A punto de concluir la restauración del edificio religioso más importante de Jiutepec, los responsables de la rehabilitación explicaron a La Jornada Morelos los retos superados y cada una de las etapas de los trabajos que devolverán al municipio uno de sus orgullos y símbolos de fe. Foto: Malu Medina
Así fue la reconstrucción del exconvento de Santiago Apóstol en Jiutepec
El exconvento de Santiago Apóstol en Jiutepec es una de las obras de arquitectura religiosa más importantes del estado de Morelos, no solo por su trazo monumental, sino también porque forma parte de la identidad de la feligresía católica en particular y más en general de todo el pueblo de Jiutepec.
Aunque el sismo del 19 de septiembre de 2017 prácticamente destruyó el inmueble construido en el siglo XVI, la importancia del exconvento, la parroquia, el Señor de la Columna, y toda la iconografía religiosa que representa el conjunto arquitectónico permaneció vivo, aunque exiliado de los edificios cuyos daños por el sismo lo pusieron en riesgo de desaparecer.
Ahora el panorama es otro, y en esto ha sido fundamental la aportación del Programa Nacional de Reconstrucción del gobierno federal y del Consejo Estatal Adopte una Obra de Arte Morelos, que preside Cecile Camil de Abe, quien además de artista plástica y promotora cultural, tiene una experiencia de décadas en el rescate del arte sacro del estado. El proyecto es supervisado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como autoridad competente en la materia.
El daño causado por el sismo se extendió a templos de todo el estado
Morelos tiene un patrimonio milenario, pues a pesar de ser un territorio pequeño en cuanto a su extensión, forma parte de los estados con más patrimonio material para México, contando con alrededor de 11 sitios, lo que posiciona al país en el número 7 en la “Lista del Patrimonio Mundial” de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura).
Desafortunadamente, el terremoto del 2017 marcó un antes y un después para el estado de Morelos, 259 recintos religiosos (capillas, santuarios, templos, parroquias y exconventos) resultaron dañados por el sismo. A muchas parroquias el sismo les pegó muy cerca y aunque se habla comúnmente de las ubicadas en el centro de Cuernavaca, Catedral y la Iglesia de Guadalupe; lo cierto es que el daño fue en prácticamente todo el estado algunos de ellos parte fundamental de este patrimonio cultural material de la humanidad, el monasterio de San Marcos en Tlayecac, municipio de Ayala; o por supuesto, la iglesia y ex convento de Santiago Apóstol en Jiutepec.
A raíz de este desastre natural, surgió el Programa Nacional de Reconstrucción (PNR), el cual se ha mantenido hasta la administración presente, con dos objetivos; lo social dedicado a reconstruir las viviendas; y lo cultural que va enfocado a recuperar el patrimonio histórico dañado.
La restauración de los edificios y monumentos históricos es mucho más compleja porque requiere de tratamientos especiales que incluyen los materiales utilizados, las técnicas empleadas y el tiempo, todos ellos contemplando el presupuesto con el que se cuenta; la idea es dejar los inmuebles en condiciones seguras, pero también lo más parecidos a como fueron construidos.
El gobierno federal recurrió a la asociación “Adopta una obra de Arte” para el proyecto de restauración de tres de los espacios cuya intervención aún no ha concluido, uno de ellos el exconvento de Santiago Apóstol en Jiutepec.
La asociación a la que los morelenses debemos proyectos tan importantes y bien realizados como el Museo de Arte Sacro en la Catedral de Cuernavaca, encargó los trabajos a la empresa “Arquitectura Monumental”, especializada en la restauración de lugares patrimonialmente importantes, como la catedral de Santo Domingo de Guzmán en Oaxaca o un famoso puente en Venecia.
Así quedó el exconvento luego del sismo
Después del sismo, el exconvento presentaba un daño muy considerable, el techo del segundo piso había colapsado, igual que muchos de los arcos, muros y bóvedas.
¿Cómo se restaura un exconvento de casi 500 años?
La arquitecta Mayra Sánchez, responsable de la operación y administración de la obra, junto al encargado de la ejecución de la obra, arquitecto Dante Guadarrama, explicaron a La Jornada Morelos el proceso complejo por el que debe someterse un solo muro para ser reconstruido:
Primero. Aseguran el lugar para que no haya riesgo de más derrumbes o colapso total.
Segundo. Analizan y evalúan el nivel de daño sufrido. Es decir, desde dónde se tendrá que reconstruir y qué tendrán que quitar.
Tercero. Identifican las técnicas que se utilizaron y el diseño. Los vestigios toman un papel importante en estos casos para conocer dónde había cada cosa, como los arcos.
Cuarto. Reúnen el material que colapsó para utilizarlo nuevamente. Esto para que la estructura quede lo más parecido posible. En este paso, debe haber un tratamiento especial de cada piedra que utilicen, porque se talla, se corta o se alisa y se prepara para ser utilizable nuevamente. Participan alrededor de 15 personas para colocar un solo muro, en aproximadamente 4 semanas.
Quinto reparan y rellenan las grietas, construyen con el material reutilizado o conseguido lo más parecido posible y le dan el acabado requerido.
Trabajan mucho en un espacio reducido
El espacio en el que trabajan también es un factor importante, ya que al ser reducidos los pasillos y con diversas estructuras y divisiones, no pueden trabajar muchas personas a la vez porque chocarían y se entorpecerían más de lo que ayudarían. Debido a esto, se gestionaron equipos óptimos con las personas necesarias para cada lugar del exconvento y así trabajen de manera eficiente sin hacerse “bolas”.
Una característica arquitectónica interesante de este convento, además de sus arcos armoniosos que te remontan al S. XVI — construido inicialmente por los franciscanos — son las altas bóvedas y sus muros gruesos, lo que resulta en una gran diferencia entre los delgados muros de las construcciones urbanas actuales.
El objetivo de la reconstrucción de Santiago Apóstol
Fernando Sánchez Chávez, director general de “Arquitectura Monumental” explica que este exconvento fue construido hace de 500 años, por lo que pide que comprendan el trabajo que realizan en 4 o 5 meses con un equipo de 100 personas, y no esperen que resulte una réplica exacta, porque el objetivo del programa — tomando en consideración que el presupuesto con el que se cuenta es limitado —, es recuperar el uso de este espacio, salvar su conservación y que a la vez se consolide como un bien común, el cual forma parte de la comunidad de Jiutepec.
Fernando Sánchez Chávez, director de “Arquitectura Monumental” explicó a La Jornada Morelos el avance y los retos de la obra.
La empresa contrata a personas locales en cada obra para fomentar el trabajo dentro de cada comunidad, y generar una mejor convivencia en cada equipo.
Por último, el arquitecto Sánchez hace un llamado a las autoridades pertinentes, que se encargan de conservar estos patrimonios culturales, para prevenir los posibles colapsos de nuestras estructuras valiosas, ya que muchas veces es debido a la falta de mantenimiento en cada sitio.
El trabajo de la empresa y la asociación es revisado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH – Morelos), con quienes se reúnen cada lunes para dar luz verde a algunas modificaciones que se requieren hacer para sustituir ciertos materiales que en la actualidad no se pueden conseguir o resultan fuera del prepuesto. La tarea de la empresa y la asociación terminan este 30 de noviembre, por lo que visitamos el lugar y sacamos algunas fotos del después y en las que podemos apreciar el trabajo que se ha logrado contrastando el antes.
La reconstrucción se apega lo más posible al diseño original
El avance de la reconstrucción