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Por Flora Guerrero Goff

Segunda y última parte

En México se está llevando a cabo un desarrollo inmobiliario urbano sin precedente. Basta mencionar los desarrollos urbanos desmedidos en Cancún, Quintana Roo, Playa del Carmen, Baja California, por mencionar algunos lugares, donde están arrasando con los ecosistemas nativos y áreas verdes urbanas de estas diferentes regiones. La mayoría de las empresas constructoras de casas habitación, hoteles, balnearios, ente otros, carecen de una ética ambiental, y aunque algunas empresas se disfracen con nombres de “empresas ambientalmente responsables” no lo son.

La Ciudad de México, no es la excepción. Recientemente el gobierno de Claudia Sheinbaum, a través del Programa General de Ordenamiento Territorial), (PGOT), promovió el cambio de uso de suelo para convertir treinta mil hectáreas del área de conservación a suelo rural, el cual, recibiríaservicios públicos de agua, pavimentación y energía eléctrica, lo que implicaría detonar una eventual urbanización en área de conservación, donde, a parte de tierras agrícolas, existen zonas boscosas que forman parte del Bosque de Agua. Las treinta mil hectáreas se ubican al sur de la Ciudad de México ocupadas por los pueblos y comunidades originarias de Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta, Magdalena Contreras, y Álvaro Obregón. Organizaciones civiles, especialistas, vecinos y pueblos originarios cuestionaron severamente la iniciativa mediante argumentos técnicos y diversas protestas, principalmente por el Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios de la Cuenca del Anáhuac. El estado actual sobre la situación, es que el gobierno de Claudia Sheinbaum cedió revisar la propuesta del PGOT y en ese proceso se encuentraactualmente, esto derivado de la fuerte presión social. Pero la lucha sigue.

 

En Guadalajara, Jalisco, fueron arrestados tres estudiantes universitarios por oponerse a la construcción de mil ochocientos departamentos de lujo, espacios comerciales, industriales y de servicios del proyecto Distrito ICONIA en un predio de trece hectáreas que pertenecían al Ayuntamiento y que estaba destinado a ser un parque público, pero que, en el 2008, para dar paso a la urbanización particular, fue privatizado por acuerdo del Cabildo del Ayuntamiento de Guadalajara. En marzo del 2021, estudiantes y vecinos que generaron el movimiento ciudadano denominado “Parque Resistencia Huentitlán” instalaron en dicho predio un campamento durante ciento cuarenta y cuatro días en los que reforestaron y organizaron actividades comunitarias por la defensa del espacio públicodemandando que el Ayuntamiento restablezca las trecehectáreas a la comuna como parque público. Los estudiantes encarcelados quedaron libres gracias a la presión ciudadana y solidaridad de la Universidad Autónoma de Guadalajara, UAG. Pero la lucha por el parque continúa.

En Cuernavaca el desarrollo urbano ha sido caótico y desordenado, una buena cantidad de las construcciones han sido ilegales por no contar con los permisos de construcción que se requieren por ley. Una de las modalidades surgidas en los últimos años, es, que las empresas constructoras inmobiliarias compren o renten amplios predios particulares, casi siempre con muchos árboles y en muchos de los casos con casas tradicionales de Cuernavaca que son demolidas. Los árboles son destruidos y arrancados de tajo con trascabos en cuestión de horas, para cuando ya se hayan percatado los ambientalistas, o alguna autoridad, la destrucción esté consumada y no haya árboles que salvar. Lo tienen perfectamente medido. Estas empresas infames, saben bien, que, aunque se presente denuncia por la tala ilegal de árboles, serán multados con una cantidad ínfima y ridícula que solos significa quitarle un centavo a su bolsillo.Cuernavaca tiene un déficit de parques y áreas verdes públicas, son los predios particulares que formas la mayor extensión de verde en Cuernavaca, y actualmente, estas áreas verdes privadas también las estamos perdiendo a causa de una urbanización insensata. Quizás haya empresasinmobiliarias responsables ambientalmente, pero hasta ahora, han sido terribles las experiencias que hemos tenido los ambientalistas con este tipo de empresas depredadoras.

El “apogeo voraz” de las empresas inmobiliarias en Cuernavaca y el resto del país, están arrasando con las áreas verdes urbanas públicas y privadas, incluyen áreas naturales protegidas de selvas, manglares, bosques y barrancas. Desde muchos años atrás, autoridades competentes en el área ambiental y de obras públicas de los tres niveles de gobierno, lo saben, tienen pleno conocimiento de esta situación, pero en la mayoría de los casos, callan.

Es innegable que se requiere actualizar los programas de ordenamiento ecológico y territorial porque las ciudades han crecido con desorden y desmedidamente, no obstante, estas actualizaciones deben de ser a favor de un desarrollo urbano congruente con la protección y conservación del ambiente y con consultas ciudadanas democráticas a las comunidades que pueblan los territorios.

fguerrerogoff@gmail.com

Facebook: Flora Guerrero Goff

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