loader image

 

La nutrición comienza su historia en México a partir del año 1943 de la mano con la preparación de personal para realizar encuestas hasta evolucionar en la preparación de profesionales en 1945 a cargo del doctor Quintín Olascoaga con el objetivo de formar especialistas en alimentación específica en ciertas patologías incluyéndose en un equipo de trabajo para la mejora de salud de pacientes enfermos por lo que dichos inicios surgen en dos hospitales claves: Hospital Infantil de México y el Instituto Nacional de Cardiología. Durante los primeros años la preparación tenia la denominación de “técnico dietista” hasta que en 1972 surge el primer plan de estudios con renombre de Licenciatura en Nutrición en la Universidad Iberoamericana campus Ciudad de México seguida de otras instituciones educativas compartiendo el objetivo de ampliar el conocimiento y preparación profesional.

Pasando los años, el papel del nutriólogo fue tomando fuerza diversificando incluso sus especialidades que abarcan desde la práctica clínica hasta la epidemiológica y deportiva, sin embargo, ha surgido una extrema dificultad para su práctica frente a una respuesta inconsistente y bastante contradictoria entre los mexicanos. A pesar de que no existe ninguna duda de la relevancia de la alimentación sobre la salud, la sociedad mexicana sigue buscando remedios mágicos y rápidos para revertir el exceso de peso como consecuencia de una serie de malas decisiones durante su vida.

Considerando que la aparición del nivel profesional tiene pocos años en nuestro país pareciera que el progreso no ha evolucionado de manera exponencial si no todo lo contrario; se inicio como una concientización del ámbito médico ante la aceptación de que su preparación exhaustiva en medicina no era lo necesariamente especifico para abarcar el cuidado de la alimentación como tratamiento, lo cual se vuelve un dato curioso frente a una actualidad en la que muchos médicos y población civil consideran tener el suficiente conocimiento para manejar los alimentos de manera benéfica para su salud.

La respuesta social ante estos profesionistas no fue lo esperado incluso en el campo hospitalario en el que su papel se reduce al área de cocina y al control de distribución de alimentos por piso en respuesta a una orden del departamento de enfermería sin tener un acercamiento al paciente para adecuar su alimentación, entre otras actividades se incluye el trabajo en almacén donde se llenan formatos de entrada y salida de insumos ocupados en el servicio de cocina de acuerdo a las Normas Oficiales regulatorias en el país.

Si pasamos a la función social nos encontramos dos situaciones: la consulta dentro de una institución de salud pública donde el profesional cuenta solamente con una bascula hospitalaria y 15min de acercamiento con un paciente que pasa al servicio por indicación (obligación) de su médico por lo que es percibido como un requisito más, ante el corto periodo de tiempo se le ofrece una dieta previamente diseñada con estándares generales que muy pocas veces se apega a la realidad del paciente.

La situación en el campo privado disfruta de mayor tiempo de acercamiento y con la posibilidad de usar instrumentos especializados para los que fueron preparados a manejar ¿Cuál es entonces la queja? La respuesta social, a pesar de que no se trata de un trámite, la población exige una solución de su problema de salud sin adquirir ninguna responsabilidad, pero con un instinto de desesperación por una respuesta lo suficientemente rápida frente a un problema cultivado durante largos periodos de tiempo por lo que los efectos colaterales ante tratamientos sin respaldo científico son omitidos.

Como respuesta, los nutriólogos comenzaron a idear tratamientos con técnicas que no cuentan con sustento científico pero que atrae a un grupo de personas en búsqueda de rapidez dispuesta a pagar, dejando muy atrás su preparación de cinco años que incluyen conocimientos médicos y administrativos. Entre la dificultad para laborar en el ámbito público y la complejidad de las exigencias sociales ha surgido una respuesta desesperada: la nutrición estética que no es más que la adaptación de especialistas cansados de explicar los procesos saludables para la mejoría de salud mediante la alimentación optando entonces por técnicas que no cumplen con argumentación fisiológica y que tampoco pertenecen a su preparación profesional pero que responde a la negatividad poblacional que los tacha de incompetentes ignorando su propia responsabilidad ¿Quién salvará a la nutrición en nuestro país?

Imagen que contiene alimentos, dibujo

Descripción generada automáticamente

*Psico nutrióloga