loader image

 

 La actual crisis de obesidad mundial dio como origen un suceso que ha modificado términos como dieta y estilo de vida pues en un intento de organizaciones internacionales para detener el continuo crecimiento de casos de sobrepeso y obesidad, se ha recomendado la actividad física como parte de acciones de prevención pero también como tratamiento en casos desde leves a graves; en un inicio se planteaba la recomendación de caminatas cortas, ante nulos resultados se extendió hasta las salas de gimnasio dando como resultado un fenómeno social que no se había prevenido: la cultura fitness.

Frente a una sociedad con acceso a comunicaciones de alto rango como lo son las redes sociales, pronto todo se salió de control para el ámbito de salud hasta el punto de encontrarse individuos no especializados dando consejos sobre alimentación y rutinas de entrenamiento, lo que en un inicio comenzó como una estrategia para contener el crecimiento de potenciales enfermos, culminó en un nuevo reto para todo especialista de cualquier ámbito de las ciencias de la salud. Nuevos miedos y mitos aparecen diariamente incluso el uso de ciertos suplementos se han convertido en tendencia de moda de acuerdo con ciertas temporadas de tiempo como lo fue la carnitina, clorofila, ácidos grasos (CLA), proteínas, termogénicos, óxido nítrico, creatina, entre muchos más que han sido utilizados sin ninguna indicación mucho menos vigilancia especializada.

La cultura fitness es un estilo de vida construido en un ámbito social temeroso pero también resentido con el trato médico ya que algo que se observa constantemente es la “poca fe” que muchas personas tienen frente a las consultas médicas ya sea por malos tratos y por el sentido de superioridad que se enfrentan ante una bata blanca; muchas personas cansadas de recibir órdenes sin explicación alguna y ante un lenguaje técnico adornado, prefieren acudir a una comunicación amigable ignorando algunos de los riesgos ante detalles como antecedentes médicos y hereditarios pero sobre todo objetivos realistas referente a la complexión y genética e incluso actividades cotidianas específicas.

La indicación de pérdida de peso es bastante peligrosa en la actualidad porque estamos logrando incrementar un grupo de personas con mucho miedo a enfermarse de eso que se le advierte que le puede pasar (diabetes e hipertensión) pero también un terror inminente de comer alimentos que eran cotidianos en décadas anteriores satanizándolos y limitando las opciones generando ideas que lo único saludable es tomar agua simple y comer solo verduras además de rutinas intensas de ejercicio; quienes logran aquellas indicaciones comienzan a sentirse identificados con un grupo social que tiene como base una mal interpretación de la disciplina entiéndela más bien como un castigo cotidiano al cuerpo omitiendo emociones e interacciones sociales necesarias para solidez de todo ser humano.

Después de adoptar las especificaciones como sentido de pertenencia a un grupo social exigente, la mayoría de los individuos se enfrentan ante un espejo que no demuestra ese tipo de cuerpo prometido en redes sociales, después de acatar cada punto, comprar los suplementos de moda y buscar el atuendo adecuado se sumergen en la frustración de no ser lo suficiente disciplinados y si a esto le sumamos la expresión de la crítica social: “no se te nota el gimnasio”, claramente nos vamos a encontrar ante una serie de emociones para nada positivas que pueden orillar a la derrota o a la intensidad del intento.

La mayoría de los individuos considera que esos cuerpos que ve en la pantalla de su celular se han forjado mediante aquellos productos que ofrecen y a horas interminables de ejercicio creyendo que si realizan la misma actividad cotidiana lograran lo mismo por lo que se debe denotar que el objetivo de salud queda perdido en su totalidad a pesar de ser incluso el origen de la decisión del cambio de estilo de vida.

Es curioso observa la queja cotidiana de especialistas frente a esta nueva realidad sin ofrecer alguna solución o cambiar la manera en que se percibe al paciente, mucho reclaman la omisión de sus opiniones pero nadie cambia la manera de comunicarse frente a un individuo que busca tu ayuda, recordemos que fue la comunidad médica quien origino y motivo este cambio con un fin numérico (reducción de estadísticas) por lo que nunca previo la revolución social que se formaría; tampoco hay que olvidar que ante un paciente temeroso y desinformado tiene como antecedente una sola indicación: “bajar de peso o morir”.

Imagen que contiene alimentos, dibujo

Descripción generada automáticamente

*Psico nutrióloga

Elsa Azucena Alfaro González