SE BUSCA LOCAL PARA ALBERGAR SESIONES DE ESCUCHA
Hace unos meses tuve la fortuna de ser invitado al lado de Amaya Giner y Alejandra Serrano por mi amigo Davo Valdés a formar parte Poesías el tributo, una serie de lectura sencilla.
La idea era compartir tres textos o poesías que nos gustaran. Un texto personal y otros dos de autores que nos emocionaran, y explicar de manera breve por qué nos emocionaban esos textos, o por qué resonaban con nuestra persona. Algo bastante simple.
Cuando me lo propuso supe de golpe muy bien a quién quería leer, y qué texto mío podría compartir, fue un disparo raso, sabía que tenía que leer algo de Hernán Casciari, y Alessandro Baricco, me hubiera gustado también incluir a Pessoa, pero lo que más me gustaba de él era demasiado extenso, al final todo fue bien porque Amaya Giner si leyó a Pessoa, jeje así que todos a salvo y abordo, unas vez con ellos zarpamos a buenas aguas.
Fue una experiencia realmente buena. Esa noche, saliendo del café Dia1 donde se realizó el evento, una idea atravesó mi mente. ¿Por qué no hacer un tributo similar pero musical? Tres canciones. La dinámica bien podría ser la misma, invitar a tres personas, contar con un buen equipo de audio, y que cada quien pudiera compartir tres melodías, por el simple hecho de conocer música de viva mano, algo así, (y aquí pega la nostalgia), cómo cuando entrabas a una antigua tienda de discos, y el dependiente, era algo así como el sacerdote y emisario que te encomendaría tu siguiente evangelio según tus gustos musicales, algo así como el capitán de tu siguiente aventura musical fue así como por ejemplo yo llegué a Pink Moon de Nick Drake. Me encontraba deambulando por una tienda de discos en Toronto y él tipo que atendía en ese momento me supo leer bien, y me dijo toma, este disco va a cambiar tu vida, no estaba exagerando. Pink Moon figura hoy en día como uno de mis discos favoritos.
Lo de un club de escucha, no es algo que se me pronunció de la nada, de hecho sueño con esta idea desde que viajé a Japón, ya lo he comentado en otras entregas, desde el momento en que por destino (con cierta imprecisión dicho) la vida me condujo hasta ese local en la ciudad de Kobe, sabía que ese momento me fue dado, como la letra de un nombre escrito más grande, como una pieza que bordeaba el perfil de una misión inscrita desde un tiempo imposible.
Escuchar en público es un ejercicio poco recurrente, estamos tan acostumbrados a la música ambiental, que lo más natural es hablar por encima de ella, pero muy pocas veces nos quedamos callados escuchando en compañía de otros, habría que decir que inclusive requiere una intimidad más profunda, es fácil hablar con los demás, es difícil callar en su presencia y sentir que pertenecemos a algo más grande.
La idea no sólo sería reproducir tres piezas y tan-tan, sino contar una historia que revelara porque esas canciones nos son importantes, todos tenemos un historial de canciones que se relaciona con nuestra personalidad e historia, la música funciona como una línea que une nuestros recuerdos, pero también nuestras proyecciones.
Así que ahora me pongo a pensar y te pregunto ¿qué canciones pondrías tú? Es una pregunta que asusta, algunas veces he tentado terreno con colegas y amigos y la respuesta por excelencia es; no te puedo decir sólo tres. El universo musical es muy basto y lo sabemos, de hecho nuestros gustos mutan de piel cada tanto, pero por efectos prácticos del ejercicio, déjate llevar y piensa en tres canciones que sean importantes para ti hoy, las primeras que rosen tu mente.
Yo te comparto una que me viene de inmediato:
Julia – John Lennon
Julia fue la madre de Lennon. Ella fue una gran influencia en la vocación musical de su hijo, ya que le compró su primera guitarra y fomentó su interés por la música, desgraciadamente fue arrollada a los 44 años por el policía novato Eric Clague que conducía sin permiso. A los 10 años de la tragedia John escribiría esta canción en un retiro de la India como forma de acercarse a su madre por quién guardaba un profundo amor.
A pesar de que mi padre fue el primero en regalarme una guitarra, mi madre pudo ver que la música existía en mí más allá de un pasatiempo, ella fue la primera en impulsarme y en buscar que formalizara mis estudios. Pasé muchos años de mi vida practicando en el comedor de casa mientras ella hacia la comida y me alentaba, esa canción para mí significa una relación de apoyo y soporte hacia mi carrera, por la cual estaré eternamente agradecido con ella. Cuando me fui a trabajar al extranjero, volvía puntual hasta ella y le entregaba un pin con mi nombre y posición de músico de orquesta como una manera de decir; gracias, mira lo que hiciste.
Julia, Julia Ocean child calls me
So I sing a song of love, Julia
Julia, seashell eyes
Windy smile calls me
So I sing a song of love, Julia
¿Y tú? ¿Qué canción golpea tu mente?
PD: Si sabes de un local que le interesaría organizar estas sesiones, escríbeme.