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De cómo las mariposas salieron de América y conquistaron el mundo

Agustín B. Ávila Casanueva*

Mi abuelo se impresionaba de las mariposas. O más bien, desconfiaba de ellas. “No les creo que volando de esa manera, así papaloteando, logren viajar todo lo que viajan” decía refiriéndose a las monarcas, quienes son capaces de viajar de Canadá al centro de nuestro país. Y la verdad sí es magníficamente sorprendente como ese papaloteo al parecer sin rumbo, de una hoja a una flor, buscando un rayito de sol, logre ser parte de una travesía continental.

Las monarcas no han sido las únicas mariposas migrantes. Al parecer, según un estudio publicado el pasado 15 de mayo en la revista Nature, las mariposas surgieron en nuestro continente hace unos cien millones de años, aunque en esas épocas los continentes aún no tenían la forma y disposición con la que cuentan ahora. Y desde aquí fueron volando, distraídamente, al resto de los continentes del mundo —excepto por la Antártida—, un proceso que tardó unos setenta millones de años. La mejor apuesta es que las mariposas se originaron en algún lugar de América del norte, aunque los datos aún no son concluyentes y hacen falta más estudios y datos para poder decirlo con certeza. Pero ya una vez que conquistaron América, las mariposas salieron por el sur hacia Oceanía, y después por el norte, utilizando el estrecho de Bering para llegar a Asia. A África llegaron hace aproximadamente entre cuarenta y cinco y treinta millones de años, para por último llegar a Europa y cerrar el círculo.

Otro de los intereses del grupo de investigación era saber de qué se alimentaban estas primeras mariposas. Aunque hay mariposas que, siendo larvas, se alimentan de otros insectos, líquenes y algunos desechos orgánicos, la enorme mayoría son herbívoras. Si bien la datación del origen de las mariposas pone su llegada al mundo más de cien millones de años después de la aparición de las plantas con flor, un grupo muy importante de estas plantas aparece casi al mismo tiempo que estos insectos: las leguminosas —o fabáceas, para ser más preciso—. Los resultados presentados en el artículo de Nature indican que la primera comida que las mariposas probaron fueron plantas leguminosas y pocas se han movido más allá de esta elección.

Las mariposas en general tienen dietas muy estrictas. Cerca de dos tercios de ellas —67.7 por ciento de las especies actuales— se alimentan de una sola especie de planta, y de las especies de mariposa que se alimentan de dos o más tipos distintos de plantas, lo hacen de plantas que son muy cercanas evolutivamente. Es decir, aún aquellas mariposas que tienen dietas variadas no muestran una gran diversidad en realidad. Sería como decir que tenemos una dieta diversa porque comemos de cinco distintas especies de calabaza, únicamente. Estos resultados apuntan a una evolución compartida entre las distintas especies de mariposa y las plantas de las que se alimentan.

Las y los investigadores que llevaron a cabo este trabajo, una colaboración realizada entre 88 personas de distintos institutos de investigación de todos los continentes —excepto por la Antártida—, llegaron a estos resultados analizando 391 genes en casi 2,300 especies de mariposas, abarcando al 92% de todos los géneros existentes de este grupo de insectos. Sus conclusiones no solamente cuentan la evolución de las mariposas —a partir de un grupo de polillas herbívoras y nocturnas—, sino que también sirvieron para entender mejor la relación entre las distintas especies, sugiriendo una reclasificación de casi un tercio de sus géneros.

Las personas que realizaron este trabajo no salieron al campo a buscar mariposas, sino que obtuvieron muestras de noventa distintos países —incluyendo México, con algunas muestras recolectadas en Morelos— simplemente colaborando con veintiocho colecciones de especímenes en distintas universidades y centros de investigación, resaltando la importancia de este tipo de colecciones en el avance de la ciencia.

*Coordinador de la Unidad de Divulgación del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM y miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.

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