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Regulaciones a la IA

Antulio Sánchez

La relación que los humanos mantenemos con la tecnología se mueve entre la admiración por los productos tecnológicos de punta, que seducen e impresionan, y al mismo tiempo el terror,lo que induce a expresarlo a través de las mismas tecnologías.Un efecto notorio de esto lo tenemos con la tan de moda inteligencia artificial (IA), que ha dado paso a que políticos, funcionarios y entidades gubernamentales de varias partes del orbe quieran implementar mecanismos regulatorios sobre su uso, que se ha vuelto no sólo en el último grito de la moda, sino que también marca el declive de herramientas otrora populares y consideradas actuales, como es el caso de las redes sociales.

Desde el auge que adquirió Chat GPT, de inmediato variosgobiernos empezaron a tratar de regular el campo de la IA, en algunos casos actualizando sus marcos normativos que tenían en la materia, en otros intentando crear leyes específicas al respecto. En los países desarrollados incluso se pide que se cuente con leyes internacionales que regulen el uso de la IA. Ya tenemos, por ejemplo, en nuestra región latinoamericana el caso de Chile que se propone actualizar su marco normativo, con la finalidad de que la inteligencia artificial no tenga efectos perniciosos en el campo de la ciber seguridad, y al mismo tiempo aprovecharla para potenciar su economía.

La MIT Technology Review acaba de ofrecer de la mano de Melissa Heikkilä, un panorama de lo que se está haciendo en materia de regulación de IA en el mundo. Destaca la idea de regular la IA con base en la protección de los derechos humanos, como se lo propone el Consejo de Europa, una organización de derechos humanos integrada por 46 países, que ha establecido que para el mes de noviembre del año que corre tendrá listo un reglamento sobre inteligencia artificial centrado en la protección de los derechos humanos. La idea es que sea una norma vinculante para todos los integrantes de dicho organismo, en la que por cierto se ha invitado a nuestro país a participar. Lo que resulte de esta propuesta deberá pasar por un largo proceso, ya que cada país deberá de aprobarlo en sus respectivos congresos, lo que augura que de prosperar la reglamentación respectiva tardará en implementarse.

Se puede decir que actualmente varios países intentan regular la inteligencia artificial, entre los que destacan los miembros de la Unión Europea, pero también naciones como Australia, China, Francia, Irlanda, Italia, Japón y España. Estados Unidos cuenta ya con varias leyes aprobadas para regular la IA. A pesar de ello, lo cierto es que no se cuenta con normas específicas que reglamenten los efectos y problemas regulados por la IA, ya que se centran más en cuestiones éticas que deben regular el desarrollo de dicha tecnología.

Diversas organizaciones civiles y comunidades afectadas por los sesgos en la IA se han involucrado en tratar de ofrecer propuestas de regulación de la inteligencia artificial. Uno de los más destacados ha sido el Center for Innovation in Education(www.leadingwithlearning.org), que trabaja en principios de equidad para llegar a las comunidades más afectadas.

La Unión Europea (UE), que es la región del planeta en donde más fuertemente se han reglamentado las nuevas tecnologías, con medidas que en algunos casos han destacado por su dureza y derivado en la aplicación de multas millonarias a algunos titanes de internet, piensa poner en marcha mecanismos que regulen el desarrollo de la IA, que iría desde la conformación de políticas de regulación de aplicaciones y software, hasta protección de derechos humanos y estimular su uso en múltiples campos de la economía y el conocimiento. La UE trabaja en una amplia norma en la materia que lleva el nombre de «Ley de Inteligencia Artificial» (n9.cl/ahe3ki) que se centrará en los efectos negativos que provoca la misma y en la protección de los derechos humanos.

Si bien es cierto que la UE ha sido pionera en dar paso a normativas de avanzada y centradas en la protección de la privacidad y protección de derechos humanos en el terreno ciberespacial, y en las que fuertes multas se tornan en el disuasorio para frenar los apetitos y efectos perjudiciales de las empresas de las nuevas tecnologías, también lo piensa hacer así con su ley de IA. Lo positivo de esta propuesta es que es la más ambiciosa y acabada, lo que como dice Melissa Heikkilä, de la MIT Technology Review, puede volverse en la referencia obligada en la materia de regulación de la IA. El problema con las regulaciones sobre nuevas tecnologías de la UE es que se «les van las cabras», como se dice coloquialmente, de manera que propone severas taxativas que pueden afectar el desarrollo de la IA, amén de que puede ser controvertido para varios países de la UE implementar regulaciones en algoritmos, redes neuronales y en lo que se conoce como IA generativa.

Es bueno que los gobiernos se apliquen a abordar temas como la IA, pero no por levantarse de madrugada amanece más temprano, ya que regular la IA poniendo dedicatorias y camisas de fuerza a determinados desarrollos corre el riesgo de caer pronto en la obsolescencia: toda regulación en el campo de la IA, y en cualquier terreno de las tecnologías de punta, puedequedar superada ya que la velocidad de la innovación es sucaracterística. Además, estas regulaciones, bajo el amparo de la protección de los derechos humanos, pueden dar paso a mecanismos discriminatorios y abrir la puerta a sesgos y fomentar de manera indirecta la misma violación de la privacidad que se quiere proteger.

@tulios41

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