(Nuestras Raíces)
La india bonita
(Cihuacualcuani)
En 1921, el antropólogo Manuel Gamio, arquitecto del proyecto estatal nacional basado en el ideal del mestizaje, promovió por vía del periódico El Universal un concurso de belleza para mujeres indígenas. El concurso se generó en un momento histórico de redefinición del proyecto de nación mexicano. Este último tenía como una de sus prioridades políticas el integracionismo, que llevó el nombre de indigenismo. Se pretendía que la población identificada como indígena se integrara al desarrollo y progreso nacional. Las vías fueron diversas, desde las visiblemente violentas, como el exterminio, a las de violencias menos evidentes, tales como las prácticas de desindianización y de aculturación. En esto consistía el mestizaje: que los indios dejaran de ser indios y se volvieran mexicanos. El ideal de la forma de la nación era, no solamente en cuanto institucionalidad sino también en fenotipo, las naciones occidentales (europeas y estadounidense).
Los mestizos durante la época virreinal eran mal vistos, porque suponían la degradación de la pureza de la sangre (un concepto hispánico medieval que jerarquizaba la sociedad de acuerdo con el origen de las personas). Estos eran identificados como la descendencia de padre español (o de origen europeo) y de madre indígena (es sintomático del carácter patriarcal del orden virreinal que no se conceptuara en sentido inverso). Ya en época independiente, la figura del mestizo adquirió un valor especial. En el imaginario se seguía conceptualizando como descendiente de padre de origen europeo (español) y de madre indígena. Este imaginario se plasmó en diferentes producciones literarias, filosóficas y cinematográficas. La figura de la Malinche (con todo un conjunto de entramados morales misóginos) en su relación con la figura de Hernán Cortes, fue, justamente, identificada como el arquetipo de la madre promotora del mestizaje.
En el contexto del concurso de la India Bonita se intentó reformular el imaginario de la mujer indígena por vía estética, no para reivindicar el valor de un fenotipo no occidental o blanco, sino para despertar en los lectores burgueses de El Universal la mirada masculina con carga sexual hacia el cuerpo de la mujer indígena en pos del mestizaje. Es decir, se pretendía despertar el deseo del hombre burgués blanco por las mujeres indígenas en favor del mestizaje y la consolidación nacional. En el fondo, respondía a la exigencia de blanqueamiento que las élites culturales y políticas mexicanas de filiación criolla. Así, la india bonita representaría a la mujer indígena auténtica y, al mismo tiempo, el modelo de promoción del mestizaje.
En su contraparte, la representación del hombre indígena históricamente ha sido negativa: salvaje, bárbaro, inculto, violento, misógino, alcohólico, etc. De ahí el elemento completar de la coartada del proyecto nacional basado en el mestizaje.
Foto de María Bibiana Uribe, originaria de San Miguel Tenango, Huachinango. Ganadora del concurso promovido por El Universal, La India Bonita.
Primera imagen de una serie de Cuadro de Castas: “Español con India: Mestizo”
S. XVIII. Autor anónimo.
*Posdoctorado de la Universidad Autónoma de Morelos