

Comités, comisiones y consejos: las sexenales intenciones por la cultura morelense.
“¿A dónde irán a buscar las gentes que viven en patrias de bruma, la sensación de serenidad, de quietud, de pacífico y fuerte dominio sobre el alma propia, […] de que podemos gozar nosotros los hijos de la tierra del sol que venimos a encontrar en nuestros deliciosos valles, […] en la diafanidad de un aire cristalino, limpio, inmutable, quieto, silencioso y por lo mismo tan elocuente?”, escribió Felipe Ruiz de Velasco y Leyva sobre Morelos ‒1937‒.

La historia cultural del estado de Morelos es tan compleja como diversa. ¿La cultura desde las comunidades o desde las instituciones? ¿La cultura desde los hacedores o desde los promotores? ¿La cultura desde lo rural o desde lo urbano? Lo cierto es que enfrentamos un inevitable paralelismo que, en ocasiones, implica también líneas en sentidos opuestos, porque existen, legítimos o no legítimos, intereses colectivos, sectarios e individuales.
Ruiz de Velasco, ingeniero agrónomo y administrador de las haciendas de Santiago Zacatepec y San Nicolás Obispo a fines del siglo XIX y principios del XX, propuso la creación de un “Comité de Iniciativa”, organismo social “que impulse y dé forma real a la idea de engrandecimiento de aquel magnífico, fértil y risueño rincón” que es Morelos, propugnando “sin tendencias políticas, ni de otras clases por el desarrollo y prosperidad” en la entidad.
El 24 de enero de 2025 fue firmado y publicado el “Decreto por el que se crea el Consejo de Memoria Histórica y Cultural del Estado de Morelos”, organismo “que tendrá por objeto implementar las acciones necesarias para investigar, organizar, coordinar, integrar y difundir el patrimonio histórico, cultural, material e inmaterial” de Morelos, “así como promover el desarrollo y [el] fomento del derecho a la memoria histórica”. Y, en él, hay errores varios.
Según el decreto, si hay “memoria histórica”, ¿cuál es la “memoria cultural”? Si el consejo es un “órgano consultivo” integrado por servidores públicos, ¿sus miembros se consultarán entre sí desde el desempeño de su encomienda institucional previa? Adicionalmente, ¿cómo es posible “organizar”, “coordinar” e “integrar” el patrimonio cultural desde un consejo? Más aún, ¿cómo se consigue la “restauración” y la “protección” de la memoria histórica?

El mandato integró al INEHRM, pero no al INAH; integró a la UAEM y a El Colegio de Morelos, pero no al IEBEM y al COBAEM. Tampoco incluyó a organizaciones ciudadanas con experiencia en la materia. El 13 de agosto de 1811, en Tixtla, José María Teclo Morelos y Pavón escribió: “No hay duda [de] que a los principios [de la insurgencia] nos fue preciso extender muchas comisiones para aumentar el fermento, pero ya es tiempo de amasar el pan”.
Historia y evoluciones del cultivo de la caña y de la industria azucarera en México hasta el año de 1910; Felipe Ruiz de Velasco; primera edición; Editorial Cvltvra; México; 1937; 546 pp.
Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época; Ernesto Lemoine Villicaña; primera edición; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 1965; 718 pp.
Periódico Oficial Tierra y Libertad. Órgano de Difusión Oficial del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos; 6ª época; núm. 6,394; Cuernavaca; 24 de enero de 2025; 13 pp.

Imagen: “La estatua de Morelos y el artista que la construyó Sr. Moisés Quiroz V.”
(fragmento); Cuernavaca; 19 de junio de 1931 / Archivo Jesús Zavaleta Castro.
