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Retos de la nueva agenda ambiental federal y algunos aprendizajes desde Morelos

 

“Vamos a limpiar y a sanear los tres ríos más contaminados del país: el río Lerma – Santiago, el río Tula y el río Atoyac” se escuchó decir en el zócalo capitalino durante el discurso donde la nueva presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo enumeró las 100 acciones a implementar durante su mandato. Días después, la bióloga Alicia Bárcena compartió que el Saneamiento y restauración de cuencas, ríos y bosques serán un mecanismo para garantizar el acceso al agua limpia. Esto como parte del decálogo que guiará el trabajo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales que, a decir de la bióloga, seguirá la senda de las cuatro “erres” la restauración, la remediación, los ríos y los residuos.

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De avanzar en esta ambiciosa agenda, se generarían un sinfín de beneficios ambientales y sociales en dichas regiones. Entre otras cosas, significaría dignificar y llevar el bienestar a las comunidades con evidentes impactos positivos en la salud ambiental y humana. Pero, sobre todo, se contribuiría a otorgar el derecho humano al agua en calidad y cantidad, recuperando también un recurso estratégico para el desarrollo social y económico del país.

Ahora bien, la implementación de estas políticas requerirá enfrentar una variedad de retos administrativos, económicos, técnicos, sociales y legales. Por ejemplo, en Morelos, el saneamiento de la cuenca del Apatlaco y las barrancas de Cuernavaca ha enfrentado grandes desafíos debido, entre otras causas, a la falta de regulaciones estrictas, la supervisión y sanción por la contaminación derivada de actividades industriales, urbanas y agrícolas.

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Bajo ese escenario, me parece pertinente llamar la atención hacia algunos temas que podrían ayudar a lograr aquellos ambiciosos objetivos de saneamiento y restauración.

  1. El saneamiento de las cuencas sólo será posible con la participación ciudadana. Se recomienda propiciar el uso de alternativas de tratamiento domiciliario de alta eficiencia a costos accesibles. Para tener un mayor éxito, se deberán establecer programas de educación ambiental específicos al saneamiento para socializar y divulgar modelos constructivos y tecnologías apropiadas. Se deberá buscar resaltar los beneficios que las actividades de restauración de cuencas y saneamiento de ríos puede traer a las comunidades que se relacionan con ellos.
  2. Las grandes plantas de tratamiento de aguas residuales no resuelven totalmente el problema. A pesar de que son una excelente herramienta, se han experimentado deficiencias en la operación y mantenimiento del usuario final.
  3. Se deberán actualizar y aplicar adecuadamente los programas de ordenamiento ecológico territorial y de desarrollo urbano, con visión de cuenca y evitando en lo posible el crecimiento de las ciudades en las zonas cercanas a los cauces y en las cabeceras de las cuencas, garantizando su aplicación y en su caso sancionar las faltas al mismo. Esto con el objetivo de prevenir las condiciones que han provocado la contaminación de los ríos y asegurar la provisión del recurso hídrico.
  4. Contribuir a la restauración en zonas identificadas como prioritarias en la provisión de los recursos hídricos, propiciando la creación y el fortalecimiento de áreas naturales protegidas privadas, comunitarias, municipales, estatales y federales con capacidades internas y externas para asegurar el financiamiento de su manejo y gestión.
  5. En cuanto a la gestión de los residuos sólidos urbanos, se recomendaría replicar experiencias locales exitosas y desde esos aprendizajes fomentar las iniciativas comunitarias de acopio, separación y compostaje.

En resumen, la ejecución efectiva de los planes de saneamiento y restauración de las cuencas dependerá de la colaboración entre habitantes, comunidades, gobiernos locales y actores privados. Pero, sobre todo, la permanencia en el tiempo de las actividades de incidencia será resultado del cambio de los comportamientos individuales, no tanto de grandes obras de infraestructura, costosas y de gran inversión para su manejo y mantenimiento. Como bien lo decía el economista alemán Ernst Friedrich Schumacher en su libro Lo pequeño es hermoso (1973): Las soluciones científicas o técnicas que envenenan el medio ambiente o degradan la estructura social y al hombre mismo no son beneficiosas, no importa cuán brillantemente hayan sido concebidas o cuán grande sea su atractivo superficial.

*Victor Hugo Flores-Armillas (Facebook: victor.bios). Iniciativa Valoración Social del Capital Natural de las Barrancas de Morelos. Centro de Investigaciones Biológicas – Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Foto: Víctor Flores Armillas

Víctor Hugo Flores-Armillas