Mezcal morelense: vicisitudes de una tradición sometida por la voraz postmodernidad
“El maguey silvestre de donde extraen el mezcal, llamado así maguey de mezcal, abunda en muchas partes del clima cálido [de Morelos], y se explota regularmente; el mejor mezcal que se fabrica es en el Distrito de Jonacatepec”, afirmó el cuernavacense y secretario de Gobierno morelense Pedro Estrada en su opúsculo titulado Nociones estadísticas del estado de Morelos ‒1887‒, al describir la variedad de agaváceas en la entidad.
El estado de Morelos, ubicado en la región identificada como Tierra Caliente posee, por sus características físicas, ambientes propicios para el desarrollo de diversas especies nativas de agaves. Durante el siglo XIX, el aprovechamiento de especies silvestres y cultivadas para la producción de fibras y bebidas fue parte de la vida cotidiana en los pueblos surianos que, en 1869, crearían la entidad cuyo nombre honra al general José María Teclo Morelos y Pavón.
Carlos Urióstegui y Zequeira, jojutlense y residente en Madrid, en las “Noticias Estadísticas que van a formar de mi tierra Jojutla” ‒1864‒, relató que los vecinos del barrio de Nexpa “se dedicaron al cultivo del añil y establecieron a inmediaciones del Puente que unió los campos de Nexpa con los de la haciendita de [Nuestra Señora de] Guadalupe, una fábrica para elaborar el añil y un rico mexcal que hacían llevar a distintas regiones de la República”.
Las fuentes documentales del siglo XIX consigan especies como: maguey manso, maguey chino, maguey del cerro, maguey meco o listoncillo; maguey de pulque; y maguey de mezcal. El manso y el chino eran usados para la elaboración de costales; con el del cerro se elaboraban reatas; el meco o listoncillo tenía usos medicinales; el de pulque se aprovechaba para la bebida fermentada; y el de mezcal se destinaba a la producción de la bebida destilada.
En la Geografía y estadística del estado de Morelos ‒1895‒, el investigador Alfonso Luis Velasco reconoció que en “Morelos hay varias clases de magueyes” y, particularmente, “el maguey de mescal abunda en toda la tierra caliente; identificando que “en el distrito de Jonacatepec es donde se fabrica el mejor mescal” morelense. El autor registró la producción del destilado ese año: “5,000 barriles” de mezcal con un valor de “$45,000.00”.
Morelos enfrenta una realidad compleja en torno a la producción de mezcal: no es reconocida la denominación de origen del producto. Y es que, si bien existe una demostrada tradición mezcalera en la entidad, desde finales del siglo XX los agaves locales, “criollos”, han sido desplazados por agaves introducidos, azul y espadín, resultando productos de baja calidad y poca competitividad. La tradición ha sido sometida por la voraz postmodernidad.
El mercado de Jonacatepec, 1903. Fragmento