La próxima creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SCHTI) en el gobierno de la presidenta electa Claudia Sheinbaum representa una oportunidad sin precedentes para impulsar el desarrollo científico y tecnológico en México. Esta nueva dependencia tiene el potencial de convertirse en una palanca crucial para el progreso del país, siempre y cuando se mantenga libre de sesgos ideológicos y partidistas. La SCHTI debe enfocarse en fomentar un entorno en el que la ciencia y la tecnología puedan florecer, contribuyendo así al bienestar social y económico del país.
El primer reto que enfrenta esta nueva secretaría es el de asegurar un financiamiento adecuado y sostenido. La historia reciente muestra que el presupuesto destinado a la ciencia y tecnología en México ha sido insuficiente y, en muchos casos, ha experimentado recortes significativos. La SCHTI debe luchar por un incremento sustancial en los recursos destinados a la investigación y el desarrollo (I+D), alineándose con las mejores prácticas internacionales que sugieren destinar al menos el 1% del PIB a estas actividades. Este incremento no solo debe ser cuantitativo sino también cualitativo, garantizando que los fondos se distribuyan de manera equitativa y estratégica.
Además del presupuesto, la gestión de políticas públicas es otro desafío significativo. La SCHTI debe adoptar un enfoque integral y coordinado, trabajando en estrecha colaboración con otras dependencias gubernamentales, instituciones académicas, empresas y organismos internacionales. La implementación de políticas públicas efectivas requiere de una visión a largo plazo y un marco regulatorio que promueva la innovación y la transferencia de tecnología. Esto implica no solo la creación de nuevos programas y proyectos, sino también la evaluación constante y la adaptación de las estrategias en función de los resultados obtenidos.
Uno de los aspectos más cruciales para el éxito de la SCHTI es su capacidad para mantenerse alejada de los sesgos ideológicos y partidistas. La ciencia y la tecnología deben ser campos donde prevalezca la objetividad y la evidencia empírica. La politización de la investigación puede conducir a la manipulación de datos y a la promoción de agendas que no necesariamente beneficien al interés público. La SCHTI debe establecer mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, promoviendo una cultura de integridad y ética en todas sus actividades.
Otro reto que no puede ser ignorado es la necesidad de fortalecer la educación y la formación de recursos humanos en ciencia y tecnología. El talento es el motor del desarrollo científico y tecnológico, y México necesita invertir en la formación de científicos, ingenieros y técnicos altamente capacitados. Esto implica mejorar la calidad de la educación en todos los niveles, desde la educación básica hasta la educación superior, y fomentar vocaciones científicas desde temprana edad. La SCHTI puede jugar un papel crucial en la creación de programas de becas, intercambios internacionales y colaboraciones con instituciones extranjeras de prestigio.
Finalmente, la SCHTI debe promover una cultura de innovación abierta y colaboración. La ciencia y la tecnología avanzan más rápidamente cuando se comparten conocimientos y recursos. La secretaría puede facilitar la creación de redes y consorcios de investigación, promover la participación de México en proyectos internacionales y apoyar la creación de startups y empresas de base tecnológica. Esta cultura de colaboración debe extenderse también al sector privado, incentivando la inversión en I+D y la creación de alianzas público-privadas.
La Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación tiene el potencial de transformar el panorama científico y tecnológico de México. Para lograrlo, debe asegurarse de contar con un financiamiento adecuado, gestionar políticas públicas de manera eficaz, mantenerse libre de sesgos ideológicos y partidistas, fortalecer la educación en ciencia y tecnología y promover una cultura de innovación abierta. Los retos son significativos, pero con la voluntad política y el compromiso de todos los sectores involucrados, la SCHTI puede convertirse en un pilar fundamental para el desarrollo sostenible del país.
*Profesor de El Colegio de Morelos.
Fuente: elaborado con IA / Cortesía del autor