El pasado martes 10 de septiembre se llevó a cabo el debate presidencial entre el expresidente J. Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris. Trump como showman empedernido tuvo algunos argumentos polémicos, entre los más escandalosos la afirmación de que las personas inmigrantes estaban comiendo gatos y perros, mascotas en general, esto no sólo es falso, sino que enuncia una forma de observar la otredad inmigrante desde un canon del miedo. Aquí algunas notas y reflexiones.
Estados Unidos está en periodo electoral, previo a las elecciones del 5 de noviembre los candidatos de los partidos republicano y demócrata suelen tener algunos debates para convencer a su electorado y compartir sus propuestas. Después de que Joe Biden decidiera no buscar un segundo periodo presidencial, la que fue su vicepresidenta subió como candidata del partido demócrata. Kamala Harris se enfrenta a Donald Trump en las elecciones de este año. El debate tuvo sus momentos referentes al tema migratorio.
Uno de los momentos más álgidos del debate fue cuando Trump comento con mucho miedo y exaltación que «se están comiendo a los perros, la gente que llegó, se están comiendo a los gatos», dijo Trump cuando se le hizo una pregunta sobre migración «se están comiendo las mascotas de la gente que vive allí, y esto es lo que está sucediendo en nuestro país, y es una vergüenza».
¿Es cierto que los inmigrantes están comiendo mascotas? Se debe recalcar que la afirmación que hizo el exmandatario estadounidense es mentira. La policía de Dayton, Ohio, dice que no hay evidencia de que los inmigrantes estén comiendo mascotas. Denominaron las alegaciones del expresidente como irresponsables. El alcalde de Dayton, Jeffrey J. Mims, Jr., también emitió un comunicado en el que calificó la afirmación de «totalmente falsa y peligrosamente irresponsable por parte de políticos que pretenden sembrar división y miedo». Mims dijo que no había habido «absolutamente ningún informe de este tipo de actividad” (Tarrant, 2024).
Sobre esta enunciación se pueden decir tres cosas: el migrante como un monstruo de Norbert Elías, la evocación del miedo como piedra de toque los candidatos antiinmigrantes y el juego mediático antiinmigrante que existe al interior de los Estados.
En primer lugar, ver al migrante como una otredad y como un monstruo no es nada nuevo. Norbert Elias propone que es una estrategia para confrontar un nosotros contra un ellos, los otros. En ese sentido, observar al migrante como un ser carente de elementos humanos es una técnica utilizada para que los “establecidos” (insiders) mantengan su estatus y su poderío local frente a los “fuereños” (outsiders). En el imaginario social, los recién llegados adquieren un carácter “demoníaco, monstruoso, inculto, bárbaro, sucio” frente a los ya establecidos que son “diametralmente opuestos” y representan “angelical, humano, culto, civilizado, limpio”. La estrategia, no sólo de Donald Trump, es marginalizar al inmigrante como una figura monstruosa que “come mascotas”.
En segundo lugar, esta estrategia de evocar al miedo como un energizante o incluso como el sentimiento base para ganar adeptos no es única del mandatario estadounidense. En general, los políticos conservadores utilizan el miedo como una medida evocativa. La sociedad del miedo, prestar atención a un objeto-sujeto para permitir que los políticos desplieguen acciones antiinmigrantes. El miedo, así como la compasión son claves para la política, porque permiten el uso de un sentimiento y de una emocionalidad que no necesita de razones. Temor a las crisis económicas, temor al falso reemplazo demográfico, temor a la pérdida de empleo, temor y miedo. Sobre todo, provocar terror más que miedo. El terror no permite la razón, ni la capacidad de medidas milimétricas es sentimiento de sobrevivencia pura.
¿Por qué Donald Trump dijo que los migrantes comen mascotas? Las razones psicológicas e inconscientes no podrán ser analizadas más que por algún profesional de la salud, sin embargo, una de las razones contextuales es que otros políticos conservadores como James David Vance han utilizado por medio de la plataforma «X» el argumento de que los migrantes haitianos están comienda gatos, patos, perros. A su vez este argumento político emerge de una mujer de Ohio a la que le contaron la historia de una vecina, que a su vez se enteró de un amigo que escucho el relato de su hija (Liddell, 2024). Es decir, la fuente es poco confiable, es casi información de cuarta, quinta, sexta mano. Un chisme, utilizado como argumento político para ejemplificar la «crisis» o la gravedad de la existencia de presencia migrante en Estados Unidos. Al interior de Estados Unidos, como en muchos otros países, se vive un juego mediático antiinmigrante y xenófobo que pretende obtener votos y la aprobación de los nacionales para ejercer políticas migratorias cada vez más selectivas.
*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo.