Hace algunos días se presentó el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2023/24, titulado “Salir del estancamiento: reinventar la cooperación en un mundo polarizado”. El IDH es un indicador creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que tiene el fin de determinar el nivel de desarrollo que tienen los países, con el objetivo de conocer, no sólo los ingresos económicos de las personas en un país determinado, sino también para evaluar si el país aporta a sus ciudadanos un ambiente donde puedan desarrollar adecuadamente su proyecto y condiciones de vida.
El indicador es elaborado desde 1990 por parte de la ONU, sustituyendo los análisis de crecimiento previos, los cuales no enfatizaban el aspecto humano y su desarrollo, y se centraban especialmente en el punto de vista más económico. De este modo, no solamente se tiene en cuenta el nivel de ingresos y rentas de los individuos de un país, sino que también mide temas como la educación y las condiciones de vida en las que se desenvuelve la persona.
En el informe dado a conocer por el PNUD se observa que México se ubicó en el lugar 77 de un total de 193 países, reflejando una mejora de 11 posiciones en las dos últimas décadas. Se aprecia que se encuentra en mejor posición que Sri Lanka e Irán, que se colocan en lugar 78 y también supera a Bosnia y Herzegovina, que se encuentra en el número 80. En contraste, México es superado por países como Armenia, que ocupa el lugar 76; que China en el 75 y Albania en el lugar 74. Los dos países con el mejor IDH son Suiza y Noruega, mientras los dos con el peor nivel son Somalia y Sudán del Sur.
En el periodo comprendido entre 2000 y 2022, el último año que comprende el informe, México mejoró en los indicadores de salud, educación y nivel de vida, que son los grandes rubros que componen el IDH.
Entre 1990 y 2022, el valor del IDH de México cambió de 0.666 a 0.781 (el valor va de 0 a 1, donde un valor más cercano a uno indica mayor desarrollo humano); es decir, se dio un aumento de 17.3 por ciento. Con el valor reportado para el último año, México retomó el nivel que tenía en 2019, antes de la pandemia de COVID-19, y es el punto más elevado para el país desde que existe la medición. Si bien el dato implica que existe una recuperación, la magnitud de ésta no ha permitido recuperar el nivel de desarrollo perdido en los últimos tres años.
De acuerdo con el informe del PNUD, entre 1990 y el año 2022, la expectativa de vida en el país aumentó en 4.9 años, para alcanzar un promedio de 74.8 años. En escolaridad, el país mejoró de 3.3 años a 14.5 años, y en ingreso per cápita (es decir, el ingreso que se mide por cada habitante de un país), México avanzó, en el periodo de referencia, 29.9 por ciento, a un total de 19 mil 138 dólares, en precios reales de 2017.
En el caso de América Latina, los datos muestran los contrastes y la heterogeneidad características de la región. Por ejemplo, Brasil, la mayor economía en América Latina, se ubica en el lugar 89 de la lista, su expectativa de vida en 2022 fue de 73.4 años; el nivel de escolaridad se ubica en 15.6 años y su ingreso per cápita fue de 14 mil 616 dólares.
Argentina, país considerado la tercera economía de la región, detrás de Brasil y México, se ubicó en el lugar 48 (0.849) de la lista del PNUD, considerado nivel muy alto por el organismo; su expectativa de vida en 2022 fue de 76.1 años, su escolaridad de 19 años y su ingreso per cápita de 22 mil 48 dólares.
Los países de América Latina que se sitúan al final de la clasificación son El Salvador, con el lugar 126, Nicaragua, con el 130, Guatemala, con el 136, y Honduras, en el 138.
Como parte de las causas que han ocasionado un incremento en la desigualdad que el PNUD analiza, se encuentran: conflictos armados; recuperación heterogénea de los países tras la pandemia; las brechas en el acceso a las tecnologías y otros recursos; el cambio climático; falta de cooperación mundial; la polarización en las distintas esferas de la sociedad plantea importantes retos a la cooperación nacional e internacional; el auge del populismo ha dado lugar a políticas que dan prioridad a los intereses nacionales sobre la cooperación y la equidad globales.
Un aspecto que debemos resaltar del IDH es la estimación que se proyectó en el análisis sobre nivel de desarrollo en el 2023, para alcanzar máximos históricos tras los pronunciados descensos registrados en 2020 y 2021; sin embargo, acota que este progreso es profundamente desigual, toda vez que los países ricos están experimentando niveles récord de desarrollo humano, mientras que la mitad de los países más pobres del mundo permanecen por debajo de su nivel de progreso anterior a la crisis.
Nos sumamos al llamado que hace el PNUD de que “podemos hacerlo mejor”. “Debemos hacer algo mejor que un mundo siempre al borde del abismo, un castillo de naipes. Nos lo debemos a nosotros mismos, a los demás, a nuestros hijos y a sus hijos. Tenemos mucho a nuestro favor. En los anales de nuestra especie, nuestra generación presume de unos conocimientos sin precedentes. Sabemos cuáles son los retos mundiales y quiénes se verán más afectados por ellos.”
Como hemos venido señalando en las últimas colaboraciones, en la etapa de cambio de gobierno que vive nuestro país, es importante conocer y analizar estos informes como una herramienta que nos permite evaluar cómo estamos no solo en el ámbito doméstico, sino también en el concierto internacional. A partir de ello se deben adoptar las mejores políticas públicas en favor de los más desfavorecidos, desde una perspectiva de derechos humanos.
*Especialista en Derechos Humanos