EQUIDAD, LA CLAVE PARA UNA SOCIEDAD JUSTA
La equidad de género es una asignatura que no puede postergarse, su importancia tiene una cobertura internacional pues es uno de los objetivos del milenio, siendo además un requisito indispensable para una vida justa, en paz, equitativa y sustentable (UNESCO).
En el contexto de la equidad de género, los políticos han inventado una mala réplica del concepto equidad a través de la llamada cuota de género. Lo que se requiere y pretende es la equidad, que implica la igualdad de oportunidades, no favores ni dádivas.
La universidad pública, que es el ámbito donde me he movido por más de tres décadas, es el espacio donde he visto más acercamiento al concepto de equidad, es decir, que en este espacio académico se dan las mismas oportunidades tanto para hombres como para las mujeres.
Durante mis más de 30 años de actividad docente, pude constatar que en igualdad de oportunidades, la mujer ha destacado significativamente, muestra de lo dicho es que los primero lugares en calificaciones, la obtención de méritos y grados académicos son las mujeres quienes encabezan las listas.
Vale resaltar que un 50 por ciento de la población estudiantil está compuesta por mujeres, aun en las carreras que anteriormente eran espacios donde se privilegiaba la presencia de los varones.
Los términos “equidad” e “igualdad” en el lenguaje cotidiano se usan como sinónimos, aunque sus connotaciones conceptuales son distintas. Es importante tener claros ambos conceptos, pues un mal uso de los mismos puede derivar en objetivos, métodos y resultados diferentes a las metas buscadas.
La palabra “equidad”, es un concepto cuyo vocablo se deriva del latín, “aequitas” que se traduce como igual, concepto que se refiere al equilibrio por lo que su mejor metáfora es el concepto matemático de la “ecuación”.
Los romanos usaban el vocablo equidad para referirse a los conceptos de justicia e igualdad social. La equidad representa un equilibrio entre la justicia natural y la ley positiva (Pérez porto y María Merino).
A partir de las premisas señaladas, la equidad, supone justicia, imparcialidad e igualdad social. En otras palabras, la “equidad” se refiere a la igualdad de oportunidades y de acceso a los bienes sociales, la educación, la salud, el trabajo, el esparcimiento, etcétera.
Por otra parte, la equidad de género significa que tanto las mujeres como los hombres, independientemente de sus diferencias biológicas, tienen los mismos derechos a acceder al uso, control y beneficio de los bienes y servicios de la sociedad, así como a la toma de decisiones en los ámbitos de la vida social, económica, política, cultural y familiar.
Aunque la equidad de género implica también, reconocer las diferencias biológicas, psicológicas y espirituales que hay entre los hombres y las mujeres así como la aceptación de los derechos del hombre y la mujer bajo un contexto de justicia social.
De acuerdo con la ONU, la igualdad de género supone que se tengan en cuenta los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de los hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de hombres y mujeres.
Acudo al pensamiento Aristotélico para entender mejor el concepto de equidad. Aristóteles sostiene que la igualdad, para ser justa, debe consistir en igualdad para los “iguales”. Es decir, “un trato igual a los iguales y desigual a los desiguales, toda vez que un trato igual entre desiguales es un trato injusto” (Baldovinos de la Peña).
Por ejemplo, una mujer, por su naturaleza biológica se embaraza. Bajo el concepto aristotélico de igualdad, tendrá derecho en el trabajo a tiempos para dedicar al proceso de gestación, sin menoscabo de sus derechos laborales.
La igualdad, no significa que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino que tengan los mismos derechos, las mismas oportunidades y también responsabilidades, independientemente del sexo con el que nacieron.
La igualdad y la equidad no son sinónimos. Aristóteles considera la igualdad como un trato uniforme, es decir, dar lo mismo a todos independientemente de las circunstancias, en tanto que la equidad, es un ajuste de la justicia en su aplicación práctica y representa la capacidad de adaptar la norma general a cada caso.
La equidad es una virtud que permite interpretar y aplicar la justicia tomando en cuenta las individualidades, en tanto que la igualdad se refiere a un estándar uniforme que es insuficiente para alcanzar una justicia en todos los casos. De aquí que, lo que se pretende no es la igualdad sino la equidad.