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Jaime Chabaud Magnus

No es un secreto sino una lastimera realidad que la mayoría de los Presidentes Municipales de Morelos, así como los diputados y senadores -locales y federales- carecen en su mayoría ya no digamos de un “Proyecto de Cultura” sino que adolecen ellos mismo de las más elementales nociones de para qué carajos puede servirles la cultura. Producto ellas y ellos mismos de un sistema educativo que excluyó de las aulas por donde pasaron nuestros políticos al arte y la cultura, por décadas de menosprecio y erosión de la SEP a manos de PRI, PAN y, ahora, Morena. Así que podemos esperar muy poco aunque eso no excluye a los intelectuales y artistas de exigir que lo tengan, lo construyan. Ejemplos de políticos bien formados y que también les interesa la cultura, los hay. Poquitos. Con los dedos de una mano se cuentan.

Como la carrera por la candidatura por la gubernatura de Morelos ya se discute abierta y soterradamente en todos los partidos pero sobre todo en Morena, en donde los aspirantes andan muy activos enseñando sus virtudes, pertinente sería que también muestren sus cartas respecto a qué van a hacer con la CULTURA. Y si no tienen carta alguna en su baraja va siendo buen momento para que con sus súper asesores se hagan las preguntas pertinentes para construir –ex nihilo– lo que nunca ha estado en sus horizontes. Porque sabemos que los proyectos de cultura en los municipios reducen a la oficina encargada a convertirse en el Salón de Fiestas del Presidente salvo poquísimas excepciones. Es frecuente que algunos encargados de las direcciones de cultura poseen conocimientos para desarrollar un verdadero plan pero no los dejan ejercer o no les dan presupuesto, otros pocos tienen buenas intenciones pero sus nombramientos se deben a nepotismo o pagos políticos. En general lo más cercano a un desarrollo cultural se reduce a conciertos de los famosos cantantes de narcocorridos y a apoyar unas cuantas cosas de cultura popular o de festividades cívicas y pare usted de contar. De los carnavales y el baile del chinelo -discúlpeseme la herejía-, cada vez parece más un negocio para la gran borrachera intoxicante y adormecedora que es tan favorable para tener al pueblo con pan y circo y sin ninguna Transformación.

Los Presidentes Municipales que se cuentan con una mano -y nos andan sobrando dedos- son los que invierten en bibliotecas, cursos de artes, festivales artísticos (de a deveras), promoción de grupos locales o compra de funciones de artes escénicas de grupos de fuera y dentro del Estado, presentaciones de libros. Yautepec, Cuautla, Coatlán del Río, Tlaquiltenango, y, por supuesto, Jojutla me consta invierten en cultura. Al menos los tres últimos de manera más consistente. Con temor -ligero- a equivocarme, no hay evidencia de nada mínimamente relevante en otros municipios lo cual es brutalmente trágico. Cultura puede haber, en esos territorios, pero existe porque la empujan grupos de la sociedad civil contra viento y marea, a veces con las autoridades en contra.

Es por ello que nos gustaría instar a los candidatos a candidatos a que se sienten con representantes del sector a discutir sus “Proyectos de Cultura” para que no nos den nuevamente gato por liebre. Porque la Transformación que necesita Morelos o es Cultural o no será. Lo que requiere nuestra gente es un cambio de mentalidad profundo y humanista. Si ya fracasó rotundamente el gobierno federal al negarse a hacer una revolución cultural en el país, quizá en nuestro estado se pueda demostrar que la Transformación sí era posible.

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