CULTURA DEL TENER: PRINCIPIO DE DESIGUALDAD Y VIOLENCIA
En anteriores reflexiones comenté sobre posibles causas de la violencia que hoy se ha empoderado en todos los ámbitos y espacios, desde el familiar hasta el global. Nos impacta profundamente la normalización de la conducta violenta, así como el nivel de sadismo, crueldad y barbarie que no pueden tener una explicación desde la dimensión de lo humano.
La generalización y normalización de la violencia ocurre casi de manera paralela con la gestación de lo que algunos pensadores conocen como cambio de época, fenómeno que tendrá como una consecuencia global, una forma de entender y vivir el mundo diferente de la actual.
Un cambio de época implica cambios de fondo que determinan un nuevo rumbo, enfoque y sentido de las actividades humanas. Este nuevo enfoque estará en función de los nuevos paradigmas. El paradigma vigente que ha dictado el rumbo de la humanidad es el paradigma del tener. En efecto, el actual paradigma mundial, gira en torno a tener y poseer. Esta lógica, es lo que hoy le da sentido y significado a la vida moderna.
Por ejemplo, en el sistema económico se incentiva el consumo, en la industria y el mercado fomentan la adquisición de más bienes, creando en el imaginario social, necesidades artificiales bajo la utopía del éxito y la felicidad. El paradigma del Tener ofrece la quimera de que el bienestar y la felicidad se encuentran en el consumo, lo cual impacta en las personas, la sociedad e incluso en el medioambiente.
En el ámbito individual, si no se alcanza este paradigma, se genera vacío, insatisfacción y frustración que a menudo se expresa en conductas agresivas; el impacto en lo social se expresa en desigualdad, injusticia, alienación y la desconexión de los valores humanos; en el medioambiente la lógica de tener y acumular se expresa en la explotación y depredación de la naturaleza que hoy se manifiesta en un cambio climático que pone en jaque la vida del planeta.
El tener es un factor determinante en las dinámicas de violencia. La imposibilidad social de tener o acumular bienes, dinero o poder así como la obsesión por tener más agrava los conflictos sociales, económicos y personales que se derivan en violencia. Presento algunos elementos que explican esta hipótesis.
La obsesión por el tener favorece la violencia al fomentar las desigualdades económicas. En las sociedades modernas el acceso a bienes y recursos se concentra en pocas manos, de esta manera, quienes no tienen acceso a estos bienes se sienten excluidos, marginados y resentidos, asumiendo respuestas de frustración y violencia. La idea fija y esclavizante de tener fomenta una mentalidad de competencia permanente que origina conflictos interpersonales, intercomunitarios, interregionales, internacionales e interculturales.
En contextos donde el acceso a bienes materiales define el estatus, el crimen organizado puede convertirse en una vía rápida para alcanzar riqueza y poder. Las personas marginadas pueden ser reclutadas en actividades ilícitas con la promesa de acceso a riqueza y bienes materiales.
El tener, desconecta a las personas de valores como la empatía, la solidaridad y el respeto mutuo. La obsesión por el materialismo puede llevar a ver a los demás como medios para un fin y no como seres humanos con dignidad.
El paradigma del tener no solo genera violencia entre los humanos, sino también contra la naturaleza. La explotación excesiva de recursos naturales, impulsada por el consumismo, desencadena conflictos por el acceso a estos recursos y afecta la vida de las comunidades.
En síntesis, en el sistema económico global y en las narrativas culturales se celebra el éxito material como símbolo de logro y estatus. El paradigma del tener y poseer se privilegia y apologiza en los diferentes contextos de la actividad humana.
Sobre la base de las anteriores reflexiones se considera impostergable que a través de la educación se prioricen los valores, las relaciones humanas, la empatía y el desarrollo personal sobre la acumulación de bienes. Es necesario redefinir el éxito más allá del tener, valorando el desarrollo humano y el crecimiento interior.
Erich Fromm (en su libro «Tener o Ser») propone un cambio de mentalidad que tenga como eje vertebrador al SER. Este cambio implica, dar prioridad a lo que de verdad da sentido a la existencia humana, que son las experiencias humanas, las relaciones, el conocimiento, la espiritualidad y la conexión con uno mismo y con los demás. Nuestra esperanza es que la nueva época histórica construya y se soporte en el paradigma del SER.