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Uno de los temas desafiantes en la actualidad para la sociedad, es el reconocer que las niñas, niños y adolescentes (NNA) tiene el derecho a la libertad de creencia y religión, lo que significa que tienen que disfrutar libremente de su lengua, cultura, usos, costumbres, prácticas culturales y religión que le ayude a constituir su identidad cultural.

Ese derecho se ve coartado cuando no pueden convivir con otros NNA de otra religión, celebrar fiestas de cumpleaños, conmemoraciones o el festejo de costumbres mexicanas, al ser consideradas como “paganas”, por la religión que profesa su familia.

La afectación de esto incluye diversas circunstancias y factores, tanto a nivel individual como estructural, como son:

1.- Presiones familiares: para adherirse a una religión específica o seguir prácticas religiosas particulares. Esto puede limitar su capacidad de explorar y decidir libremente sobre sus propias creencias religiosas.

2.- Cultura y comunidad: la religión puede ser una parte central de la identidad colectiva, esto es que los NNA pueden sentirse obligados a seguir la religión que predomina en su entorno para ser aceptados o ser integrados socialmente.

3.- Normas sociales y educativas: donde prevalece una sola religión o creencia dominante, pueden enfrentar expectativas implícitas o explícitas para conformarse a esa norma, lo que restringe su libertad de conocer otras opciones religiosas.

4.- Leyes y políticas que limitan este derecho: en algunos países o regiones, existen leyes o políticas que limitan la libertad de religión, especialmente para las infancias y adolescencias. Esto puede incluir restricciones en la práctica pública de ciertas religiones o la imposición de una religión.

5.- Discriminación y estigmatización: por sus creencias religiosas, especialmente si pertenecen a una minoría religiosa o practican una religión menos común en su entorno social.

6.- Falta de información y educación: la falta de acceso a información sobre diversas religiones y opciones de creencias puede limitarlos para tomar decisiones.

7.- Conflictos familiares: las diferencias religiosas dentro de la familia pueden generar conflictos emocionales y tensiones, quienes pueden sentirse presionados para alinearse con las creencias de uno de los padres o enfrentar el rechazo familiar si eligen una creencia diferente.

Cabe mencionar que este derecho, se encuentra consagrado en instrumentos internacionales, como en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el artículo 18, en la Convención sobre los Derechos del Niño, en el artículo 14 y en la Constitución Policita de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 24.

En ellos se establece que los padres o de los representantes legales tienen la obligación de guiar a sus hijos o hijas en el ejercicio de este derecho conforme a su evolución cognitiva y emocional.

Ante todo lo anterior, le propongo que dejemos que nuestras NNA decidan libremente, sobre la religión o creencias, para que los involucre y su participación sea valorada y tomada en cuenta en función de su madurez.

*Jueza de Ejecución de Sanciones del Tribunal Unitario de Justicia Penal para Adolescentes.

Abigail Rodríguez Nava