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¿Has escuchado hablar sobre las Cardiopatías Congénitas?

Rocío Rodríguez Candanosa*

El corazón es el órgano muscular más importante del sistema circulatorio, está compuesto por millones de células que laten de forma coordinada para bombear la sangre a cada rincón de nuestro cuerpo. La formación de éste inicia a partir del día 15-18 de gestación y termina al final de la séptima semana del embarazo.

Durante la creación del corazón, pueden existir factores que interrumpen su desarrollo normal y terminan por alterar su forma y su funcionamiento; a esto se le conoce como cardiopatía congénita.

Las cardiopatías congénitas, recobran su importancia al ser la malformación más frecuente presente al nacimiento. Tan solo en México, se reporta que cada año nacen entre 12 mil a 16 mil bebés con esta enfermedad.

Las causas de estas afecciones son muy variadas y van desde las anomalías en los genes, enfermedades infecciosas, hasta la exposición a compuestos o sustancias dañinas durante el embarazo.

En ocasiones, es posible identificar estas anomalías cuando el bebé aún no ha nacido, por medio de un examen del corazón que se realiza a partir del segundo trimestre del embarazo.

Posterior al nacimiento, este tipo de malformaciones pueden hacerse evidentes desde las primeras horas de vida, sin embargo, no siempre se manifiestan y pueden pasar desapercibidas hasta edades más avanzadas.

Para la detección temprana de las cardiopatías congénitas en los recién nacidos, se ha implementado en nuestro país la realización del tamiz cardiológico; el cual, es un examen sencillo que se lleva a cabo en diversas instituciones de salud, entre el primer y segundo día de vida. Este procedimiento tiene como objetivo diagnosticar oportunamente a aquellos bebés aparentemente sanos, que pudieran tener alteraciones en la formación del corazón, para así, poder otorgar el tratamiento más adecuado y brindar un mejor pronóstico a corto, mediano y largo plazo.

Para la población en general, es de suma importancia conocer que existen ciertos signos o síntomas que se pueden llegar a presentar en los bebés, niños y adolescentes con cardiopatía congénita, y que podemos identificar sencillamente, tales como: coloración azulada de boca, manos y pies, respiraciones muy rápidas, dificultad para respirar, latidos muy rápidos del corazón, fatiga, sudoración excesiva, palpitaciones, desmayos, así como dificultad para crecer y ganar peso.

Ante la sospecha de una cardiopatía congénita, es vital acudir a la unidad de salud más cercana para poder recibir una pronta atención, así como orientación sobre el diagnóstico y el tratamiento más adecuado.

¡Cuidemos los grandes corazones de los más pequeños del hogar!

*Servicio de Cardiología Pediátrica. OOAD Morelos

La Jornada Morelos