y formación teórica al servicio de las prácticas intelectuales y militantes de izquierda e insumisos, fue también condecorado como gran oficial de la Orden de Mayo en Argentina por sus aportaciones en la lucha contra la dictadura, y una sus contribuciones más importantes, quizá la más significativa, al pensamiento de izquierda, es la Teoría de la era popular y la revolución ciudadana.

Mélenchon, autor de 23 libros, siendo el último de estos ‘Ahora el Pueblo: Hacia una revolución ciudadana’, publicado en 2023 y cuya versión traducida al español edita el Fondo de Cultura Económica, fue presentado esa tarde de miércoles -ante el recinto lleno de jóvenes- por el director de la FCPyS, el Dr. Alejandro Chanona, quien señala: “el señor Mélenchon hoy, además de darnos una conferencia magistral, debería estar despachando como primer ministro de Francia.”, a lo que el invitado sonríe con la misma calidez como cuando, al tomar la palabra, advierte a la joven audiencia: “Hablo un español a veces bastante caótico..”

En referencia a su reciente obra, Mélenchon admite: “Este libro debe mucho a los últimos veinte años en América del Sur, ya que desde la caída del Muro de Berlín y [el] fin del comunismo de estado –estatal o no sé cómo lo llamáis acá-, no pasó nada en Europa, sino el crecimiento de un liberalismo muy duro, que no solamente impuso una forma particular del capitalismo, pero más que todo, poco a poco, de destruir a nuestras sociedades, como antes en América de Sur. Hoy día llegamos a un punto en que hubo un pacto histórico en Europa entre la democracia y el capitalismo, que se presentaban como dos caras de una misma realidad, o si no, comunismo. Ese pacto se rompió, y hoy día democracia y capitalismo se separaron, y sigue el modelo neoliberal, que es el momento histórico del capitalismo, porque el capitalismo no es el mismo siempre, cambia, se adapta. En este momento vivimos el saqueo, no solamente el que conocéis ustedes, el saqueo de la naturaleza, pero también el saqueo de una manera de vivir, la de todas las conquistas sociales de Europa.”

Mélenchon subraya que los gobiernos neoliberales necesitan más que nunca un punto de apoyo político para que no se levante una fuerza frente a su línea política, que rompa de manera exitosa el pacto libertad-democracia-capitalismo, y que dichos regímenes han tendido hacia una política de caracterizada por naturalizar la división de la gente, dividir al pueblo con el racismo y la xenofobia como ideología, a la que indudablemente se ha ido alineando toda la derecha. “Ese es el momento europeo” –señala el líder de France Insoumise-, “Fíjense que no hemos pedido nada al señorito Macron. Lo echó el pueblo votando en las elecciones europeas. 27 encuestas diciendo que la ultraderecha iba primera, y cuando [Macron] ve el resultado, decide que haya elección anticipada. Somos de Francia, el país donde nació la Declaración de los derechos humanos y la primera república laica, y este señor convoca a elección, y el resultado es que no es la ultraderecha primera. Nosotros el nuevo frente popular encabezamos, ¿y qué dice el señorito? ´A mí no me importa’ […] Eso es un golpe, en cualquier otra parte del mundo sería un golpe. […] El presidente de la república decidió dar el poder al partido menor, y nosotros hicimos una lucha tan precisa, tan eficaz, que al final echamos a ese gobierno. Yo he vivido en una generación que pensaba que el único método exitoso era la lucha armada, porque de todas maneras, al final teníamos que preparar la lucha armada. No preparamos esto, porque el final lo conocemos: ¿Quiénes murieron? Los nuestros. Pinochet murió en su cama. Entonces, hoy día ese final lo conocemos.”

A continuación el líder de izquierda presentó los elementos fundamentales de la Teoría del pueblo y de la ciudadanía, la cual admitió que debe mucho a América del Sur, tras la tarea de haber ido constatando lo que se ha logrado en el continente, y buscando nutrirse de los teóricos fundamentales que impulsaron formas exitosas de lucha.

“El tema de la revolución ciudadana empieza con una forma nueva de acción política que inventaron los argentinos y después los ecuatorianos, lo que llamamos en Francia el ‘De Gaullismo’, en español no sé cómo se podría decir. ‘El fuerismo.’ Cuando el pueblo se pone en la calle y dice ‘Nosotros no hacemos política. ¡Fuera el gobierno! ¡Tú, fuera también!, etc. Otro [ejemplo] es el que nos dio México. Lo que se dio aquí, es que AMLO siempre hablaba del pueblo, el mismo Chávez hablaba del pueblo, y en mi patria, la gente pasaba a la calle con las pancartas ‘nosotros somos el pueblo’. ¿Quién es el pueblo? […] El término integra a la clase obrera y a todo o casi todo el resto de la sociedad: los desempleados, los jubilados, la población estudiantil, etc., que tienen una situación comparable. […] Cuando hablo del pueblo, es un acto político, cuando la gente pide control sobre la sociedad en un momento en que fundamentalmente el capitalismo no puede soportar control. El capitalismo necesita ser totalmente libre de actuar con un mercado libre, y para eso expulsan las reglas, normas, las leyes, y la fuente de todo eso es el pueblo, los ciudadanos. Esta oposición somos nosotros y la oligarquía, es una nueva confrontación: hemos conocido el maestro y el esclavo, el burgués y el proletario, hoy día conocemos el pueblo confrontándose a la oligarquía.”

En ese momento, con el auditorio ávido de seguir escuchando al líder socialista, dos chicas se levantan para salir con apuro por alguna situación imprevista.

“¿Pero ya están cansadas de escucharme?” –les pregunta humorísticamente Mélenchon- “¡Si hay dos horas más!”

Continúa en segunda parte…

Foto: Flore Cathala / cortesía del autor

Horacio Socolovsky Aguilera