loader image

 

Las ideas casi nunca nos pertenecen completamente, las recogemos del viaje que emprenden de boca en boca, de los anhelos, pasiones y sentires que navegan en la memoria colectiva, en las calles, en los parques y en los cafés. Hace unos meses me nació la idea de musicalizar algunos poemas de Gabriela Mistral, poeta chilena a quien su palabra la llevó a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1945.

Hurgando en sus letras encontré lo que no es extraño, en 2015, bandas de diferentes géneros y solistas musicalizaron 12 de sus poemas. La banda Hoppo! liderada por Rubén Albarrán, Leo Cifuentes, La Guacha y Kalule, María Colores, Erika Needs, Nano Stern y Diego Ridolfi, participaron en el proyecto “La Cuenta Mundos” como parte de un programa de fomento a la lectura en Chile.

Dirigido a las infancias, el proyecto además de la música, son acompañados de videos animados que se pueden encontrar en Youtube. En dónde tejemos la ronda, La cuenta – mundo, Dulce Lucila, Piececitos, Mientras baja la nieve, Ronda de Colores, La rata, Dulzura, Doña Primavera, Rocío, Yo no tengo soledad y el Ángel guardián fueron los poemas elegidos para este proyecto.

Pero esta no fue la primera vez que los poemas de Gabriela Mistral fueron musicalizados, en 2007, la cantante peruana Nelly Munguía musicalizó “La Madre triste” y “Dame la mano”, que también pueden encontrarse en Youtube gracias a la Asociación Canto Vivo de Lima.

En 2008, el sello Chile Profundo produjo y publicó Almácigo, un disco que reúne la musicalización de poemas inéditos de Gabriela Mistral con la participación de Rosario Mena, Mauricio Redolés, Arlette Jequier, Manuel Sánchez, Colombina Parra, Gonzalo Henríquez, Carlos Cabezas, Elizabeth Morris, Leo Quinteros, Eduardo Peralta y Carmen Prieto.

Este tejido artístico entre poesía y música, me parece una bella forma de honrar el camino de las y los poetas, pero también de resignificar su obra a la luz del momento en que se realiza.

Y es que a unos días del aniversario número 136 del nacimiento de Gabriela Mistral, sus palabras resuenan y abrazan, se vuelven necesarias:

Todo lo toma, todo lo carga
el lomo santo de la Tierra:
lo que camina, lo que duerme,
lo que retoza y lo que pena;
y lleva vivos y lleva muertos
el tambor indio de la Tierra.

Cuando muera, no llores, hijo:

pecho a pecho ponte con ella

y si sujetas los alientos

como que todo o nada fueras,

tú escucharás subir su brazo

que me tenía y que me entrega

y la madre que estaba rota

tú la verás volver entera.

(La Tierra, Gabriela Mistral)

*Cancionista

Foto antropólogas Chile

Jessica Rivera Hamed