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La recuperación

Todo el mundo habla de la recuperación y no saben lo que se les viene encima.

Egon Soda.

B Z

D cumple un año de sobriedad hoy y me invitó a su junta de aniversario. D lleva dos internamientos por abuso de sustancias, por consumir particularmente la droga conocida como cristal y la cosa suena prometedora, pero no lo es. El negocio del abuso de drogas y los métodos de contención y cautiverio son muy variados, desde los llamados grupos tradicionales, que en Cuernavaca superan el medio centenar, hasta los anexos, las clínicas, los grupos de puertas abiertas, los anexos cristianos y las llamadas “experiencias espirituales” de grupos autodenominados como cuarto y quinto paso. Casos de abuso y agresión sexual, de sectarismo, de violencia física y psicológica e incluso de desaparición forzada. En el fondo las irregularidades son el pan de cada día, adictos en recuperación con poco tiempo y que con conocimientos puramente empíricos deciden abrir centros de rehabilitación cuyo funcionamiento siempre es dudoso. Métodos de tratamiento donde la mayoría de las veces se diagnostica de igual manera a adictos y no adictos, donde las cuotas de recuperación o costos de internamiento son altísimas y donde en la mayoría de los casos no se garantiza el proceso de abstinencia o sobriedad de los usuarios. Y la cosa sigue empeorando. De algunos años para acá, digamos 2017 (o mucho antes) el narco también ha hecho uso indebido de estos espacios, desde los reclutas que van a esconderse y hacerse pasar por internos hasta los dueños que, a través de prácticas fraudulentas o con dinero del narcotráfico deciden abrir clínicas. A mi amigo D al parecer no le fue tan mal, su padrino, que es dueño de la clínica, sí es terapeuta de profesión y además es cristiano. Lo único que me parece extraño es que desde que salió de su internamiento, parte del proceso de D es llevar a otros internos a sesión en grupos varios de la ciudad. Claramente esta acción es parte de su “proceso de recuperación” y por lo tanto no recibe gratificación de ningún tipo. D está emocionado, la junta va a comenzar y la sala está llena. Todo sea por la recuperación, dice el moderador de la junta, y la frase no puede parecerme menos irónica.

La Jornada Morelos