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Prudenzio Mochi Alemán *

La economía social vive un momento histórico a nivel global. El pasado 18 de abril la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la primera resolución de esta institución para impulsar la Economía Social en todo el mundo, una medida importante y de incentivo para todos los gobiernos que promueven esta esfera de la economía y para las muchas organizaciones de la economía social a nivel local, regional y global.

Es una buena noticia, en el sentido que otorga un papel determinante a todas las prácticas y actores que se cobijan y desempeñan actividades bajo la lógica y los valores de la economía social, ya que otorga un reconocimiento a estas prácticas como posibles para que una sociedad pueda evolucionar hacia un modelo de desarrollo en dónde los derechos de las personas son preservados. 

Se trata por otra parte de una resolución que avala y ofrece soluciones para responder a la reducción de desigualdades y a la protección del medio ambiente, ya enunciados en la Agenda 2030 también por la ONU, es decir señala nuevamente el camino a seguir. 

Por supuesto no se trata de una ley vinculante, Naciones Unidas no podría hacerlo, pero la iniciativa del hecho tiene un valor político avalado por 28 países miembros de todos los continentes que apoyaron esta resolución. La parte más clara es que reconoce la gran diversidad internacional, y precisa que comprende inequívocamente a cooperativas, asociaciones, mutuales, fundaciones, empresas sociales, grupos de autoayuda y otras entidades que operan según sus valores y principios. Y da por sentado los principios reguladores (a) cuya gobernanza es democrática o participativa, (b) cuyo criterio de distribución y uso de los excedentes o de los beneficios, así como de los activos confiere primacía a las personas y al fin social sobre el capital, (c) la autonomía y la independencia (frente a gobiernos y empresas tradicionales) y (d) que se basan en los principios de la cooperación voluntaria y la ayuda mutua.

¿Pero, esta resolución en qué sentido impacta en nuestro territorio?  Siempre recibimos estas noticias y las observamos como algo que está lejano de nuestros espacios, de nuestra realidad cotidiana. Sin embargo no es así.   

Bien leída y tomada en cuenta por los actores interesados en Morelos, esta resolución es una invitación para que el gobierno estatal, local, así como también el federal, por supuesto, opten por aprobar leyes estatales y mejorar la ley federal, que faciliten la organización de las comunidades y grupos organizados en entidades reconocidas por la economía social y solidaria. 

En el Nodess Morelos Solidario y Cooperativo, se trabaja en el grupo pertinente a la parte jurídica con investigadores destacados en la materia, y organizaciones sociales para poder presentar ante el Congreso Estatal una propuesta de ley.

Las actividades territoriales-comunitarias que trabajan de manera espontánea, en varios sectores ya sea de producción agroecológica, de economía de los cuidados, actividades culturales, organización de mercados locales, en el supuesto de estar institucionalmente reconocidos jurídicamente tendrían garantizado su radio de acción, calidad e impacto y redundaría en mejorar la condición de las personas y de las comunidades. 

*Investigador de tiempo completo en el CRIM-UNAM. Coordinador del Grupo de Trabajo Investigación, Capacitación y Difusión del NODESS Morelos solidario y cooperativo.   

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