En el pasado Encuentro de Artes Escénicas de Morelos 2024 se premió a dos compañías de larga data en nuestro Estado: Malitzi Arte Escénico y Teatro Artimañas. El galardón del encuentro competitivo es una función pagada por la Secretaría de Turismo y Cultura pero lo realmente valioso es que a estas dos agrupaciones se les reconozca por su calidad y trayectoria. Malitzi Arte Escénico tiene su trinchera en la histórica ciudad de Cuautla donde han abierto un generoso espacio multidisciplinario que se llama Casa de Arte con programación regular no únicamente de producciones propias sino que reciben cálidamente agrupaciones afines de la entidad, del país y del extranjero.
En 2006 las hermanas Liliana y Sandra Abúndez Benítez fundan Malitzi Arte Escénico pero en realidad con esta compañía nos encontramos ante bailarines de tercera generación pues la madre de ambas ha sido una destacada maestra, teatreara, coreógrafa e intérprete, Marcelina Benítez, pionera de la Casa de la Cultura de Cuautla enseñando danza folclórica y merecedora del Premio Tesoros Humanos Vivos de Morelos en 2020. Y ahora Andrés y Rodrigo, hijos de Sandra, sobrinos de Liliana y nietos de Marcelina, forman parte activa desde la escena y desde lo técnico, respectivamente.
La pieza con la que fueron galardonados en Tepoztlán el pasado domingo 3 de agosto en el Auditorio Ilhuicalli fue la creación colectiva Transitar lo efímero que cerró el encuentro citado y cimbró a los asistentes con su belleza y contundencia. Esta pieza se estrenó en la etapa final de la pandemia y es un homenaje a la existencia, acorde con la filosofía de Malitzi Arte Escénico: “Lo que mantiene unido este proyecto es mirarse y mirar al otrx: formando, gestionando, proponiendo. Creatividad ejercida desde la memoria en donde moverse implica la escucha mutua. […] Habitar el cuerpo es vivirse en casa creando mundos: techos para cobijar, muros para imaginar, suelos que cultivan los pasos. Su espacio sede Casa de Arte es imán de encuentros y se entrega a una ciudad cuyo pasado es compañía y promesa. Todo ello para ampliar y fortalecer lazos vivos que van desde el individuo y hacia la comunidad. Legado espontáneo: obra, acción y experiencia que se dejan ser en libertad.”
En la misma ceremonia se reconoció a Teatro Artimañas por su montaje El camino y la piedra que ha recorrido ya países, República Mexicana y muchos municipios morelenses. Su creador, Sergio Guevara Altabe, nació en Tucumán, Argentina, y se formó como titiritero a la vieja usanza: a punta de ser aprendiz de maestros, seleccionando entre los mejores para aprehender el oficio. Luego de recorrer por cinco años Sudamérica y Centroamérica, llega a México en 1994 donde se enamora del país y, sobre todo, de Morelos. Sergio abraza y se abrasa en el territorio morelense, y dedica su vida a trabajar en el municipio de Tepoztlán, desde donde irradia su arte y realiza anualmente el Festival Teatro Artimañas desde 2009, en la gran Carpa que compró en 2008 y que dio pie a la iniciativa Nómada Producciones con la que recorre festivales en el país con proyectos artísticos y educativos.
Sergio Guevara define a Artimañas como un teatro de solista, por eso es arte con mañas para poder contar las historias sin ayuda de nadie; estirando sus límites para poder hacer como animador de muñecos y constructor de títeres lo que se le da la gana. Y como no le gusta que nadie le ponga límites nunca ha pedido una beca mereciéndolas todas. Aprecia su libertad creadora de tal manera que no le gusta que nadie le dicte los caminos para encontrar cuál es el mejor para su arte según sus propios proyectos personales y convicción. México es para él su desafío como solista donde, desde que llegó, Raquel Bárcena lo invitó a ser parte de un Diplomado de títeres y educación, así como de los festivales del Museo Nacional del Títere que le ayudaron a posicionarse. Y como la convicción lo ha llevado a querer devolver algo a la geografía que lo acogiera, de septiembre a diciembre próximos se llevará a cabo el VII Festival Teatro Artimañas que se hace a base de agallas y la solidaridad de muchísimos colegas.
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