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Cuando nacionalismo y soberanía se vuelven fanatismo

 

En el contexto de las amenazas del mandatario estadounidense, los discursos de políticos y gobernantes, desde nuestra primera mandataria hasta funcionarios de segundo nivel, acuden de manera reiterada y sin restricción al Nacionalismo y la Soberanía nacional.

Con la finalidad de entender el porqué de las reiteradas evocaciones e invocaciones a la Soberanía Nacional, hago una reflexión sobre el origen, la práctica y los efectos de este concepto en las relaciones al interior como al exterior de las naciones.

La Soberanía se entiende como el poder supremo y absoluto que tiene un Estado o una entidad política para gobernarse a sí mismo, sin estar sometido a ninguna autoridad externa. Soberanía es un concepto fundamental en la teoría del Estado y en el derecho internacional.

El Nacionalismo y La Soberanía dieron origen a la Revolución Francesa. Los teóricos del concepto de Soberanía fueron Jean Bodin y Jean-Jacques Rousseau, entre otros. Johann Gottfried Herder, Giuseppe Mazzini y Ernest Renan fueron clave en el desarrollo del Nacionalismo. Aunque, ambos conceptos están hermanados.

El Nacionalismo es una ideología que promueve la identidad, unidad y autonomía de una nación, basada en factores como la cultura, el idioma, la historia y la etnicidad. La ideología del Nacionalismo estableció la soberanía de la nación desplazando a la del rey. El Nacionalismo introdujo símbolos patrióticos como la bandera, el himno nacional, así como el concepto de la patria.

El Nacionalismo surgió como una ideología a partir de la Revolución Francesa y la Ilustración, consolidándose en el siglo XIX con la creación de Estados-Nación. Este constructo humano ha tenido impactos positivos en la autodeterminación de los pueblos, aunque también ha tenido impactos negativos, generado conflictos y divisiones.

Antes de que el Nacionalismo se convirtiera en una ideología, existían formas incipientes de identidad colectiva basadas en el territorio, la cultura y la lengua. En la Edad Media, esta idea giraba en torno al feudalismo y la religión (Cristiandad).

El Nacionalismo ha adoptado diferentes enfoques a lo largo de la historia, desde movimientos de liberación y unificación hasta manifestaciones extremas que han llevado a conflictos, guerras y genocidios.

El Nacionalismo, como movimiento de liberación, ha sido motor para la independencia de los pueblos, promoviendo la Soberanía y la identidad cultural. Este tipo de Nacionalismo dio soporte a la Revolución Francesa y a movimientos de independencia como los de América Latina.

Un Nacionalismo extremo pervierte el principio y puede dar origen a un expansionismo queconduce a guerras, imperialismos y genocidios. En Europa, el Reino Unido, Francia y Alemania lo usaron como pretexto o justificación para conquistar y explotar territorios en África y Asia.

Mussolini exaltó la identidad nacional italiana con fines expansionistas. El Nacionalismo racial alemán, que promovió la pureza de la raza aria, incentivó la Segunda Guerra Mundial y el holocausto con el exterminio de más de 6 millones de judíos.

La historia nos enseña que cuando el Nacionalismo y la Soberanía, claves en la formación de Estados modernos, se usan de manera excesiva y/o manipulada, se pervierten y generan vicios y fanatismos que se traducen en xenofobia, racismo o supremacismo, entre otros.

Los regímenes autoritarios usan la Soberanía como excusa para rechazar críticas externas a los abusos de poder, como ocurre con Venezuela o Nicaragua, que utilizan la Soberanía como escudo protector. Es común entre los políticos el uso de este principio para desviar la atención de los problemas internos.

En síntesis, el Nacionalismo y la Soberanía son principios esenciales para la identidad y autonomía de los pueblos, pero si estos principios se pervierten y/o fanatizan pueden derivar en discriminación, conflictos, autoritarismo, aislamiento y más, ¿Usted qué piensa?

Para resaltar: La historia nos enseña que cuando el Nacionalismo y la Soberanía claves en la formación de Estados modernos se usan de manera excesiva y/o manipulada, se pervierten y generan vicios y fanatismos que se traducen en xenofobia, racismo o supremacismo, entre otros.

José Antonio Gómez Espinoza