La lucha por los semiconductores
El libro Silicon Triangle (shre.ink/gRsI) es un análisis amplio de la manera en que se interconectan los aspectos económicos, políticos y geopolíticos en la producción de semiconductores. En particular el libro explora esa situación que vive Estados Unidos respecto a Taiwán y China en el contexto de la seguridad global y el papel que juegan las nuevas tecnologías, en particular los semiconductores. La obra fue coordinada a tres teclados por Larry Diamond, James O. Ellis Jr. y Orville Schell, en donde convergen análisis sobre tecnología, economía, estrategia militar, industria y política. La obra es el resultado de las deliberaciones y análisis de un grupo de trabajo multidisciplinario conformado por tecnólogos, economistas, estrategas militares, actores de la industria y expertos en políticas regionales. A lo largo de 18 meses este grupo trabajó para analizar la dinámica de la cadena de suministro global en semiconductores.
Debemos recordar que los semiconductores son el ingrediente fundamental de los chips, son como el barro que se usa para moldear las piezas de cerámica. Sin ellos, los chips, esos componentes electrónicos que impulsan nuestros dispositivos, simplemente no existirían. Hoy día la batalla está en la producción de semiconductores, que se dividen en intrínsecos y extrínsecos, pero son los segundos los más utilizados en la inteligencia artificial (IA) y Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es la líder en este campo.
Estos semiconductores permiten que se pueda ajustar la conductividad y crear dispositivos complejos por lo cual son ideales en la producción y dominio de los circuitos integrados avanzados, esenciales para el desarrollo de tecnologías de punta como la IA, la computación en la nube y la internet de las cosas; además, son clave para las cuestiones de seguridad, amén de ser significativos desde el punto de vista económico, al ser estratégicos para desarrollar productos innovadores y competitivos en los mercados globales.
El libro está centrado en la importancia de los semiconductores en la economía global y su papel en la seguridad nacional de Estados Unidos, son el factor esencial en la lucha que mantiene ese país con China por la hegemonía en el campo de la IA. El libro refiere que la dependencia de Taiwán para producir semiconductores y la creciente presión china sobre esa pequeña nación para controlarla directamente es un desafío para la seguridad global. Para abordar ese problema, los autores ofrecen una serie de recomendaciones para que Estados Unidos y aliados aseguren una cadena de suministro confiable de semiconductores.
Para comprender lo complicada que es la cadena de suministro, de la logística endiablada que eso conlleva citemos a los autores: «ningún país tiene ahora una cadena de suministro de chips completamente autónoma. […] cada ciclo de producción ahora implica una colaboración multinacional extremadamente compleja. Las herramientas y el diseño de software se realizan en gran medida en Estados Unidos. Las herramientas de fabricación extremadamente sofisticadas, como las máquinas de litografía, se producen principalmente en Estados Unidos, Países Bajos y Japón. La fabricación y el embalaje se efectúan en Taiwán y Corea. Las pruebas se realizan en gran medida en China y el sudeste asiático, y el ensamblaje de dispositivos terminados se centra predominantemente en China, junto con alguna migración reciente a Vietnam e India».
En tal sentido, los autores señalan que Estados Unidos deben diversificar su cadena de suministro de semiconductores, reducir su dependencia de Taiwán y China, y aumentar su producción doméstica de semiconductores extrínsecos; pero al mismo tiempo, debe fortalecer su cooperación con Taiwán en el ámbito de la fabricación de semiconductores, incluyendo colaboraciones en investigación y desarrollo, intercambio de personal y evaluaciones conjuntas de vulnerabilidades en la cadena de suministro.
De igual manera, los autores reconocen que si bien es necesario no depender tanto de Taiwán por ahora es un socio estratégico, y lo es porque el sistema de fundición ultramoderno y bien administrado de Taiwán ha permitido a esa nación producir más del 90 por ciento de los chips lógicos de vanguardia del mundo y más del 20 por ciento de sus chips heredados, que en conjunto contribuyen a casi el 40% del incremento agregado de potencia computacional del mundo cada año. Debe recordarse que los chips lógicos realizan operaciones complejas, mientras que los heredados tienen funciones específicas y limitadas: mientras los lógicos se diseñan para realizar operaciones complejas y son más eficientes, los heredados son específicos para aplicaciones antiguas y menos eficientes. Por eso la IA usa principalmente los chips lógicos, los diseñados para procesamiento de información compleja y aprendizaje automático.
Por tal aspecto es que los autores recomiendan que al mismo tiempo Estados Unidos trabaje en detener la agresión china hacia Taiwán, incluyendo la venta de armas y la coordinación de entrenamiento entre fuerzas militares en el Indo-Pacífico; también se debe desarrollar una estrategia integral de seguridad que abarque la producción, el comercio y la defensa, para asegurar la continuidad de la cadena de suministro de semiconductores.
El fuerte del libro está en manejar un enfoque interdisciplinario, en donde se combinan los análisis tecnológicos, económicos, las cuestiones de estrategia militar y la política regional. Los autores presentan un análisis detallado y bien documentado de la situación actual y ofrecen recomendaciones prácticas y realistas para abordar los desafíos que enfrenta la seguridad global de los semiconductores.
Sin embargo, el libro también tiene algunas debilidades. Algunos lectores pueden encontrar que el texto es demasiado técnico y especializado, que puede ser difícil de seguir para quienes no tienen un conocimiento previo en los temas abordados. Además, aunque el libro ofrece recomendaciones detalladas, no proporciona un plan de acción claro y específico para implementarlo.
Como es característico en este tipo de obras, el análisis se centra en la perspectiva estadounidense, no se hace un análisis crítico de la industria de Taiwán y China, las posturas y estrategias que los chinos toman al respecto, tampoco aborda las implicaciones éticas y sociales de la dependencia de los semiconductores y de la misma batalla que se libra por la hegemonía en ese sector. Además, no se abordan los efectos que esa disputa tiene en otras zonas del orbe. Asimismo, se dejan de lado las erráticas políticas industriales de Estados Unidos que en medio del frenesí de la globalización de los años sesenta y setenta del siglo pasado, llevó a las grandes tecnológicas a exportar su know how a China con el fin de fabricar productos a un menor costo de producción pero eso terminó fortaleciendo competitivamente a China. El impacto de los semiconductores y la disputa por la IA es el resultado de esas erráticas políticas.
@tulios41