

La corrupción de la era Cuauhtémoc Blanco quedará impune
Las historias de probable corrupción en el régimen de Cuauhtémoc Blanco son abundantes, casi generalizadas y tristemente impunes, en parte porque la Fiscalía Anticorrupción no parece darse abasto entre las carpetas que siguen en proceso de la administración de Graco Ramírez y las que tiene, por lo menos desde 2021, en contra de colaboradores del exgobernador y hoy diputado federal que se aferra al fuero como a su fama americanista; y en otra parte porque parece que los jueces de Morelos no están dispuestos a ejercer su función en el castigo de quienes han cometido abusos en la función pública, no vaya a ser cierto aquello de “con la vara que mides seréis medido”.
Son de dominio público las acusaciones e indagatorias a cargo de la Fiscalía Anticorrupción, la Fiscalía General, la Auditoría Superior de la Federación y la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización de Morelos, respecto al, por decir lo menos, licencioso comportamiento de funcionarios y personajes que colaboraron con Blanco Bravo. Prácticas como la asignación ilegal de contratos, el desvío de recursos, la retención de materiales, la contratación indebida de personal, y otras que resultan constitutivas de delito han sido señaladas en reportes de auditoría, carpetas de investigación, reportajes periodísticos sólidos, declaraciones de funcionarios y exfuncionarios públicos, y otros documentos que construyen tomos de libros dedicados a la corrupción y, tristemente, a la impunidad de malos servidores públicos.
Cuando en 1996 y 1997 algunos ciudadanos morelenses fastidiados por la situación de inseguridad y las evidencias de colusión entre grupos policiales con bandas delictivas determinaron buscar la vía jurídica para procesar al entonces gobernador, Jorge Carrillo Olea, se tuvieron que hacer grandes puentes argumentativos para señalarlo por “omisión” en el ejercicio de su encargo. El asunto no prosperó, pero las presiones de la Federación y la sociedad culminaron en la renuncia del mandatario.
Con Graco Ramírez no fue tan difícil, el famoso crédito para adquirir una camioneta puso al exgobernador directamente en la mira de la Anticorrupción, y otros muchos expedientes pudieron ser judicializados en contra de sus excolaboradores; pero los jueces dejaron en libertad a por lo menos tres de ellos. Las causas penales contra excolaboradores de Ramírez siguen, pero la lentitud es también una forma de impunidad, sobre todo en asuntos que tienen caducidad como muchos de los delitos cometidos por servidores públicos.
En el caso de la administración de Cuauhtémoc Blanco, parecería haber muchas más evidencias de malas prácticas, la mejor vigilancia de la sociedad y entes autónomos ha permitido identificar conductas que constituyen a todas luces prácticas indebidas del servicio público. Las carpetas de investigación, a diferencia de en sexenios anteriores iniciaron desde muy temprano en la administración Blanco. Los primeros en alertar fueron dos entes que, uno por caducidad (el INE) del caso, y otro por cambio de titular, la Unidad de Inteligencia Financiera, guardaron silencio después. En cambio, la Anticorrupción de Morelos, la ASF, la ESAF, y más recientemente el propio gobierno estatal ya con Margarita González Saravia a cargo, han señalado y documentado muchas de las irregularidades cometidas por exfuncionarios, otras esperan en nuevas indagatorias. Pero hasta ahora, lo único que se ha determinado es la no vinculación a proceso de uno de los señalados más evidentes, el extitular de Desarrollo Agropecuario, Omar Taboada Nasser, a la sazón, gente cercana a Ulises Bravo Molina, hermano del exgobernador.

Una determinación que resulta increíble porque un juzgador determinó que el hecho de tener toneladas de fertilizante que no fueron entregados a sus destinatarios, los productores de Morelos, no era muestra de dolo, ni provocó daño patrimonial alguno, algo que probablemente habría que preguntar a los campesinos que, al no recibir sus apoyos de fertilizante y equipo no pudieron sembrar sus huertos y entonces sufrieron daño en sus finanzas.
El problema es que no se trata de la primera vez en que jueces del Tribunal Superior de Justicia rehúsan proceder contra acusados por actos de corrupción y, muchos dicen que mientras siga habiendo magistrados como los actuales, tampoco será la última. Porque a final de cuentas, si alguien no confía mucho en la Fiscalía Anticorrupción, probablemente lo haga en la Consejería Jurídica del gobierno de Morelos, que también le entró a la integración de las carpetas de investigación con evidencia que consideró entonces suficiente para proceder penalmente en contra de Taboada Nasser y quienes resultaran responsables. Y uno asume que el entonces consejero jurídico no llegó a su nuevo cargo, la Fiscalía General de Morelos, sin tener solvencia de conocimientos en materia jurídica penal y asesores suficientes para hacer una denuncia son solidez suficiente.
Porque, eso sí, el gobierno de Morelos confía en el contenido de esa denuncia al grado de preparar ya una apelación contra la determinación del juzgador, uno que, por cierto, ha sido previamente señalado por la Fiscalía Anticorrupción por beneficiar indebidamente a los acusados en sus fallos y que tiene vínculos con Luis Jorge Gamboa Olea, magistrado aún presidente del Tribunal Superior de Justicia, a quien algunos impulsan como probable nuevo fiscal Anticorrupción (Dios nos agarre confesados), con lo que el asunto adquiere un nuevo matiz político.
Si ese destino tendrá la búsqueda de castigo a Cuauhtémoc Blanco y sus excolaboradores, bien podemos ahorrarnos mucha tinta y enojos ciudadanos. Bastará que nos digan claramente que hay una red de protección al exgobernador y sus cuates y tendríamos que esperar a que el infierno se congele para que algún caso en contra de ellos pudiera proceder, y entonces que la ciudadanía determine lo conducente. De otro modo, habrá que ponerse todos a trabajar e investigar a los jueces y magistrados que han sido tan extrañamente generosos con los defensores de los aliados de Cuauhtémoc Blanco, y hasta con él mismo. Algo habrá ahí.

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