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El enfoque neoliberal de la globalización ha sido puesto en cuestionamiento desde hace ya un tiempo por los movimientos sociales globales, quienes ponían el acento en las protestas y en el problema de la justicia económica social y de las democracias, promoviendo una visión y una práctica de respuesta a la globalización desde abajo, que ponía al centro la sociedad y las personas.

Nada más actual, incluso cuando llega la crisis ocasionada por la Covid-19, ya que todas las políticas neoliberales se fueron exacerbando tanto como los problemas sociales y económicos.

Temas como el desarrollo, el ambiente, la paz, los derechos, la democracia siguen reclamando acciones de protesta y respuestas estratégicas alternativas. Las anuales reuniones del Foro Social Mundial han encontrado eco y espacio buscado alternativas a estas amenazas, desarrollando propuestas, erigiéndose como referentes y mostrando que un camino es posible para la sociedad y la política.

Ahora bien, en un primer momento, sabemos que estas críticas al enfoque neoliberal desarrollada por los movimiento sociales globales, contra la liberalización del comercio, la deuda de los países, el crecimiento de las finanzas especulativas, la demanda de acceso a medicina y salud universal, la tutela de los trabajos, responden en la mayoría de los casos a la ofensiva de actores corporativos financieros de los países más ricos, y las instituciones internacionales que imponen al mundo sus políticas detractoras y extractivistas.

Este juego, sin embargo, no podemos dejarlo solamente vinculados a políticas internacionales de la economía, como así tampoco a la protesta de los movimientos sociales internacionales. Se trata de una polémica vieja que debemos ahora extender y actualizar a las consecuencias acarreada por gobiernos con malas políticas hacia los territorios locales, y las consecuencias dejadas, a todo lo que tiene que ver con nuestra cotidianidad y comenzar a buscar soluciones que atañen al quehacer de nuestras realidades.

Un esfuerzo para reactivar las propuestas locales de desarrollo puede consistir en visibilizar y fomentar las prácticas alternativas, las experiencias de autoorganización para producir y distribuir, para satisfacer las necesidades de las personas, olvidadas por el mercado y el estado.

Experiencias y ejemplos sobran en los territorios, debemos sólo detener la mirada en esas prácticas, las cajas de ahorro y préstamos solidarias, el turismo ecológico comunitario responsable, la producción agroecológica, la economía de los cuidados, las huertas locales, los mercados artesanales, son algunas de todas las manifestaciones que a diario vemos desarrollan sus actividades, aún en medio de tantas adversidades globales.

Un tentativo importante de visibilizar y vincular estas experiencias promueve y coordina el Nodess Morelos Solidario y Cooperativo desde 2020 y hasta la fecha. Si bien, para reforzar las políticas de cambio económico y social se necesita aún seguir reconociendo, visibilizando y fomentando más experiencias que deben ser realizadas en trabajo conjunto con gobiernos nacionales, estatales y locales en estrecha alianza con el sector de la economía social y solidaria y la cooperación internacional para el desarrollo.

*Integrante del NODESS Morelos Solidario y Cooperativo.

c.girardo@hotmail.com