loader image

Héctor Rosales

Autores fundamentales de la cultura popular: Mario Margulis

La contribución del autor argentino Mario Margulis nos parece muy importante porque sintetiza de manera ejemplar una manera de entender la cultura popular que tuvo amplia influencia en varias generaciones de actores sociales, políticos e institucionales, cuando todavía estaba en el horizonte la posibilidad de un cambio estructural (años 60 y 70 en América Latina). La descripción que hace Margulis acerca de la situación de la cultura en las sociedades capitalistas nos parece todavía vigente: la contraposición entre el valor de uso y el valor de cambio, entre la producción orientada a satisfacer las necesidades humanas auténticas y la producción orientada a la obtención de la ganancia. La dinámica que se establece entre la cultura dominante, la cultura de masas y la cultura popular permite hablar de procesos de intercambio simbólico y de circulación cultural. 

La caracterización que hace Margulis de la cultura popular merece ser vista con cierto detenimiento .Las citas son del libro compilado por Adolfo Colombres: La Cultura Popular, 1982. Premiá). Para este autor:

“La cultura popular es la cultura de los de abajo, fabricada por ellos mismos, carente de medios técnicos. Sus productores y consumidores son los mismos individuos; crean y ejercen su cultura. No es la cultura para ser vendida sino para ser usada. Responde a las necesidades de los grupos populares”. (Margulis 198, 44).

La cultura popular auténtica, dentro de un contexto social de dominación y explotación, es el sistema de respuestas solidarias, creadas por los grupos oprimidos, frente a las necesidades de liberación.(Margulis 1982, 44).

“La cultura popular surge en los sectores populares de la conciencia compartida –aunque en sus comienzos ésta sea una conciencia vaga, poco lúcida- de sus necesidades, carencias y opresión, y a su vez genera conciencia, solidaridad, un lenguaje y un cúmulo de símbolos, que permiten avanzar en la toma de conciencia y en la acción. La toma de conciencia popular pasa por sus propias creaciones, elaboradas y compartidas por sectores oprimidos a partir de una actividad solidaria. Y en esas formas culturales creadas por ellos reconocen y verifican sus circunstancias y su potencialidad de acción. (Margulis 1982, 46).

Volver a leer estas palabras desde el momento histórico presente suscita un gran número de reflexiones. No hay duda de que hoy, en el México del siglo XXI, nos parece más evidente el contexto de dominación y explotación en una sociedad donde se han impuesto las premisas neoliberales no sólo en la economía, sino también en lo social y lo cultural, pero creemos que las condiciones de la opresión se han generalizado y diversificado. De alguna manera todos somos oprimidos, de allí la vigencia de las formas que distingue Margulis en la cultura popular: 

“a) …los mecanismos articulados por los sectores populares para dar satisfacción a necesidades a nivel cotidiano frente al avance de la opresión, y que llamamos formas de resistencia cultural; hasta b) las ofensivas culturales, que suponen avances significativos por parte de sectores populares sobre la cultura y la ideología del sistema”. (Margulis 1982, 61).

Resultaría interesante intentar una actualización del enfoque de Margulis sobre la cultura popular, criticando, desde luego algunos aspectos. En las sociedades complejas en que vivimos y en la diversidad de situaciones que pueden encontrarse en México, parece evidente que se libra una lucha cultural en múltiples frentes. Una de las tareas a realizar es la identificación de los protagonistas concretos en cada situación, qué es lo que está en juego y qué recursos culturales pueden activarse. La intervención de los promotores culturales en estos escenarios requiere de una gran sensibilidad y conocimiento.

En los procesos culturales contemporáneos resulta imprescindible tomar en cuenta los desplazamientos migratorios, la potencialidad de las redes y los usos alternos de internet, además de la dificultad de articular luchas que están territorializadas y al mismo tiempo deslocalizadas. La cultura popular de clase y de la vida cotidiana es el sustento de las nuevas formas de resiliencia comunitaria.

3