La Comisión de Hacienda de la LVI Legislatura
Si hacemos caso a lo que perfilan los diputados, en el transcurso de hoy deberá haber claridad sobre la integración de las comisiones legislativas que ha tenido medio atorados los trabajos de la recién iniciada LVI Legislatura durante más de 20 días. Por su relativa importancia, la presidencia de la Comisión de Hacienda era la que tenía trabados los acuerdos.
Por ley, la Comisión de Hacienda no puede ser presidida por el partido que tenga la Mesa Directiva, así que la querían diputados de los partidos Acción Nacional y del Trabajo, lo que no agradaba mucho a la coalición legislativa que han formado Morena, Verde y Nueva Alianza. Algo que destensó la negociación fue el compromiso de que las comisiones, especialmente las más relevantes como Hacienda, Gobernación y Gran Jurado, y Puntos Constitucionales y Legislación, estarían integradas por representantes de todos los grupos y fracciones parlamentarias, lo que limitaría el poder de los presidentes de ellas.
¿Por qué todos quieren la Comisión de Hacienda? Básicamente porque revisa las cuentas públicas del gobierno estatal y los municipales, dictamina el presupuesto de egresos del estado, puede solicitar a la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización información sobre el uso de los recursos, dictamina empréstitos del Ejecutivo y los ayuntamientos, dictamina sobre la enajenación, cesión, permuta, gravamen y desincorporación de los bienes del Estado.
Curiosamente, el diseño de la comisión de Hacienda, un presidente, tres secretarios y un representante de cada fuerza política en el Congreso local, no daría para abusos en su delicada labor; pero algo cierto es que no ha funcionado así y el mismo diseño permite que si solo trabaja el presidente, como ha pasado en anteriores legislaturas, ese diputado puede tener un poder inmenso sobre alcaldes y despachos del Ejecutivo. En un escenario honesto, por sí misma la comisión puede ser un contrapeso eficaz de las administraciones estatal y municipal; en uno perverso (y en Morelos sabemos cómo son esos), también puede servir para círculos de corrupción.
En todo caso, lo delicado del nombramiento de quien preside la Comisión de Hacienda es que solo la presidencia puede convocar a sesiones de dicho órgano y es quien nombrará al secretario técnico (el responsable del trabajo operativo) del mismo. Los límites a ese poder están en que la comisión tiene que reunirse por lo menos una vez al mes, con la mayoría de los integrantes, y que las decisiones se toman por voto simple (sólo en caso de empate, el presidente tiene voto de calidad).
Conforme a reglamento, entonces, la Comisión de Hacienda tendría ya cuatro integrantes con espacio asegurado, los diputados Eleonor Martínez (PRI), Luz Dary Quevedo (MC), Ruth Rodríguez (Nueva Alianza), y Luis Eduardo Pedrero (PVEM), las secretarías podrían dividirse entre Morena (2) y el PT (1), y la presidencia, hasta donde se había avanzado en el diálogo la tarde de ayer, correspondería a Acción Nacional.
En el PAN se manejaban los nombres de Andrea Gordillo Vega y Francisco Sánchez Zavala como probables presidentes; ambos están en su segundo periodo como legisladores y Sánchez Zavala fue vocal de esa comisión en la pasada Legislatura, lo que para muchos significa un bono extra por su experiencia, pero dado cómo funcionó la comisión en la anterior Legislatura, también podría ser un enorme tache para el diputado de Yecapixtla.
Un dato interesante es que el Partido del Trabajo había quedado hasta la tarde de ayer eliminado de la discusión sobre la comisión de marras, que buscaba presidir la diputada decana del Congreso, Tania Valentina Rodríguez. Para muchos en el Congreso, a pesar de la posición vertebral que tiene el PT en esta Legislatura, donde posee los dos votos que la coalición de Morena y aliados requieren para la mayoría calificada, el problema es la escasa confianza en el PT que ha demostrado no ser un fiel aliado ni del bloque opositor (PAN, PRI, MC), ni de Morena. Como el acuerdo de las comisiones puede darse también entre Acción Nacional (4) y Morena y sus aliados (12 votos), la mayoría legislativa prefirió acordar con la oposición fiel, que con los aliados coyunturales.
Así que la construcción de los consensos respecto a las comisiones se debe principalmente a la voluntad de los coordinadores parlamentarios, Rafa Reyes Reyes (Morena), Daniel Martínez Terrazas (PAN), Ruth Rodríguez (Nueva Alianza) y Luis Eduardo Pedrero (Verde).
Ya resuelto el tema de las comisiones, que urgía para poder avanzar con todo lo demás, es muy probable que, con mínimos ajustes propuestos por la oposición (más en la forma que el fondo) la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública sea aprobada y con ello tome forma el gabinete de Margarita González Saravia, que tomará las riendas del estado, junto con ella, el 1 de octubre del 2024.
Salvados ambos asuntos, tendrá que iniciarse la construcción de la Agenda Legislativa para el primer periodo de sesiones. Cada partido tiene sus propios asuntos, pero las colectivas feministas ya aprovechan la coyuntura para impulsar la agenda que el Estado les debe desde hace años y el primer tema ya fue puesto en la mesa de los legisladores, la despenalización y legalización del aborto, un pendiente que impulsarán, además de por los medios oficiales, con una marcha la tarde del sábado.
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