

¡Arriba las y los migrantes!
Hace unos años asistí con mi finado amigo don Gabriel Baldovinos de la Peña a un congreso en la ciudad de San Luis Potosí. Viajamos en el autobús que salía de Cuernavaca a las 10 de la noche. Todos los viajeros del autobús iban taciturnos, con la mirada perdida, nadie hablaba. Un par de horas después de salir, escuché gemidos apagados, como de llanto. No pude aguantar la curiosidad y vi que en un asiento detrás de nosotros iba un jovencito de no más de unos 14 años, quien hecho ovillo en el asiento intentaba reprimir su llanto infantil.

Nosotros bajaríamos en Guadalajara, pero el destino del autobús era Tijuana. luego supimos que a esa corrida se conocía como la pollera, los pasajeros en su mayoría eran migrantes que iban con la idea de pasar a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Nuestros compañeros de viaje iban en silencio, pero sin dormir. Entendí que el niño migrante había dejado su familia, sus padres, sus hermanos, sus amiguitos, sus juegos; otros dejaron hijos, esposas, familia, sus tierras. El ambiente en el autobús era de pesadumbre, tristeza, incertidumbre, angustia. Yo tampoco pude dormir pensando en la suerte que correrían estos compatriotas para lograr mejorar las condiciones de sus familias.
Hace unos días la presidenta Claudia habló de cómo han participado nuestros migrantes en el crecimiento económico del vecino país del norte, concluyendo con una arenga ¡que vivan las y los migrantes! Esta apología de los migrantes me genera algunas interrogantes: ¿Qué son los migrantes? ¿Cuáles son las causas de la migración? ¿cuáles son los posibles escenarios ante una deportación masiva de los migrantes a nuestro país?
Si un paisano sale de México para vivir en Estados Unidos, en México se le llamamos emigrante, en tanto que en el vecino país del norte se le conoce como inmigrante. El término «migrante» es más genérico y abarca tanto a emigrantes como a inmigrantes.

De acuerdo con datos el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, se calcula que aproximadamente 11.6 millones han emigrado a los Estados Unidos. En el 2022 el Migration Policy Institute, reportaba 5.1 millones de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos con estatus de ilegal.
Los más de once millones de compatriotas que han tenido que migrar a los Estados Unidos, lo hicieron por una verdadera necesidad que los obligó a dejar hijos, esposas, padres, amigos, tradiciones, costumbres, cultura. Tomar esa decisión fue sin duda una experiencia traumática y muy dificil de tomar pero no tenían otra alternativa y tomaron esa decisión muy a pesar suyo.
La carencia de condiciones para una vida digna y segura en nuestro país les obligó a emigrar con la ilusión de encontrar seguridad y/o un empleo bien remunerado. La mayoría de los migrantes mexicanos salen de las comunidades más marginadas de nuestro territorio donde no existen oportunidades de tener una vida digna por lo que literalmente se la juegan para poder mejorar las condiciones de sus familias.
Un factor que desde hace poco más de una década ha catalizado la migración hacia los Estados Unidos es la violencia y el crimen organizado que se ha empoderado de las estructuras del poder en muchas comunidades marginales del país.

Las deportaciones masivas anunciadas y promovidas por Donald Trump durante su administración impactarán a nuestra patria, tanto a nivel económico, social, como en el político. De inicio una deportación masiva saturaría las ciudades fronterizas acrecentando los problemas económicos y sociales.
A nivel del país el desempleo y la delincuencia se incrementarían. Las remesas como fuente de ingresos en las comunidades marginales del país y que tanto apologiza la cuarta T casi como un logro de su administración, tendrán una fuerte caída. Por otro lado, la inseguridad crecería pues algunos deportados en especial los de la primera etapa, serían vulnerables a ser atraídos por el crimen organizado.
La presión sobre los servicios públicos no sería cosa menor pues los millones de deportados van a requerir atención medica, educación y demás servicios. Otra vulnerabilidad de nuestros migrantes tiene que ver con el desarraigo de muchos deportados que han perdido su vinculación con las costumbres y tradiciones nacionales.
Las deportaciones masivas promovidas por Donald Trump podrían generar una crisis humanitaria y social en México, agravando los problemas ya existentes de desempleo, pobreza e inseguridad. Los ciudadanos de a pie, los que no estamos casados con filias o partidos entendemos que para responder al problema de la migración no bastan las porras, apologías, pequeñas dádivas o discursos que apelan a nuestra soberanía.

Principio del formulario
Final del formulario
Final del formulario
