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Aideé Tassinari Azcuaga*

La minera canadiense Alamos Gold que ha adquirido en concesión federal miles de hectáreas en Miacatlán para construir una mina a cielo abierto, posee la mina Mulatos en la sierra alta de Sonora, su subsidiaria en ese estado se llamaMinas de Oro Nacional. En 18 años ha producido casi de 2 millones de onzas de oro por un valor de 350 millones de dólares. Alamos Gold se apropió de 30,639 hectáreas en los municipios sonorenses de Sahuaripa, Yécora y Arichevi. La devastación del ecosistema de las montañas en esa región es visible. Con explosivos se abrieron varios hoyos de cientos de metros de diámetro y profundidad.

Para el capital minero canadiense esa destrucción esdesarrollo, no obstante que el bosque ha desaparecido y en su lugar hay tajos profundos de tierra, caminos secos y piletas de lixiviación que son lagos artificiales en los que se depositan lodos con cianuro de los que se separaron previamente oro y plata. La contención de los lodossobrantes son bombas de tiempo porque, en cualquier momento, los diques artificiales que los sostienen pueden romperse y derramarse, provocando desastres ecológicos como el ocurrido en Brasil en enero de 2019, cuando un dique de la minera Vale se rompió y un mar de lodo cubrió miles de hectáreas del estado de Minas Gerais, 259 personas murieron y 11 nunca fueron encontradas.

En 2013, ocurrió un accidente relacionado con la mina Mulatos cuando una pipa cargada con cianuro de sodio se volcó y se derramaron miles de litros de este químico letalque llegaron al río Yaqui. Se suspendió el consumo de agua potable de pozos de las poblaciones cercanas. Murió una persona. En octubre de 2020 un cargamento de barras de oro y plata de Mulatos fue robado en un asalto con un helicóptero. Casi de inmediato, el gobierno federal creó la Policía Minera con 150 elementos para cuidar el traslado del mineral hacia Estados Unidos. El gobierno destinó de forma expedita elementos policiacos para resguardar a la minera. No se ha observado nada parecido para cuidar a las mujeres del asesinato y la desaparición en los municipios más peligrosos del país.

La parienta sonorense de Esperanza Silver, buscó reubicar a la comunidad de Mulatos a otra zona para realizar sus trabajos de destrucción de la sierra. No todas las familias aceptaron el desplazamiento disfrazado de reubicación: el pueblo se dividió. La minera trasladó a quienes aceptaron auna población nueva en la que puso la escuela, las casas y el ecosistema destruido se cambió por un vivero.

Regresando a Morelos, Oswaldo Pablo Quaas Cordero tramitó a mediados de 2013 la concesión de 88,176.7 hectáreas para exploración minera en el municipio de Amacuzac. La Secretaría de Economía reportó en 2021que esta solicitud estaba en trámite al igual que 148 hectáreas en Puente de Ixtla, 519 en Tlaquiltenango, 921 en Tepalcingo y 600 en Emiliano Zapata. Estas concesiones fueron solicitadas por gestores que como Quaas, trabajan para los consorcios mineros que exploran territorios en los que el subsuelo contiene metales preciosos diseminados, es decir, en polvo. 

Las empresas mineras ganan mucho dinero al obtener concesiones para la exploración de metales. En el momento que las obtienen, informan a sus accionistas que son posesionarios de miles de hectáreas y que proyectan encontrar metales diseminados en los territorios. Calculanque en sus concesiones habría millones de onzas de oro o de libras de plata y que las podrían extraer en 5 o 10 años. Las acciones bursátiles de los consorcios mineros transnacionales se elevan en las Bolsas de Valores de Toronto, Vancouver o Londres al tener las concesiones mineras y proyectar el contenido de oro en la tierra. 

Las mineras especulan al apropiarse de dimensiones territoriales gigantescas en un municipio y, cuando inicianun proyecto de extracción, el bosque, la selva o las tierras de cultivo desaparecen en cuestión de semanas como ocurrió en Mulatos, Sonora.

Agradezco mucho la invitación a participar en la Jornada Morelos, mi propósito es difundir y reflexionar quincenalmente sobre los efectos sociales y ambientales de la minería a cielo abierto en México y en muchas latitudes del planeta. Contribuir, en la medida de lo posible, mediante la difusión del comportamiento de los consorcios mineros y las luchas comunitarias que los enfrentan a que la ciudadanía morelense conozca esta forma depredadora de extraer metales, que causa despojo territorial, la muerte de los ecosistemas y el desplazamiento de las personas, entre otros efectos.

*Profesora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México