

La Leyenda Negra Española, promovida por las potencias rivales de España, creó la idea de que la presencia española en el Nuevo Mundo provocó el estancamiento de las ciencias y el arte, entre otros aspectos de la vida, derivado del fanatismo religioso que promovía la muy importante influencia de la iglesia católica no solo en la América española sino en la propia península ibérica. No obstante, son varios los personajes que nos dan otro enfoque sobre el dominio español en América, matizando en buena medida la Leyenda Negra. Contrario a ésta, España se encontraba a la vanguardia en muchos rubros tales como el arte, la ciencia y la tecnología, incluso por encima de sus potencias rivales como Francia, Países Bajos o Inglaterra.
Pese a ser una de las figuras más relevantes del Siglo de Oro español en materia científica, son muy pocos los datos referentes a la biografía de Francisco Hernández de Toledo que han sobrevivido hasta nuestros días. Nativo de Puebla de Montalbán, mencionado en su testamento. Es tan poca la información respecto a Hernández que incluso se desconoce quiénes fueron sus padres y su linaje. Por otra parte, la ausencia de información ha provocado que se especule sobre la posibilidad de que Francisco Hernández fuera descendiente de judíos conversos.

Así como se ha especulado bastante sobre los orígenes y la fecha de nacimiento, lo mismo ha sucedido con sus estudios ya que no son pocos los que han asegurado que Hernández realizó sus estudios en la Universidad de Salamanca, sin embargo, a la fecha no se han podido demostrar dichas afirmaciones puesto que en los libros de Salamanca no existe registro alguno de él. Muchos de sus datos biográficos fueron escritos por él mismo en sus obras en forma de notas y comentarios.
Su amistad con Andreas Vesalio le permitió contactar con las personas adecuadas para convertirse en médico de cámara del rey hacia finales de la década de 1560. Años más tarde fue designado como Protomédico de las Indias Occidentales, por lo que se trasladó a estas en una expedición de carácter científico, la primera de su tipo llevada a cabo por alguna potencia europea en América. Francisco Hernández partió hacia el Nuevo Mundo a principios de 1570 por órdenes expresas del rey en las cuales detallaba sus atribuciones al ser nombrado Protomédico de todas las Indias. Es por tal motivo que podemos considerar a Felipe II y a Hernández como pioneros de la Revolución Científica.
El viaje de Francisco Hernández a la Nueva España no solo consistió en realizar el catálogo de plantas, animales y minerales con valor medicinal existentes en el virreinato, sino que al ser nombrado Protomédico General de las Indias sus funciones iban más allá de la expedición. Otro de los objetivos del viaje, consistió en realizar la certificación correspondiente de los futuros protomédicos del virreinato, cirujanos, aspirantes de medicina, boticarios, herbolarios, especieros y aquellos indígenas que a lo largo del territorio recurrieran a sus conocimientos en el uso de plantas, animales o minerales como elementos de sanación.
Uno de los lugares en los que pasó una buena temporada utilizándolo como punto de partida de distintas expediciones fue al sur de la Ciudad de México, en la región que actualmente ocupa el actual estado de Morelos. Desde Cuernavaca partió en distintas direcciones, entre ellas Huitzilac y principalmente hacia Tepoztlán y Yautepec ambos quedaron relegados cuando viajó a Oaxtepec, lugar en donde encontró los restos del antiguo jardín botánico de Moctezuma que aún conservaba buena parte de las especies que se trajeron a éste desde distintas regiones de Mesoamérica. La llegada de Francisco Hernández coincidió con los primeros años del establecimiento del Hospital de la Santa Cruz a cargo de los Hermanos de la Caridad, en el cual se alojó y además llevó a cabo prácticas sobre las propiedades medicinales de las plantas catalogadas por él y su aplicación como remedios en los convalecientes de dicho hospital.

Tras siete años de estadía en la Nueva España y más de novecientas fojas escritas, Francisco Hernández de Toledo partió de Veracruz con rumbo a España a principio de 1577, no sin antes enviar instrucciones para poder hacer una revisión al texto enviado ya que este no era la versión final. En 1580 Francisco Hernández de Toledo, cansado, enfermo y envejecido fue incapaz de concluir con las modificaciones a su obra. El rey designó a uno de sus médicos de cámara, Nardo Antonio Recchi para revisar y ordenar la obra de Hernández. Recchi se limitó a examinar y resumir la obra con las partes que a su criterio eran las más importantes, tras dos años de trabajo el napolitano entregó lo que posteriormente seria conocido como De Materia Medica Novae Hispaniae.
* Historiador
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