EL ARTE DE LA MANIPULACIÓN POLÍTICA Y LA INDIGNACIÓN SOCIAL
“Aiga sigo como aiga sido” la Reforma al Poder Judicial se aprobó por una mayoría calificada tanto en la cámara baja como en la Alta. Esta aprobación se envió de inmediato a los congresos locales. En menos de 48 horas fue aprobada por los 17 congresos estatales, requeridos para la aprobación de dicha Reforma.
Despojado de filias y posiciones, a través de esta reflexión quiero dar mi impresión en mi calidad de ciudadano y como ser humano de las formas como vivimos los simples mortales este proceso.
Hace meses percibíamos que este proceso sería álgido, con muchas contradicciones y polarización. El INE dictaminó una mayoría calificada a Morena y sus aliados en la cámara de diputados. La aprobación de la Reforma prácticamente sería un trámite, aunque por la toma de la sede oficial, la sesión se trasladó a un auditorio. Hubo inconformidades por las formas normativas que le dieran certidumbre al proceso
Muchos ciudadanos nos quedamos con la duda de qué pasó con las suspensiones dictaminadas por algunos jueces. Solo nos enteramos de comentarios de políticos y de algunos conocedores de la ley, unos en favor y otros en contra, que no nos aclararon sobre la procedencia de esta controversia jurídica.
La aprobación de la Reforma se dio in fast track y fue enviada de inmediato a la cámara de senadores quienes de manera expedita convocaron a dos sesiones, una para su estudio en comisiones y otra para su aprobación en el pleno.
En la cámara de senadores el partido en el poder no alcanzaba la mayoría calificada, le hacían falta tres votos. Sin embargo, una senadora y un senador del PRD inesperadamente brincaron a Morena, ambos fueron presentados por la presidenta electa.
Bajo esta nueva circunstancia, Morena y sus aliados estaban a solo un voto de alcanzar la mayoría calificada que prácticamente les daría una patente de corso. Los lideres de Morena afirmaban con sorna y sin rubor alguno que ya tenían ese voto y que incluso estaban “sobrados”.
La oposición buscó blindarse de un posible brinco de alguno de sus miembros a las filas de Morena (hoy el chapulineo es tan común). Los partidos cerraron filas haciendo que cada uno sus miembros se comprometieran públicamente a votar en contra de la Reforma.
Conociendo la naturaleza humana y con el recuerdo siempre presente de la traición de judas, empezaron a temer que algún correligionario cayera en la tentación de las 30 monedas. Se hizo viral el nombre de un senador de Veracruz como posible candidato a caer en esta tentación.
Sin embargo, días antes de las sesiones en el senado el citado senador veracruzano hizo su aparición en público diciendo que tardó en tomar su decisión porque tuvo que leer a conciencia la propuesta y que después de esto, tomó la decisión de votar en contra, así lo expresó públicamente.
Hace unos 50 años, teníamos como premisa nacional que “el hombre vale por su palabra”, en esa cultura quien empeñaba su palabra, la honraba, no había necesidad de jurar o de firmar. Muchos ciudadanos criados en la cultura de la honorabilidad creímos que era un hecho que no se alcanzaría la mayoría calificada y que tal vez la reforma se discutiera con más detenimiento, sin tanta premura.
El día de la votación, el senador en ciernes se reportó enfermo por lo que asistió su suplente que es su padre, el cual por las formas y por su discurso evidenció que votaría a favor de la Reforma.
Por la tarde un contingente de trabajadores del poder ejecutivo, estudiantes y otros, tomaron las instalaciones y la sala de plenos del senado por lo que, la sesión se convocó en una sede alterna, horas después. Ya en la nueva sede, el senador enfermo, el veracruzano, se reportó ya sano y votó a favor de la Reforma de la que había dicho días antes que la votaría en contra.
Ya en plena sesión se reportó la ausencia de un senador de la oposición quien a decir de los lideres de Morena ya se había reportado con estos y que estaba en la Ciudad de México sin problemas con la ley. Sin embargo, a través de un video se le vio aparecer fuera de la sala de juicios orales en Campeche.
Hace unos días le manifesté a un amigo mi asombro e indignación ante estos hechos inocultables. Mi amigo lejos de molestarse me dijo en una actitud que me pareció de aceptación, que no debía asombrarme y menos indignarme porque el juego de la política es así y todos lo sabemos.
¿Así se hace la política hoy en día como un juego de manipulación donde se valen todo tipo de engaños y mentiras sin el más mínimo pudor? Para muchos, la narración que hago aquí hasta parece increíble por las trampas y mentiras a toda la población sin la menor ética, recato ni respeto.
Tal vez mi asombro esté fuera de actualidad, pero en mi cada vez más lejana niñez aprendí principios y valores que hacen a la gente integra, respetable y honorable. ¿Han dejado de tener vigencia estos valores humanos y por eso hemos perdido nuestra capacidad de asombro?