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Metformina: Regalo de la naturaleza

Alejandro Zamilpa Álvarez*

Iván Alejandro Díaz Ortiz**

A través del tiempo, el ser humano se ha dado a la tarea de resolver distintos enigmas, ya sea por necesidad o curiosidad. A través de la historia entendemos que la medicina parte desde milenios atrás y es difícil establecer la fecha o la forma en que se originó. Se sabe que algunas especies animales recurren a plantas para tratar malestares, como los chimpancés en Tanzania que utilizan Vernonia amarga (Vernonia amygdalina), planta reconocida por tribus nativas por su efecto medicinal. ¿Será que este fenómeno fue entendido por los chimpancés a través de los humanos o viceversa?

En la actualidad la medicina y la farmacología se han desarrollado a pasos agigantados, permitiendo desarrollar medicamentos que, de su origen natural pasaron a una síntesis química hasta escalar de forma tan masiva que ha relegado la importancia de las plantas medicinales de las cuales surgieron.

¿Alguna vez te has cuestionado el origen de los medicamentos que utilizamos día a día? Por ejemplo, ¿sabías que la metformina proviene de una planta?

La metformina es el fármaco más prescrito como tratamiento de la diabetes, además, se ha fomentado el redescubrimiento de esta molécula, generando intriga y optimismo ante los resultados obtenidos en diversos experimentos.

A pesar de todo lo mencionado, es poco conocida la historia de la metformina: un camino lleno de vicisitudes, como la poca popularidad frente a otros fármacos y dinámicas de la industria farmacéutica.

Su descubrimiento, se remonta a mediados del siglo XIX cuando los investigadores Werner y Bell la sintetizaron a partir de una biguanida, compuesto presente en la semilla de una planta llamada comúnmente Lila francesa o Hierba cabruna. Pero es necesario retroceder aún más en el tiempo y conocer sus orígenes.

Esta planta fue descrita por primera vez por Carlos Lineo en el siglo XVIII, llamándola Galega officinalis dado su uso como inductor de producción de leche, sobre todo en cabras (Gala: leche, Ega: provocar). Pocos años más adelante, John Hill planteaba su uso como tratamiento para la sed excesiva y aumento de uresis (orina), que son los síntomas clásicos de la diabetes (polidipsia y poliuria). Se ha llegado a especular por expertos que esta planta, incluso, se había propuesto como tratamiento de los mismos síntomas en los papiros de Ebers, documentos que datan del 1500 a.C.

Ya en el siglo XX gracias al trabajo de diversos científicos se fue plasmando de manera objetiva su efecto reductor de azúcar en la sangre, pero tuvo que enfrentar su primer obstáculo: el desarrollo de sulfonilureas e insulina que generaban más interés a la industria farmacéutica. Este hecho, desplazó a la metformina como tratamiento para la diabetes y se mantuvo en el olvido por años, hasta que, en la década de los 50s, Jean Sterne y Denis Duval se dieron a la tarea de demostrar el potencial terapéutico que tenía para tratar la diabetes mellitus.

El poco conocimiento de esta patología y la asociación del uso de otras biguanidas con el desarrollo de acidosis láctica, cimentó el segundo gran obstáculo de la metformina, un gran prejuicio de ser dañino, que incluso llegó a retirar del mercado este grupo de moléculas.

 

La llegada de la década de los 80s trajo consigo el entendimiento de las bases de la diabetes y dio una nueva oportunidad a la metformina. El doctor Daniel y la doctora Goodman se encargaron de demostrar que la metformina no era el villano en la historia, logrando su aprobación por la institución regulatoria de medicamentos FDA.

A partir de ese momento se inició una campaña de educación que permitió a la metformina convertirse en el principal medicamento para tratar la diabetes y el inicio de nuevos ensayos, lo que trajo el descubrimiento de nuevos efectos potencialmente benéficos para la salud humana, desde su efecto antioxidante, hasta su actividad como antitumoral, abriendo una gran ventana de nuevos objetivos terapéuticos para la metformina. Incluso, se especula que la investigación de la metformina podría darnos apertura a un mayor conocimiento del envejecimiento y cómo poder retrasarlo.

En la actualidad, la metformina es uno de los fármacos más utilizados, siendo parte de la lista de Fármacos esenciales de la OMS, la cual impulsa un acceso equitativo y asequible de fármacos en todo el mundo dado su importancia.

La metformina ha tenido que recorrer un camino lleno de infortunios, pero con la final recompensa de su virtud, siendo reconocida por su gran utilidad en la salud.

La historia de la metformina es una invitación a la reflexión, y una invitación a reconocer las virtudes de las plantas medicinales y un fomento al desarrollo de investigación en torno a ellas y así descubrir más obsequios que nos ofrece la naturaleza.

*Director del CIBIS. OOAD IMSS Morelos.

**Colaborador