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El ferrocarril en Morelos: primer viaje a Cuautla

“En el ferrocarril de Morelos se siente a la Patria”

Ignacio Manuel Altamirano

Margarita González Saravia*  

“Conocer nuestra historia es tener identidad con nuestra tierra”

 

La historia de los ferrocarriles nos permite comprender una parte muy importante del desarrollo de nuestro territorio. Con el ferrocarril se acelera el movimiento de personas y de productos, se enriquece la comunicación en general, se acercan los pequeños pueblos a las grandes capitales. En el siglo XIX el tendido de líneas ferroviarias cambió de manera fundamental la economía de nuestro país.  Fue, este, uno de los principales motores para el desarrollo de México. Poco después, a principios del siglo XX, se desataría la lucha armada, donde los ferrocarriles se convirtieron en parte misma de la guerra.

La primera vía férrea conecta en 1873 a la Ciudad de México con el Puerto de Veracruz, y solo diez años después, en 1883, se inaugura la primera etapa del ferrocarril de la ciudad de México a Morelos, línea ferroviaria que  se tiende desde Tlalpan, atravesando las poblaciones de los Reyes, Ozumba, Nepantla, Yecapixtla, llegando a Cuautla, y poco después a Yautepec. Posteriormente en 1890, en una segunda etapa se conecta Yautepec, Tlaltizapán, Jojutla, Puente de Ixtla hasta llegar a Iguala. En 1897 se inaugura el ramal ciudad de México- Cuernavaca por el lado norte y en 1903 se construye un ramal de Cuautla- Atencingo Puebla lugar de distribución muy importante de la caña de azúcar. 

La inauguración de la llegada del tren a la ciudad de Cuautlaestá llena de anécdotas, de Ignacio Manuel Altamirano, escritor, literato, periodista, liberal, que vivió buena parte de su juventud en esa región de Morelos. A través de sus palabras, nos permite imaginar el contexto de este evento histórico que le tocó vivir. Nuestro testigo presencial del primer viaje del ferrocarril a Cuautla relata la travesía del tren, describiendo paisajes y pueblos como Nepantla y Tetelcingo, recordando vivencias propias en la Hacienda de Santa Inés. Describe, la llegada a Cuautla, las calles blancas y rectas, los huertos frondosos, las cúpulas y torres del antiguo Convento de Santo Domingo, la cúpula del Señor del Pueblo,  la iglesia del Convento de San Diego, el sonido del río Xuchitengo, cristalino y manso, que atraviesa apaciblemente el pueblo. Reseña la llegada a la estación, relata cómo se escuchan los repiques de las campanas para darles la bienvenida, música, vivas y salvas que surgen de la población ahí arremolinada la cual saluda emocionada, labanda de guerra acompaña con las notas del himno nacionala los recién llegados, encabezados solemnemente por el presidente de la República. La comitiva anfitriona que presidida por el gobernador del estado, conduce con prestancia a los visitantes, al claustro del Convento de Santo Domingo, engalanado con hojas de palma, cañas de azúcar y un blanco tendido de manta, ofreciendo una fresca y acogedora atmosfera, para los trecientos comensales, con el objeto de degustar de una comida francesa, no muy bien organizada, pues con sarcasmo menciona la lentitud del servicio así como la queja de varios al no poder probarplatillos de la región como pescado y cecina, además de la escasez de vino en algunas de las mesas a su alrededor. Inician los oradores, el presidente, el gobernador Pacheco,  senadores diputados, embajadores, hasta que algunos,  empujan al propio Altamirano a tomar la palabra y en un emotivo discurso, profundiza sobre la importancia de Patria, el progreso y la paz, poniendo énfasis en la alegría que provocaba para todos los presentes la inauguración del ferrocarril: “En el ferrocarril de Morelos se siente a la Patria”, fueron sus palabras. 

*Activista Social.

​​​​​​​margaritagsaravia@gmail.com 

 

 

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