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El Ayuntamiento de Temixco, encabezado por Israel Piña Labra, borró el mural escultórico en bajo relieve dedicado a Gisela Mota Ocampo, primera presidenta municipal de la localidad, quien fue asesinada en 2016.

La obra, diseñada por el artista plástico Sergio Javier Gómez Lizárraga, había sido realizada como un tributo a su legado político y social. El mural se encontraba en una pared blanca sin ventanas, en el edificio de las instalaciones de la presidencia municipal, ubicadas en el Centro del municipio. Este mural, además, embellecía un lugar que de otro modo resultaba monótono, dándole vida a un sitio que antes pasaba desapercibido por su blancura y falta de carácter.

La eliminación del mural provocó una avalancha de críticas por parte de ciudadanos, exfuncionarios y familiares de Gisela Mota, quienes demandaron una explicación a la administración encabezada por Israel Piña Labra. Entre algunos comentarios dirigidos en redes sociales, se pudieron observar los siguientes:

Yuriana Lozano Landa, exregidora de Temixco, expresó su profunda inconformidad, considerando que la remoción del mural representaba un retroceso en el reconocimiento de la lucha femenina en la política: «este mural no solo era una obra de arte, sino un símbolo de la resistencia y el compromiso de las mujeres en el ámbito político. Gisela Mota abrió un camino para las que venimos detrás, y su asesinato es un recordatorio de la violencia de género que enfrentamos. Borrar su homenaje es una afrenta a su memoria y a la memoria de todas las mujeres que luchan por un lugar en la política.»

Lety Mota, hermana de la exalcaldesa, también se manifestó enérgicamente sobre la decisión, calificando la actitud del Ayuntamiento como un acto de insensibilidad: «si el Día de la Mujer fue tratado como un ‘festejo’ vacío, ¿qué podemos esperar en otros temas tan importantes? Este mural no solo celebraba a Gisela, sino que representaba el sacrificio y la lucha de las mujeres en el poder, de las que trabajamos para cambiar las reglas del juego. Esta eliminación demuestra la falta de comprensión sobre la importancia de la memoria histórica.»

Yeshua Castról, ciudadano de Temixco, lamentó la remoción y destacó la significancia de la obra para la comunidad: «ese mural era mucho más que una representación visual, era un recordatorio constante del valor de Gisela Mota y de todas las mujeres que luchan por el bienestar de su gente. No se puede borrar el impacto que tuvo, ni el amor y la entrega con que trabajó por su pueblo. Gisela sigue viva en quienes la conocimos, y no se puede eliminar su legado de la memoria colectiva.»

Un mural cargado de simbolismo y significado profundo

El mural no solo era una obra de arte, sino un mensaje profundo de identidad y lucha. La figura central, una circunferencia, simbolizaba el movimiento perpetuo, la continuidad de la vida y la lucha que trasciende generaciones. La figura del maíz, esencial en la cosmovisión mesoamericana, evocaba los ciclos de la vida, la resistencia y la conexión con la tierra, elementos que vinculaban a Gisela Mota con las raíces de su comunidad. Según la información proporcionada en su momento por el propio artista, Sergio Javier Gómez Lizárraga, la obra buscaba representar la fortaleza y la unidad que caracterizaron la vida de Gisela Mota, destacando su conexión con los valores culturales y sociales de Temixco.

El topoglifo de Temixco, colocado en la parte inferior, subrayaba el anclaje de la obra a la identidad del municipio, destacando que la historia de la localidad no se puede contar sin reconocer la participación fundamental de las mujeres en la política.

Gisela Mota, la primera presidenta municipal de Temixco

Gisela Mota Ocampo, militante del PRD, rompió barreras al convertirse en la primera mujer en gobernar Temixco, tras una victoria electoral que promovió la equidad de género. Antes, había servido como diputada local.

El 2 de enero de 2016, horas después de asumir el cargo de alcaldesa, fue asesinada en su domicilio por un grupo armado. La Fiscalía General del Estado de Morelos clasificó el caso como feminicidio, subrayando que su muerte estuvo vinculada a la violencia política de género.

Entre sus propuestas, destacaba la entrega del control de la seguridad municipal al gobierno estatal para combatir la influencia del crimen organizado, lo que pudo haber sido el móvil detrás del asesinato. Las autoridades señalaron a la organización criminal Los Rojos como responsables del homicidio, en el marco de una disputa territorial en Morelos.

Silencio oficial

Hasta el momento, el Ayuntamiento de Temixco no ha emitido ninguna declaración oficial sobre la remoción del mural. Sin embargo, colectivos feministas han denunciado que este acto es una afrenta a la memoria histórica de Gisela Mota y un revés a la lucha contra la violencia política de género.

Se anticipan protestas y movilizaciones en los próximos días, en demanda de respuestas y el respeto a la memoria de Gisela Mota y a la lucha de las mujeres en el ámbito político y social.

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El mural que era más que una obra artística

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El presidente municipal prefiere un muro blanco. Fotos Especial

La Jornada Morelos