Candidato a magistrado en las materias penal y administrativa I Cuernavaca, Jiutepec, Temixco y Emiliano Zapata
Soy Julio César Ortiz Montoya, orgullosamente morelense, abogado y Juez de Distrito con profundo compromiso social, vocación de servicio y entregado a la más altas de las virtudes: la justicia.
A lo largo de mi carrera he sido testigo de enormes cambios en el sistema jurídico mexicano, he sido partícipe del movimiento de transformación social en el que día a día refrendo mi compromiso con la ciudadanía emitiendo sentencias que hacen realidad la igual sustantiva, destierran la inequidad y acercan la justicia a los que menos tienen, tal como lo exige el pueblo de México.
Trayectoria académica
Soy abogado por la Escuela Libre de Derecho, Maestro y Especialista en Derecho Penal por la UNAM estudios que acredité con Mención Honorífica. Actualmente estoy realizando un Doctorado en Derecho.
He realizado diversos cursos, diplomados, seminarios y especializaciones tales como Diplomado en el Sistema Procesal Penal Acusatorio en la UNAM y la Fundación Escuela Nacional de Jurisprudencia, A.C, actualización en Materia de Amparo en el IIJ de la Universidad Nacional Autónoma de México; Amparo en Materia Penal en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE); Género como Herramienta para la Igualdad en la Escuela Federal de Formación Judicial y El precedente judicial, principales aspectos teóricos y su aplicación en México en la EFFJ, por mencionar algunos.
Visión de la función jurisdiccional
Veo una función jurisdiccional que promueve la igualdad sustantiva, elimina la inequidad y acerca la justicia a quienes menos tienen, pero sin dejar de observar los principios de independencia, imparcialidad y profesionalismo. Veo juzgadores comprometidos a desterrar el nepotismo de los tribunales porque es el primer indicio de corrupción y abuso de poder, llamados a brindar oportunidades con equidad de género. Veo tribunales que deciden con apego a la realidad y no aferrados a doctrinas.
Visión de la impartición de justicia
Creo firmemente que la justicia debe impartirse desde una visión social, democrática y pluralista. Las decisiones judiciales deben responder a las demandas de equidad, tutelando a los desprotegidos, a los más pobres y marginados, privilegiando una perspectiva de igualdad sustancial para que cualquier persona pueda hacer vale sus derechos sin distinción de ninguna clase, sin barreras, de manera efectiva, sin formalismos ni retardos porque la lentitud en los juicios reduce la autoridad moral de los tribunales.
Propuesta 1:
Analizar cuidadosamente los asuntos que se sometan a estudio tratando de evitar, en lo posible, conceder el amparo para efectos porque estos han contribuido inmensamente al retraso de la justicia. Penosamente los justiciables esperamos años para ver resueltos en definitiva nuestros juicios.
Propuesta 2:
Dictar sentencias con apego a la realidad. Lamentablemente, muchas de las decisiones que se adoptan en los tribunales se basan en interpretaciones jurídicas ajenas al sentido común, privilegiando formalidades exacerbadas frente al peso de la verdad y la razón, lo que lleva a sentencias injustas.
Propuesta 3:
Proponer proyectos acordes a los cambios constitucionales y legales, pues pese a profundas y sustanciales reformas, las decisiones se siguen tomando bajo los mismos criterios que prevalecían hace años. Ejemplo de ello es el sistema penal acusatorio en el que pocos cambios se han notado en las instancias definitivas de amparo.
Todo lo anterior resume los ideales y principios que han regido mi carrera dentro del Sistema Judicial, pero vivimos un momento estelar e histórico en donde tenemos la oportunidad de hacer un cambio sustancial y necesario en beneficio de todos los mexicanos. Una transformación que nos permita caminar juntos en la construcción de un México más justo y equitativo para todos.
