

Una ola poderosa, alegre y con justa rabia recorrió las calles de Cuernavaca, la batucada marcaba el paso de miles de morras que pusieron su cuerpo gritando consignas; muchas voces, no siempre las mismas, unidas por el dolor por las desaparecidas, los feminicidios y acosos familiares, en el trabajo, la escuela, las calles.
La madrugada se vio iluminada, en el centro de la CDMX, por una ofrenda inmensa elaborada por madres de desaparecidos y feminicidios. Su luz frente a palacio de gobierno marcó el inicio de la jornada. En esa hoguera se incendiaron avenidas y calles de territorios agraviados por la violencia que recorre al país controlado por el gobierno de Morena coludido con la delincuencia que ha llenado de sangre el territorio nacional.

Hace años, padecemos un tufo a cadáver. Fosas como la recién encontrada en Teuchitlán Jalisco, muestran el rostro de un sistema montado en el crimen.
Entre muchas denuncias se encuentra la violencia vicaria, abuso contra mujeres a través de sus hijos y familiares.
Blanca Petrich, en La Jornada denunció las redes de corrupción contra mujeres que luchan o denuncian a sus parejas por quitarles a sus hijos. La periodista dio la increíble noticia de la organización de hombres adinerados y con poder político que formaron el colectivo “no más presos inocentes”. Sostienen que sus esposas están abusando de ellos y que quieren sacarles dinero. Hombres que pagan a tribunales y agencias del Ministerio Público, para que los jueces aceleren las demandas contra sus mujeres. Soltando dinero permiten avanzar sus acusaciones, caso contrario con lo que sucede con las carpetas de denuncia de las mujeres que se estancan en los tribunales.
Aunque parezca increíble han logrado que a Ana Katria, abogada de derechos humanos y de género, se vea obligada a salir del país, acusada de utilizar a las mujeres vulnerables y a los niños para, según ellos, promover y ganar divorcios y pensiones.

En diciembre pasado los hombres realizaron una manifestación frente a la Fiscalía General de la Ciudad de México con mantas y carteles, obteniendo rápidamente resultados, como la persecución a Fernanda Turrent, joven veracruzana, que padeció durante años agresiones de su esposo, Edgard González Pedrero, y quien fue citada a un tribunal capitalino para responder a una supuesta “retención de sus hijos”. Se trataba de una trampa. Fue detenida y hoy, se encuentra en el Reclusorio Femenil de Santa Martha Acatitla.
María Fernanda Turrent, antes de abandonar su hogar conyugal, logó grabar audios y videos donde se prueba la violencia doméstica. En uno de ellos se escucha al victimario decir “¡Tú crees que soy un pendejo! ¡Soy un pinche sicópata! ¡Te hincas o mato a tus humanos ¡” En todos se escuchan llantos infantiles. Este hombre poderoso ligado a negocios inmobiliarios, financieros, hoteleros, agroindustriales y de medios, logró que encarcelaran a María Fernanda.
En este contexto de violencia de hombres encumbrados en lo económico y político se dan las declaraciones de Cuauhtémoc Blanco ex gobernador de Morelos, acusado, de corrupto, ladrón, ligado a los narcos, que intentó violar su media hermana Fabiola. El exgobernador declaró que va emitir una iniciativa para que los hombres se defiendan de falsas acusaciones de las mujeres. Sostuvo, estar harto de que lo tomen por piñata.
La respuesta de las mujeres fue contundente. El colectivo 3por3, que lucha para que ningún agresor de mujeres llegue a ocupar un puesto público, quemó, en la ciudad de México, un monigote representando a Blanco, con camiseta con el logo de Morena, arrastrado por las calles al tiempo que se escuchaba. ¡Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, Cuauhtémoc no es político, es violador, macho, burgués! ¡Cuauhtémoc te lo décimos en tu cara, porque eso es lo que eres, violador! Consiga que también se escuchó fuerte en Cuernavaca.

El día internacional de las mujeres mostró musculo potente que denuncia la violencia intolerable. Su rabia es justa. También la alegría, el orgullo de ser morras juntas en miles de plazas de la nación y del extranjero.
Mención especial es la solidaridad del obispo Alfonso Leija quien abrió su espacio Colectiva Diversa para ofrecer agua a las marchistas.
¡Justicia para Mafer!
¡Alto al genocidio en Gaza!

