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El Congreso Mexicano sigue construyendo el nuevo Estado Social de Derecho, esta semana se aprobaron dos nuevas reformas a la Constitución Política de nuestro país. Me refiero a la reformas al artículo 123 en materia de salarios mínimos y de derechos para jóvenes en desocupación laboral. La primera por tratarse de un tema de salarios desde luego que encontraba su espacio natural en el famoso artículo 123, uno de los artículos constitucionales que forman parte de la columna vertebral de constitucionalismo social mexicano desde 1917. El otro que, técnicamente no debería estar en el 123, se redacta ahí ante la falta de un artículo constitucional que prevea los derechos de la juventud mexicana.

Respecto al “salario mínimo” se reformaron dos disposiciones del artículo 123 constitucional. La primera del Apartado A que establece que el salario mínimo “nunca podrá estar por debajo de la inflación.” Es decir, los salarios mínimos se tendrán que ajustar de manera permanente y nunca perderán su poder adquisitivo. Durante muchos sexenios la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) solo sesionaba de manera ritual porque nunca modificaba el tabulador de salarios mínimos. Era básicamente una reunión burocrática de la CONASAMI que, para el anecdotario siempre fue controlada por las centrales obreras oficialistas, sin que nunca intentaran modificar el salario mínimo y que el salario de los trabajadores que representaban no se devaluara.

En el año de 2015, el Partido Encuentro Social en su primer periodo como Grupo Parlamentario presento una iniciativa en materia de salarios mínimos y pidió revivir la iniciativa Presidencial de Peña Nieto que había quedado varada en Comisiones Legislativas. Dicha iniciativa era respecto a la desindexación del salario mínimo de todas las disposiciones legislativas y reglamentarias que hacían referencia al mismo como unidad base o de medida para muchos temas, las más importantes: multas, recargos, créditos y pagos de servicios gubernamentales. Años antes en ese mismo sentido el entonces Jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, había buscado la desvinculación del salario mínimo de todas las disposiciones legales. No hay duda, que tener atado el salario hacía que este mismo no pudiera subir pues las multas, los créditos, todo lo que estaba atado al salario subiría y dispararía precios y por lo tanto la inflación. Fue el primer gran paso para la recuperación adquisitiva del salario mínimo.

Esta semana con la aprobación de esta reforma constitucional se dio el segundo gran paso en el tema de la recuperación del salario de los trabajadores. Décadas pasaron sin aumento y la inflación depaupero el salario. El hecho de poner en el texto constitucional que nunca la inflación, -el incremento del precio de los productos que consumimos-, puede ser mayor al salario mínimo es un gran logro que debe ser atribuido al Presidente Lopez Obrador, nadie debe regateárselo.

Con Carlos Salinas la inflación fue de 139%; con Ernesto Zedillo de 226%; con Vicente Fox de 29.8%; con Felipe Calderón de 28.5%; con Enrique Peña de 27.9%; con AMLO ha sido de 31.5%. La diferencia es que con el actual Presidente tres veces se ha incrementado el salario mínimo y el salario ha adquirido valor. De ahí que esta reforma es muy importante básicamente porque el poder adquisitivo del salario no disminuirá por disposición constitucional. La CONASAMI tendrá la obligación de año con año elevar el salario mínimo por arriba de la inflación.

En esta misma iniciativa, también se reformo el Apartado B del 123 para hacer una lista de servidores públicos de los que su salario no podrá ser inferior al del “salario promedio” registrado en el IMSS. Los salarios se determinan por áreas geográficas y el término medio de todos estos es el “salario promedio”. El Transitorio Segundo de la Reforma dice cuál es la cantidad actual del salario promedio que asciende a la cantidad de 16,777.68 pesos para el 2023, ese monto se actualiza los días 1º de enero de cada año. El catálogo de servidores públicos que ganarán mínimamente esta cantidad es: maestros y maestras de nivel básico de tiempo completo, policías, guardias nacionales, integrantes de las Fuerzas Armadas permanente, así como médicos y enfermeras. La burocracia federal tendrá salarios dignos como un derecho constitucional. Ningún médico, maestro, ni doctor que trabaje para el gobierno podrá ganar menos de 16,777.68 pesos.

La otra reforma fue en términos prácticos la constitucionalización del Programa Federal “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Los jóvenes de 18 a 29 años tendrán un apoyo económico del salario mínimo mensual, es decir 7,572 pesos durante un año. También durante este periodo tendrán acceso médico a través del IMSS, derecho que nunca habían tenido los jóvenes mexicanos. Las últimas estadísticas del INEGI arrojaron un dato sorprendente, 32% de los jóvenes de este Programa se incorporaron formalmente al mercado laboral. Tres millones de jóvenes son aproximadamente los que actualmente son beneficiarios de este programa, sin duda, un éxito de la nueva Presidenta de Morena Luisa Maria Alcalde y del ratificado Secretario del Trabajo Marath Bolaños Lopez. Son en números cerrados 600 mil empresas las que están registradas en este Programa y no hay duda de que en la próxima administración con esta reforma adquirirá nuevos bríos, ojalá sea el inicio de una cadena económica virtuosa.

Es importante agregar que este nuevo derecho constitucional de los jóvenes mexicanos es para los que se encuentren en desocupación laboral y no estén cursando algún nivel de educación formal. El objetivo es la capacitación para el trabajo en negocios, empresas, talleres, tiendas y otras unidades económicas. Este Programa ha sido muy criticado porque el mito es que se les regala dinero a los jóvenes. Lo cierto es que tiene un doble efecto incentiva a las empresas a contratar a jóvenes y otra saca a los jóvenes de la desocupación. En otros países esto es un “seguro de desempleo”, y esto es un derecho social en sociedades desarrolladas. Algún día transitaremos a un seguro de desempleo general, pero esto es un gran inicio. No hay duda de que el programa tiene oportunidades, me consta que hubo fraudes de personas que siempre encuentran la manera de corromperse y de corromper, pero el programa, no tengo duda, es noble y si genera esperanza entre los jóvenes que lo han tomado en serio.

Una gran despedida para el Presidente Lopez Obrador en la última semana de su gobierno, el constitucionalismo social mexicano tiene dos nuevas joyas: salarios por arriba de la inflación para los trabajadores más humildes y seguro de desempleo para los jóvenes mexicanos. Habrá a quien no esté de acuerdo, pero no tienen idea del impacto social y económico que tendrán de manera positiva para millones de familias mexicanas. Es de gente honesta reconocer las iniciativas que nos ayudan como país, ambas reformas fueron aprobadas por UNANIMIDAD en la Cámara de Diputados. Guste o no, dos medallas más para el pecho del Presidente AMLO que despide así su administración que buscó beneficiar siempre a los sectores más desprotegidos.