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El dos de junio las redes se saturaron en contra o a favor de las candidatas, los insultos subieron de tono, falsas y verdaderas noticias se confundieron en textos variopintos. tiendas y establecimientos no vendieron alcohol. Había llegado el momento, para muchos, en que se decidiría el destino de la nación por voluntad de los votantes que se expresan un día, cada seis años dentro de una urna.

A media mañana entre los dedos entintados presumidos en Facebook, aparecieron algunos con el símbolo de las capuchas zapatistas y una cantidad de papeletas con nombres de desaparecidxs, mujeres asesinadas por feminicidio, como María Fernanda Rejón, Viridiana Anaid Morales Rodríguez, también se nombraron a Ricardo Arturo Lagunes Gasca, los 43 o asesinados como Samir Flores Soberanes entre muchos más.

En la red Zona Doce firmado por Darwin Franco se dieron cifras el 3 de junio, respecto a la convocatoria VotaXundesaparcido, según cifras de PREP del INI, en el rubro boletas del descontento contabilizó: presidenciales 71,107, senadores 49,712, diputados federales 48, 818 y gobernaturas 2,339 expresando protesta, reclamo, visibilizado el malestar. Un rasguño al monstruo, que señala que los candidatos a distintos puestos no representan a los desaparecidxs o asesinadxs ausentes, invisibles para el poder de arriba.

Algunos medios televisivos hablaron de un alto porcentaje de abstencionismo y expresaron se debió a que la oferta electoral fue pobre. Continuidad de la Cuarta T, ninguna novedad, aunado a la certeza de quién era la destapada de Palacio hicieron poco atractiva la contienda.

Medios mediáticos oficiales y redes sociales, exacerbaron pleitos entre familias y amigos, el ruido infernal, no logró romper la indiferencia de quienes por muchas razones forman ese porcentaje de 39% abstencionista, que poco se ha analizado. Quizá un porcentaje alto sea de indiferentes, pero también, desde muchas elecciones atrás, están los que no votamos por convicción, por no creer en el circo electorero, ni apostar a la construcción de la democracia cruzando una boleta cada seis años convencidos de que por tal acción modifiqué, participé, tuve voz, y me preocupé por el destino de mi patria. Sentimiento cultivado por el Estado e inculcado a los creyentes en su legalidad. Fuera quedamos anarquistas, socialistas, comunistas, zapatistas, aquellos que legítimamente no profesamos la democracia representativa partidista; los que desobedecemos sus leyes y creencias, los que no votamos por convicción, porqué practicamos otra forma de democracia, sintetizada en el mandar obedeciendo, democracia que busca construir verdades a partir de diálogos en asambleas comunitarias en rancherías, naciones, pueblos empeñados en lo común, búsqueda de consenso no mayoriteo, no secrecía, que no impone sino convence, que baja y no sube, no le interesa simular programas de acción que son negocios.

Y mientras arriba el festejo electorero sucede, afuera de Palacio los maestros de la CNTE, saliendo de una plática con el mero mero, fueron reprimidos, al igual que en Oaxaca por los granaderos, que al decir de la nueva mandamás no existen. Los padres de los 43 recibieron una cubetada de agua sucia, los documentos del Ejército no se abren por ser de seguridad nacional. Se les impone su verdad histórica de muerte.

La lucha sigue. Se cambió de capataz, la finca capitalista, patriarcal y colonial con sus ruedas de muerte siguen vivitas y reprimiendo.

Nota: Desinformémonos y La Jornada dieron cuenta de los votos desobedientes, pequeños rasguños, potentes en resistencia.

¡Justicia para Mafer!

¡Libertad para Assange!

¡Alto al genocidio contra Palestina!