

¿Extinción de selva baja caducifolia en Cuernavaca?
Durante años Guardianes de los Árboles junto con otras organizaciones ambientalistas hemos abogado, tanto con particulares como con gobiernos, por la protección y conservación de los últimos reductos del ecosistema nativo selva baja caducifolia que aún quedan en el área urbana del municipio de Cuernavaca. No obstante, este llamado a las pasadas administraciones de los tres niveles de gobierno fue subestimado ante la advertencia de los ambientalistas que este ecosistema nativo podría perderse para siempre en el municipio de Cuernavaca, y es justo lo que ahora está sucediendo.

Lamentablemente entre la ciudadanía, incluso entre los gobiernos, hay una gran falta de conocimiento e información sobre este importante ecosistema nativo de la región.
Al respecto, es necesario saber, que, la selva baja caducifolia es el tipo de vegetación tropical con mayor distribución en México. “Este tipo de vegetación se caracteriza por la presencia de árboles de baja altura (no más de 15 m) y su marcada estacionalidad, cuya mayor parte pierde el follaje durante la época seca y reverdece en los meses de lluvia. La época lluviosa abarca de mayo a octubre, mientras que la de sequía se puede prolongar hasta ocho meses en algunas regiones” (Rzedowski, 1978; Trejo, 2005).
En el caso del estado de Morelos, existen tres principales áreas protegidas de selva baja caducifolia: la mayor superficie se encuentra en la región de la “Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla” seguida de la Reserva estatal y federal “EL Texcal”; y la Reserva Estatal Sierra Monte Negro” estas dos últimas reservas han perdido cientos de hectáreas a causa del cambio de uso de suelo para dar paso al crecimiento urbano ilegal; el avance de las fronteras ganaderas y agropecuarias; mega proyectos; minas de arena, piedra y cemento, entre otros, causando con esto una gravísima afectación y pérdida de su biodiversidad. Empero, existen todavía miles de hectáreas de selva baja caducifolia en Morelos, fuera de las áreas naturales protegidas, que cotidianamente son arrasadas para dar paso a una urbanización desbocada.
Pero volviendo al tema del municipio de Cuernavaca y el ecosistema nativo en mención.

El territorio de Cuernavaca originalmente contenía selva baja caducifolia hasta el norte del municipio haciendo transición con el bosque de encino, y hacia el sur, hasta colindar con los municipios de Temixco y Jiutepec, municipios que todavía contienen extensiones amplias de este ecosistema nativo. Ante la paulatina pérdida de selva baja caducifolia en Cuernavaca, se fue generando a través de los años un “ecosistema arbóreo urbano” con la plantación de árboles exóticos no nativos, los cuales, no obstante, ofrecen un servicio ambiental importante a esta ciudad. Si bien es cierto que es imposible que Cuernavaca recupere su original ecosistema de selva baja caducifolia, si es perfectamente posible rescatar los últimos reductos que quedan conjuntamente con las plantaciones de árboles nativos.
Entonces, por lo antes expuesto, existe el riesgo real de que el municipio de Cuernavaca pierda para siempre los pocos reductos que le quedan de selva baja caducifolia, siendo actualmente uno de los más extensos en los terrenos de la empresa llantera Firestone Bridgestone y el predio aledaño a la Procuraduría General de La República. (PGR).
Algunos de los intentos pasados de ambientalistas por conservar la selva baja caducifolia en Cuernavaca:
En el 2005, cuando se construyó Plaza Galerías, Guardianes de los Árboles llegó a un acuerdo con la empresa comercial “Liverpool” en el sentido de no oponerse a su proyecto siempre y cuando se realizara un salvamento de los cientos de árboles que se encontraban en el terreno a construir. El salvamento de árboles llevo cerca de tres meses con todos los gastos pagados por Liverpool y supervisado el banqueo de los árboles por Guardianes de los Árboles. Se dio prioridad al rescate de los árboles nativos, los cuales, se trasladaron a una pequeña área que ya contenía selva baja caducifolia y que actualmente se encuentra ubicado entre el estacionamiento de Plaza Galerías y la entrada a Firestone Bridgestone. Si bien se logró salvar muchos árboles nativos y no nativos, se perdió un maravilloso bosquecito de árboles nativos “Cuaulotes” que quedaron bajo lo que actualmente es el estacionamiento de este centro comercial Plaza Galerías.

En el 2015, durante la construcción del Paso Exprés, varios grupos ambientalistas con asesoría de biólogos de la UNAM y UAEM, solicitamos a la Secretaría de Comunicación y Transporte (STC), una compensación ambiental y arbórea por los cientos de árboles que fueron talados a causa de la construcción de esta vialidad. Después de interminables reuniones con el delegado en Morelos de la SCT, se logró que esta instancia contratara una empresa para que llevara a cabo la restitución arbórea en el municipio de Cuernavaca. Por lo que, la SCT, en coordinación con el ayuntamiento de Cuernavaca y con la supervisión de ambientalistas y biólogos, se plantaron en el área urbana de Cuernavaca 6 mil árboles, en su gran mayoría nativos de la región, y otros 10 mil en la zona boscosa del norte de Cuernavaca con especies de pino propias de la región. El porcentaje de sobre vivencia fue de un 80 por ciento. Muchos de los árboles nativos que actualmente se observan en las calles de Cuernavaca, son los que se plantaron en aquel entonces, hace 9 años. Cabe señalar que ambientalistas y biólogos presentamos a la SCT un proyecto en el que se contemplaría a lo largo del Paso Exprés un cinturón verde incluyendo la conservación de las áreas de selva baja caducifolia. Lamentablemente el gobierno federal de aquel entonces desechó por completo el proyecto, considerándolo “inviable”
De la misma manera, el 2015, durante el gobierno de Felipe Calderón, la PGR construyó sus instalaciones en parte uno de los últimos reductos de selva baja caducifolia dentro de la zona urbana de Cuernavaca. Aun cuando los ambientalistas tuvimos varias reuniones con la entonces procuradora para solicitarle que las oficinas se construyeran en otro lugar que no afectara ese ecosistema nativo, la procuradora no cedió en absoluto. Su argumento fue siempre que era necesario construir a un costado de la Policía Federal, y por supuesto consideró la solicitud de los ambientalistas como una romántica e innecesaria petición de conservar ese predio de selva baja caducifolia.
Dicho lo anterior, los ambientalistas seguimos haciendo un llamado a los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal de Cuernavaca, y todos los municipios de Morelos, a que hagan el esfuerzo por conservar y proteger este maravilloso ecosistema de selva baja caducifolia, gestionando y promoviendo decretos de más reservas y áreas naturales protegidas, conservando también los reductos de selva baja en las áreas urbanas en los diferentes municipios del Estado de Morelos.
En la primera foto, tomada por Guardianes de los Árboles, se observa el *predio de selva baja caducifolia como se encontraba y después de la construcción de la PGR. La segunda foto, una de las varias manifestaciones que ambientalistas realizamos tratando de salvar el predio y proponiendo a los gobiernos estatal y federal lo adquirieran para convertirlo en un jardín botánico de especies vegetales nativas de la región. Actualmente permanece todavía una amplia área de selva baja caducifolia anexo a la PGR, la cual, su futuro está en juego, ya que corre el riesgo de ser arrasada por algún proyecto inmobiliario o comercial, a menos que tanto el gobierno estatal, federal o municipal lo adquieran para su protección y conservación.

*Ubicado sobre la autopista Cuernavaca-CDMX a un costado de la Policía Federal.
Foto: Guardianes de los Árboles, A.C.
