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El Sitio de Cuautla o la heroica defensa de la patria desde una novela decimonónica.

 

“A las dos de la madrugada emprendióse la marcha. El cielo principio á despejarse, descubriéndose la luna que con sus plateados rayos debía alumbrar el camino á los independientes. Los vecinos del pueblo [de Cuautla] en gran número: hombres, mujeres y niños, marchaban mezclados con los diversos grupos de la guarnición”, así narró Demetrio Mejía los hechos del 2 de mayo de 1812 en su novela Entre el amor y la patria ‒1889‒.

“Cuautla causa temor ver sus pertrechos, pues tiene dos cañones en cada bocacalle, una culebrina y un bus en la Calle Real, al pie de dos mil o más hombres armados con fusil y demás”, informó un espía realista sobre la situación de la villa de Amilpas. El 26 de diciembre de 1811, José María Teclo Morelos y Pavón entró en Cuautla “con tanta confianza como la que Ud. puede tener para entrar en su casa” añadió el informante a su desconocido superior.

Félix María Calleja del Rey decidió poner en sitio a Cuautla y derrotar definitivamente al vallisoletano. No previó que las intensas lluvias, el hambre, la disentería y el tifo y, fundamentalmente, el heroísmo de los sitiados, prolongarían el conflicto durante 73 días, a pesar de los 7,000 elementos realistas de las tres armas contra 4,300 inexpertos insurgentes entre infantería, caballería y arquería. Y la gloria militar coronó a los independentistas.

“Todas esas masas, con las armas listas movíanse uniformemente, produciendo con sus multiplicadas y suaves pisadas, sordo rumor que pronto se desvanecía en aquella atmósfera, tan tibia como tranquila. El silencio era absoluto”, en la salida de los insurrectos de la villa cuautlense, describió el médico y novelista Mejía. El campo quedó sembrado con cientos de heridos y muertos de ambos bandos. El hedor de los cadáveres se mantuvo durante meses.

Entre el amor y la patria, es el tributo de cariño que he querido pagar á mi país. El original de esta páginas ha sido escrito con lápiz, entre el incesante bullicio de las calles de la capital, mientras caminaba de unas á otras impartiendo los servicios de mi profesión”, advirtió el autor. En su novela de Mejía narra una historia de amor en el contexto del Sitio de Cuautla, e integra litografías de Hesiquio Iriarte y un croquis de la ciudad realizado por él mismo.

En su por él denominada “novela histórica mexicana”, Mejía describió “la belleza de nuestros paisajes tropicales tan extraordinaria, y la historia de un corto período de titánica lucha para México”. En la obra referida el médico citó al político e historiador xalapeño Julio Zárate Ferrer: “Si la historia de la guerra emprendida por nuestros padres, sólo se redujese a la defensa de aquel pueblo [de Cuautla Amilpas], ésta bastaría para eternizar su recuerdo”.

Entre el amor y la patria. Novela histórica mexicana; Demetrio Mejía; primera edición; Tipografía de El Partido Liberal; México; 1889; p. 440.

Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época; Ernesto Lemoine Villicaña; primera edición; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 1965; 718 pp.

Imagen: Incendio de hacienda en el Sitio de Cuautla (fragmento); litografía de

Hesiquio Iriarte; Ciudad de México; ca. 1889. Archivo Jesús Zavaleta Castro.

 

Jesús Zavaleta Castro