La distinción entre racialización, racismo y racialismo es importante si se quieren pensar las fronteras como espacios porosos más que como espacios herméticos. Es decir, existen fronteras que seleccionan a un tipo de migrante deseado, blanco-europeo en la mayoría de los casos. Aunque hay muchos ejemplos históricos y actuales parece pertinente hacer esta distinción previa. Aquí algunas notas sobre estás importantes diferencias conceptuales.
Para evitar el uso de términos imprecisos, es fundamental diferenciar entre racialización, racialismo y racismo. Racialización: Este concepto describe el proceso mediante el cual se producen categorías raciales y se generan desigualdades en el acceso a recursos y bienes entre grupos raciales. Se manifiesta en fenómenos como la «racialización de la pobreza» o la «racialización del crimen», donde ciertos grupos raciales son representados desproporcionadamente en condiciones de desventaja social o criminalización (Campos García, 2012). Vale la pena mencionar que todas las personas están racializadas. Una persona de tez blanca está racializadas como blanca. De la misma manera, una persona de tez negra también está racializada. Cómo personas todas tenemos la capacidad de ser racializadas.
Racialismo: Se refiere a la creencia en la existencia de razas como entidades reales y categorizables. Aunque no necesariamente implica jerarquización, el racialismo actúa como un marco de sentido común que clasifica a las personas según tipologías raciales. Es la base del pensamiento racial y está presente en la tendencia a organizar a los seres humanos en categorías raciales visibles o asumidas (Campos García, 2012). La existencia de una especie, la humana, dividida en razas, aborda un debate muy amplio. Diría el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED): «Hoy sabemos no solamente que todos los seres humanos pertenecemos a la misma especie Homo sapiens, sino también que no existen las razas humanas biológicamente determinadas»(CONAPRED, 2020). Gracias al descubrimiento de que nuestro ADN (ácido desoxirribonucleico) es 99.9% idéntico y sólo existen diferencias genéticas entre nosotros en un 0.1% de este ADN (CONAPRED, 2020). En pocas palabras, el racialismo fue refutado hace tiempo. Sin embargo, aunque las diferencias biológicas no existen, las sociales sí, la migración es ejemplo de ello.
Racismo: a diferencia del racialismo, el racismo introduce un principio de jerarquización arbitraria entre grupos humanos. Este fenómeno, de carácter político y económico, fomenta desigualdades y prácticas de exclusión, otorgando derechos morales a ciertos grupos para dominar a otros. Se traduce en acciones concretas que perpetúan lógicas de confrontación y sometimiento (Campos García, 2012).
De manera breve, el racialización es la idea de que todas somos leídas como blancas, negras o morenas. El racialismo es la creencia de que existen razas diferentes de manera bilógica. Racismo es la jerarquización de personas entre grupos humanos.
Ahora bien, ¿Por qué hacer estas distinciones teóricas? La respuesta breve es porque estás distinciones existen en la práctica y afectan a las personas y su movimiento. Retomar estas categorías permite, primero visibilizar, segundo complejizar mecanismos y estrategias de movilidad, inmovilidad y ralentización.
Por poner un ejemplo histórico que se repite en casi todo el mundo. El gobierno de México durante la primera mitad del siglo XX (aún ahora) planteo una política de «acceso preferencial» a personas provenientes de Europa. Cuando intentaban llegar personas de China o África la negación era absoluta. Basta con leer a Tomás Pérez Vejo para observar cómo Yucatán negaba el acceso a personas de aspecto “negroide” y a Beatriz Rivas para observar cómo la población realizó un genocidio de chinos en Torreón.
*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo.