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El Festival Luciérnagas para la Paz 2025

 

“La oscuridad del mundo puede no ser tu culpa,
iluminarlo es tu deber existencial.”
Abhijit Naskar (poeta y neurocientífico indú 1991), 

Yarasistán: Mis heridas, mi corona

Durante casi dos décadas, como servidor público, he sido testigo de la danza de los millones en planes, programas, proyectos y acciones de cultura orientados a la prevención social de la violencia y la delincuencia o a la llamada construcción de cultura de paz. La mayoría de las veces su fracaso o sus tímidos resultados ha sido a consecuencia de la necedad de quienes los diseñan que excluyen toda forma de participación real de las comunidades, de los agentes culturales, y de los colectivos.

Hoy, nos centramos en una iniciativa ciudadana, me refiero al Festival Luciérnagas para la Paz 2025 que este año se realizó del 5 de marzo al 5 de abril de 2025 en el municipio de Cuautla, Morelos, y que fue organizado por Arte Sustentable A.C. con la colaboración de las agrupaciones Colectivo Alebrijoso y Proyecto CAO. Estas agrupaciones reúnen la participación de importantes artistasm creadoras y agentes culturales de la región oriente de Morelos. Su objetivo fue promover una cultura de paz a través de la creación artística colectiva, la apropiación del espacio público nocturno, y el diálogo y la convivencia comunitaria en espacios educativos y culturales de Cuautla.

Mujeres y hombres, que participan ahí, foorman parte de algunos de los movimientos y procesos culturales más importantes lo mismo en el ámbito de la cultura popular cono La Mojiganga de Zacualpan, que del Festival de los diablos, o integrantes de Cultura 33+3, el colectivo que le dio una Ley de Cultura y Derechos culturales para el estado de Morelo.

El primer festival ocurrió en 2020, en la antesala de la Pandemia, y en esta ocasión el Festival se realizó gracias al British Council a través de su convocatoria Cultura Circular, que apoya festivales en toda América Latina. Ese festival es una propuesta que retoma prácticas similares en Francia realizadas por las organizaciones Les Poussières y Auberfabrik, y en Inglaterra por la organización B-Arts. Integrantes de la edición Cuautla han participado en los intercambios con Francia, y próximamente estarán en Inglaterra. Todo desde el esfuerzo independiente pero con apoyos solidarios.

La antropóloga Bárbara Martínez, una de sus principales promotoras, me cuenta que “Luciérnagas para la Paz 2025 tuvo dos líneas curatoriales: la creatividad comunitaria a través de la realización de talleres en espacios culturales y escuelas públicas con niñas, niños, jóvenes y personas adultas; y la apropiación del espacio público “iluminando la noche” como una manera de hacer contrapeso al miedo que las personas han generado para habitar su territorio debido a la violencia y la inseguridad”.

En esta edición 2025 asistieron como invitados tres artistas de la organización inglesa B-Arts y una artista de la organización francesa Les Poussières: . Se realizaron 4 actividades: 1.-Talleres colectivos de construcción de linternas. 2.-31 talleres realizados en 11 escuelas y centros culturales. 3.-Laboratorio de experimentación artística, donde artistas locales guiados por artistas de B-Arts imaginaron y construyeron 4 linternas monumentales; y 4.- El conversatorio “Creación artística y comunidad en el espacio público”, con la participación de 12 organizaciones y espacios culturales independientes que generaron reflexión y diálogo en torno a la gestión y producción cultural.

Finalmenten durante la Gran Marcha Nocturna cientos de personas y familias caminaron durante la noche, iluminando las calles oscuras de Cuautla con todas las linternas construidas a lo largo de un mes de trabajo, acompañadas de música y chinelos.

Nunca como ahora se vuelven necesarias alas acciones por la recuperación del espacio público y la restauración del tejido social. Para nadie es extraño el clima de inseguridad y violencia por el que atraviesa el estado de Morelos desde hace décadas, pero el cobro de piso, el secuestro, y otras modalidades de extorsión y violencias se han agudizado en los últimos años, especialmente ante el naufragio político del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, cuyo sexenio estuvo signado por la corrupción y la violencia. La paz social es uno de los valores que constituyen la esencia de la democracia. Pero la paz, dicen los expertos, no es solo la ausencia de guerra, sino también la presencia de justicia social, respeto mutuo y convivencia pacífica.

En esa arquitectura participa toda la sociedad y las instituciones del Estado.De acuerdo con el INEGI, en 2024 el estado de Morelos registró el número uno en percepción de inseguridad. Apenas ayer, La Jornada Morelos y La Jornada nacional informaban que “más de la mitad de los ayuntamientos de Morelos no han nombrado a sus responsables de seguridad pública y han extendido por más de tres meses la figura de “encargados de despacho”, que les permite tener a funcionarios que no cumplen con los requisitos entre ellos los exámenes de control de confianza”, y que de “los 36 alcaldes que integran el estado de Morelos, sólo diez han participado en la mesa de seguridad”, como lo reconocieron el secretario de Gobierno de Morelos, Juan Salgado Brito, y el secretario Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Miguel Ángel Urrutia Lozano.

Mientras tanto, de lado de la sociedad, las personas se unen, reunen, convocan y elaboran iniciativas que articulan esfuerzos orientados a la contrucción de cultura de paz. Solo así el futuro es una promesa luminosa ante los días obscuros por los que hemos transitado en esa fiesta de la barbarie de la que no logramos saber cuál es el fondo. Muchas elicidades a quienes hicieron posible el Festival de las Luciérnegas.

Si no es cultural, incluyente, colectiva, gozosa, creativa, y por lo tanto luminosa, no es transformación.

Imagen que contiene tabla, barco, luz, paraguas

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Imagen cortesía del autor

Gustavo Yitzaac Garibay