
“Quieren que les confíe uno de mis deseos más grandes?: Poder visitar la casa de la Virgen María. Como un hijo más me acercaré a la madre y pondré a sus pies todo lo que llevó en el corazón. Es lindo poder visitar la casa materna y sentir la ternura de su presencia bondadosa”
Papa Francisco antes de viajar a México y visitar la Basílica de Guadalupe en 2016

Este texto dio un giro de 180 grados. Originalmente preparado para conocer a pinceladas la trayectoria y la obra buena del Papa Francisco, había sido preparado a propósito del 12° aniversario de su elección como obispo de Roma hace unas semanas. Presentía un final fatal cercano, así que recogí ideas e historias de la vida de Jorge Mario Bergoglio tratando de darle una oportunidad periodística y recordando también la única ocasión que nos visitó en calidad de Pontífice.
Ese texto largo de por sí era la apretada síntesis de un libro preparado apenas pasados unos meses de su visita a seis ciudades mexicanas en el año 2016. Se había acordado un patrocinio para editarlo con jóvenes políticos chiapanecos anfitriones del Papa en Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas. El sismo del 19 de septiembre del 2017 afectó severamente la región y canceló esa posibilidad financiera. El proyecto hubo de archivarse.
Conté en mi investigación y recopilación con decenas de fotografías exclusivas que aportó la Presidencia de la República e incluso del propio Estado Vaticano, así como aportaciones de fotógrafos particulares para armar un libro sobre la histórica visita para los 80 millones de católicos mexicanos. Se reseñaron capítulo por capítulo cada escala de Francisco, a saber: la CDMX; Ecatepec, Estado de México; Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal en Chiapas; Morelia en Michoacán y finalmente Ciudad Juárez en la frontera de Chihuahua frente a la ciudad de El Paso, Texas. La zona es una de las más violentas y peligrosas para cualquier tipo de migración. A pesar de ello el viejo “Paso del Norte” sigue siendo de las líneas más cruzadas a nivel mundial. Probablemente sólo después de Tijuana sea Juárez-El Paso el cruce fronterizo mas demandado por propios y extraños para internarse en la América trumpiana.
Precisamente en la última parada de ese viaje papal se celebró una misa llamada binacional. El Papa Francisco la dijo desde un altar en Juárez dispuesto a sólo cincuenta metros de la línea que divide a los dos países. Se difundió el sonido local a un volumen perceptible al otro lado además de una transmisión simultánea a las video pantallas del estadio de la Universidad Estatal del Paso Texas lleno en su graderío. La reflexión central era la migración y sus dolores y peligros, pero también el derecho universal a aspirar a una vida mejor. Se los rezaba un Papa hijo de migrantes italianos expulsados de Europa. Los presidentes Sheibaum y Trump también tienen un cercano pasado migrante, por cierto.

México y los Estados Unidos, son dos países enredados en una migración obligada por falta de oportunidades y una muy pequeña sociedad también de norteamericanos y mexicanos siniestros que alientan la incursión ilegal de sustancias y mano de obra casi esclava a cambio de un río de dólares y armas de regreso suficientes para armar pequeños ejércitos y comprar cualquier voluntad. Francisco conocía bien el estado de las cosas ahí.
La semana cierra y abre con dos asuntos centrales a propósito de estos temas: la denigrante campaña antihumana de un sector duro del poder norteamericano metido hasta la cocina de nuestra sociedad vía redes y canales comerciales de radio y televisión; y la no asistencia de la Jefa del Estado Mexicano a los funerales del jefe del Estado Vaticano quien la recibiera en sus oficinas en Europa cuando le fue solicitado.
Reconozcamos la certeza de Francisco que pidió un momento -largo momento- a solas con la Virgen de Guadalupe en su basílica. Le rezó por nosotros y por la solución en paz de todos los conflictos que estamos viviendo desde ese 2016. Cada uno a su manera y con respeto recemos por él que vió en el pueblo mexicano un pueblo agraciado por la madre porque esa sólo hay una. Algún día pediremos que alguien también rece por nosotros como lo pidió al final de su viaje a México y repitió en el sanatorio Gimelli hace unos pocos días.
*Director General de Factor D Consultores

Desde el momento de que se le confirmó su aceptación a visitar México, Francisco pidió un espacio para rezar a solas frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe. Todo era ajustable excepto esa exigencia. Así llegó a México con una agenda muy cargada llena de fiestas misas y reuniones clericales a puerta cerrada. llegó la hora de visitar el segundo templo más importante del mundo católico solo después de su casa el Vaticano. La Villa recibe millones sólo en los días 11 y 12 de diciembre. Era la hora de entregar sus oraciones a la madre y así ocurrió. Fue el momento más solemne de toda la gira y pudo verse el dolor y la esperanza de un sacerdote compungido después de largos minutos a solas en su pequeña cámara oratoria. Afuera cánticos y murmullos. Adentro silencio y devoción del más alto jerarca de la iglesia católica con 1400 millones de devotos en todo el mundo. Segunda religión también en todo el mundo. Salió de sus rezos el Papa con los ojos llorosos, pero con el corazón y el alma en paz.
